El mundo del golf llega a su segundo puerto de montaña de la temporada, el PGA Championship de Valhalla. El mítico recorrido de Kentucky recibe por cuarta vez este grande que en las ediciones anteriores ganaron Mark Brooks (1996), Tiger Woods (2000) y Rory McIlroy (2014), aunque las pretensiones de estos dos últimos son bien distintas en esta ocasión: el estadounidense aspira a poder jugar las cuatro vueltas a buen nivel («en Augusta jugué dos días muy bien y dos muy mal», comentó) y el norirlandés llega con la moral a tope después de su triunfo en Quail Hollow la pasada semana.
Sin embargo, para los aficionados españoles hay otro punto de interés: comprobar si de una vez por todas (ya van 105 ediciones disputadas) algún compatriota va a ser capaz de traer el trofeo Wanamaker a la piel de toro. En todos estos años, el que más cerca estuvo de conseguirlo fue Sergio García (subcampeón en 1999 ante Tiger y en 2008 frente a Padraig Harrington), pero el castellonense no estará en esta cita al no cumplir los parámetros necesarios para recibir una invitación. Al jugar en el LIV Golf no puntúa para el ranking mundial y ha caído muy lejos (723) de los cien primeros que acceden al torneo.
Quienes sí lo harán son Jon Rahm (con exención por haber ganado el Masters el año pasado), David Puig (por su buen rendimiento en el Circuito Asiático, con triunfo en Malasia incluido) y Adrián Otaegui (a quien su reciente victoria en China le situó tercero en la lista europea y le dio el pasaporte para viajar a Louisville). Sus aspiraciones son variadas, pues van desde la ‘necesidad’ del vizcaíno de ganar cada vez que arranca un torneo, hasta lo bien que les vendría a los otros dos superar el corte.
En el caso del catalán porque afronta su segunda experiencia en un grande y lo que quiere es ir acumulando experiencia en su segundo año como profesional, mientras que para el guipuzcoano, con cinco títulos internacionales ya en su haber, lo que quiere es ir sumando puntos para acabar el año entre los diez mejores del European Tour y así lograr la tarjeta del Circuito Americano para 2025.
Diseñado por Jack Nicklaus
En cualquier caso, en este magnífico diseño de Jack Nicklaus inaugurado en 1986, lo que se va a producir entre Puig y Otaegui es una batalla sin cuartel por la segunda plaza del equipo olímpico de París. En estos momentos la ventaja es para David, que ocupa el puesto 109, mientras que Adrián está cuatro por detrás y Jorge Campillo, seis. Lo que ocurre es que el barcelonés necesita adquirir mucha ventaja sobre sus rivales esta semana, dado que él va a poder participar en muy pocas pruebas puntuables en el mes que resta al estar inmerso en la liga saudí (sólo en el Open USA, si se clasifica). Pero este exjugador de Arizona State está más que motivado para disputar los Juegos junto a Rahm y saldrá a darlo todo hasta el domingo.
Otaegui, por su lado, con la experiencia que le dan sus seis ‘majors’ previos (y en concreto el PGA Championship, que disputa por cuarta vez) dejará los nervios en el vestuario y tirará de su sempiterno poder de concentración para sacar sus objetivos adelante. Con el paso de los años este torneo ha ido ganando poso en el olimpo de los ‘Grand Slams’. Con el Abierto de los Estados Unidos como sueño de cada norteamericano y la eterna duda de si es mejor el Masters o el ‘British’, el PGA siempre había quedado relegado al papel de ‘hermano pobre’ del cuarteto. Como históricamente se jugaba en agosto, con los jugadores ya cansados o de vacaciones, y estaba muy pensado para los locales (de hecho hoy arrancan 21 profesionales de club que no siguen los tours profesionales) no estaba muy bien considerado en el extranjero. Pero ahora que se juega en mayo ya acapara todos los focos. Igual que los 15 miembros del LIV que acuden con el vigente campeón, Brooks Koepka. Junto a Scottie Scheffler y Rory son los grandes favoritos.
Fuente ABC