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Por Ignacio Ortelli
Aunque el Presidente está de viaje, el ministro del Interior ya empieza a trabajar ad hoc como jefe de Gabinete en la reestructuración del equipo. “Se va a evaluar caso por caso, para ver el nivel de compromiso que tienen”, admiten en Casa Rosada. Los confirmados, los cargos en duda y los que tienen el “boleto picado”.
Aunque la salida de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete comenzó a gestarse hace varios meses, cuando se rompió su vínculo de amistad con Javier Milei por serias diferencias en el Gobierno, la necesidad de relanzar la gestión obligaron a que el ministro del Interior, Guillermo Francos, designado como su reemplazante asumiera las funciones, incluso antes de jurar. La ceremonia se concretará al regreso del Presidente de su viaje por Estados Unidos pero con la presencia del escribano de gobierno ya firmó en su nuevo cargo, algo que tiene pocos precedentes. .
Entre la última maniobra de Posse, que decidió cortarse solo y anunciar su “renuncia” y la nominación de Francos sin esperar que lo comunicara oficialmente la Oficina del Presidente, y el amplio análisis que la Casa Rosada realizará sobre las decenas de funcionarios que respondían al saliente ministro coordinador, a Francos le encomendaron aprovechar la partida del mandatario para ponerse al frente del Gobierno. Y eso se plasmó con la reunión de Gabinete pública que hizo a metros de la Casa Rosada. No fue casual: se propuso mostrar que la transición se hace a la manera de Milei y no al estilo Posse, con bajo perfil.
Por eso se espera que en las próximas horas siga la salida de colaboradores del saliente jefe de Gabinete.
Tras la renuncia de Silvestre Sívori como interventor de la Agencia Federal de Inteligencia, ni bien se conoció el despido de Posse, quedaron bajo la lupa segundas y terceras líneas en áreas estratégicas que habían llegado de la mano del ex directivo de la Corporación América, de Eduardo Eurnekian.
“Se va a evaluar caso por caso, para ver el nivel de compromiso que tienen con el proyecto y el rumbo que marca Javier”, dicen en Casa Rosada, admitiendo que la desvinculación de Posse obedeció, entre otras cuestiones, a una pérdida absoluta de confianza en sus criterios.
Guillermo Francos armó la primera reunión de ministros en un bar de la Plaza de Mayo. Foto: Maxi Failla
Francos confirmó la continuidad del vicejefe de Gabinete, José Rolandi, de perfil técnico que si bien llegó apadrinado por Posse se ganó la confianza del resto del Gobierno. Su participación activa en las negociaciones en el Congreso por la Ley Bases fueron de ayuda para ese acercamiento. “A Cochi lo queremos todos, ya no es solo de Nicolás”, explican en el Gobierno. “Para mí es una pieza muy importante”, lo elogió Francos en una entrevista con Radio Rivadavia. El trabajo conjunto técnico-político que ambos realizaron en la búsqueda de acuerdos con los senadores dialoguistas bien puede anticipar cómo se dividirán las tareas en la gestión en Jefatura de Gabinete. Cerca de Milei también destacan a Rolandi y sostienen que puede ser el “complemento ideal” para Francos.
En esa misma nota, el flamante jefe de Gabinete ratificó que, tal como anticipó el Presidente, Federico Sturzenegger tendrá un cargo “vinculado a la desregulación del Estado”, tras la aprobación de la Ley Bases. Pero ya comenzarán a trabajar en el organigrama y no se descarta que se anticipen los tiempos. “Tal vez no esperemos a que salga la ley, porque el DNU (70/23) ya permite avanzar mucho en ese sentido”, planteó una alta fuente presidencial.
Sturzenegger absorberá parte de las funciones que tenía Mauricio González Botto, quien renunció este martes a la Secretaría de Empresas y Sociedades del Estado. Era un hombre que dependía directamente de Posse y que, al igual que su jefe, había generado tensiones en distintas áreas.
El mismo camino seguiría Gonzalo Pascual, otro de los funcionarios más cercanos a Posse en el Gabinete. Fue designado en febrero como director del Banco Nación, pero su injerencia en Jefatura Gabinete durante la gestión de Posse trascendía ese cargo. Ahora quedó relegado y todo indica que se va.
Es un enigma la situación de Armando Guibert, quien dejó meses atrás la Secretaría de Transformación del Estado y Función Pública, luego del escándalo por el aumento de sueldos de los funcionarios que Milei retrotrajo. Ese episodio fue otro de los motivos de enojo del Presidente con Posse, quien primero lo convenció de que la responsabilidad había sido del secretario de Trabajo, Omar Yasín, pero semanas más tarde, acorralado por averiguaciones que había hecho el mandatario, debió disponer la salida de Guibert, que de todos modos mantuvo su cargo de director del Banco Nación. Es un funcionario de perfil bajo y valorado en lo técnico, pero dependerá de lo que defina Milei con su triada de poder que completan su hermana, la secretaria general de Presidencia, Karina “El Jefe” Milei, y el asesor todoterreno Santiago Caputo, otro con los que se enfrentó Posse en los últimos meses.
Al igual que Sivori, las versiones por presunto espionaje parecen complicar la situación de Jorge Antelo como secretario de Estrategia Nacional. El brigadier retirado fue clave en la elección de algunos nombres en la AFI, que quedó bajo la lupa de Milei por el presunto espionaje de ministros.
Reunión de Gabinete en Café de Plaza Mayo Foto Guillermo Rodríguez Adami
Por este asunto, siguen surgiendo versiones de la pelea entre Milei y Posse. Pero hay una, respaldada por dos integrantes encumbrados del oficialismo, sin cercanía personal, que toma fuerza y da cuenta de una presunta reunión entre ambos, en la que el ministro coordinador habría acercado datos de los movimientos de un funcionario, ante la sorpresa del mandatario: “Nosotros no nos tiramos carpetazos y no hacemos lo que siempre hizo la política”, habría sido la respuesta, palabras más, palabras menos, que recibió.
De ahí en más, la relación no tuvo retorno. Y el Presidente, tal como publicó Clarín, mandó un mensaje interno contundente y preventivo, para desactivar el fuego amigo: “Al que hace una operación, lo echo”.
Este lunes a la noche, ante versiones de su salida, desde el entorno del secretario Legal y Técnico, Javier Herrera Bravo, negaron su renuncia, a pesar de haber sido impulsado por Posse. Las versiones son alimentadas por el interés del “karinismo” de propiciar el desembarco de Santiago Viola, el apoderado legal de La Libertad Avanza. Este martes estuvo ausente en la improvisada cita en el bar.
Entra Guillermo Francos sale Nicolás Posse. Foto Fede López Claro
También quedaron en la cuerda floja el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Alejandro Cosentino, que había sido empoderado por Posse hace apenas unas semanas y había ganado influencia en el Correo Argentino y en ARSAT, la empresa satelital de la que además podría salir Mariano Greco.
Lo mismo que el actual interventor en la Administración General de Puertos, Gastón Benvenuto; un área que acumula muchas críticas. En tanto, el presidente de YPF, Horacio Marín, quien fue acercado a Posse por el ex ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, no estaría en riesgo.
Fuente Clarin
