Por Adalberto Agozino
Una simple llamada telefónica entre Rabat y Beirut hecho por tierra una elaborada maniobra propagandística del Frente Polisario y sus aliados.
Ante el aislamiento internacional que sufre por las continuas adhesiones que recibe, de países de todo el mundo, la Iniciativa para la Negociación de un Estatuto de Autonomía para la región del Sáhara (uno de las últimas naciones en expresar su adhesión y apoyo fue Brasil, el gigante sudamericano y octava economía del planeta), como única solución realista, justa y posible al diferendo en el Sáhara, el Frente Polisario ha pretendido infructuosamente aprovechar el clima de tensiones generado en las sociedades árabes para montar una absurda maniobra propagandística en El Líbano.
Aprovechando sus vínculos con el Partido Social Nacionalista Sirio, agrupación política que actúa en El LIbano, Siria, Jordania, Irak y Palestina. Este partido aboga por el establecimiento de una “Gran Siria” que abarque el denominado “Creciente Fértil”, que incluye lo que es la actual Siria, Líbano, Irak, Kuwait, Jordania, Palestina, Israel, Chipre, Sinaí, las provincias de Hatay y Cilicia, invocando los límites geográficos y la historia común de las personas dentro de esos límites. Además de los apoyos que recibe del grupo terrorista chií Hezbollah, el Frente Polisario organizó un encuentro donde se pretendió emparentar a la situación en el Sáhara marroquí con el conflicto en Palestina intentando muy torpemente confundir a las sociedades árabes.
Pero, el gobierno de El Líbano atento a preservar los tradicionales vínculos fraternales que lo unen a Marruecos y el respeto y reconocimiento a la figura del Rey Mohammed VI, Amir al-Mu’minin (Comendador de los Creyentes) y presidente del Comité Al-Qods; salió inmediatamente a cortar de raíz el intento de montar una campaña de desprestigio contra el Reino magrebí.
En una rápida y decidida acción diplomática el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, declaró ante la prensa la importancia de las relaciones bilaterales entre Marruecos y El Líbano, reafirmando la posición de su país en favor de la integridad territorial del Reino.