LA HABANA, Cuba. – El nuevo Proyecto de Ley de Migración tiene el objetivo principal de atraer las inversiones de los cubanos residentes en el exterior mediante el restablecimiento de sus estatus de ciudadanos, ahora que se requieren elevados montos de capital para detener la destrucción de la infraestructura productiva e impulsar su crecimiento.
El documento de 67 páginas que suprime el tiempo de estancia de 24 meses en el exterior y la designación de migrante por esta razón, fue divulgado el 17 de junio, con la promesa de su eventual aprobación por la Asamblea Nacional del Poder Popular durante el presente año.
El Gobierno sometió a los cubanos a un férreo encierro desde 1959 hasta comienzos de 2013, lo cual desarticuló la vida familiar y limitó los derechos. Para controlar protestas y atraer remesas, las autoridades cubanas estimularon las grandes invasiones por mar a las costas de Estados Unidos, así como las salidas permanentes de balseros, sin que se conozca la inmensa cantidad de quienes perdieron sus vidas.
Fidel Castro decidió el acercamiento con los cubanos residentes en el exterior mediante los llamados “diálogos” de 1978, 1994, l995 y 2004, en los que participaron unas 300 personas provenientes de Estados Unidos y en menor medida de España, México, Panamá, Francia e Italia. En 2022, el encuentro se suspendió por la pandemia de COVID-19, pero en noviembre del pasado año se efectuó la IV Conferencia La Nación y la Emigración en La Habana.
Sin embargo, las amplias oportunidades para las iniciativas de los empresarios estadounidenses y cubanoamericanos, y los jóvenes emprendedores, propiciadas por Barack Obama fueron obstruidas por las autoridades cubanas, recelosas del florecimiento económico de un nuevo sector. Por eso ahora los potenciales inversionistas analizarán con cautela los ofrecimientos de quienes mantienen atadas las fuerzas productivas en su afán de preservar el poder absoluto.
El Proyecto de Ley de Migración requiere un detallado análisis para discernir su conveniencia a los cubanos asentados desde hace decenios en Estados Unidos y otros países, cuando en el pequeño archipiélago existe una desenfrenada ansia de “escapar”, debido a la crisis económica y la desesperanza de poder realizar un futuro próspero. Si bien los recién emigrados no tendrán incidencia económica a corto plazo, sí influirán en las inversiones de los familiares que han contribuido a sus viajes, en tanto la disminución de la fuerza de trabajo por ese motivo también podría limitar los emprendimientos en Cuba.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org