La jornada laboral se reducirá sin el acuerdo con la patronal. Como ocurrió con las últimas subidas del salario mínimo o la reforma del subsidio de desempleo, CEOE y Cepyme se volverán a quedar fuera de la foto con Yolanda Díaz. Así ha quedado patente tras la reunión tripartita de este lunes, a la que los empresarios no han traído ninguna propuesta por escrito. El ultimátum que Trabajo había dado la semana pasada ha finalizado sin respuesta de la patronal, en un clima de gran tensión y profunda desconfianza entre el Gobierno y los empresarios.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha sido muy duro con la actitud de CEOE y Cepyme, que ha calificado de “claramente decepcionante”. “La postura de la patronal ha dejado mucho que desear. No solo no ha habido ninguna propuesta, sino que ha habido un claro cuestionamiento de reducir la jornada”, ha lamentado el número dos de Díaz. “Esto implica, en una mesa que lleva abierta desde enero, una especie de burla al diálogo social“, ha abundado.
En ese contexto, el Gobierno no esperará más a los empresarios, a quienes acusa de utilizar pretextos para boicotear el fin último de la norma: la reducción por ley de la jornada desde las 40 horas actuales a 38 horas y media este año y 37 y media en 2025, sin que se produzca una merma en el salario de los trabajadores. “Nos encontramos con este descuelgue de la patronal. Es una burla democrática. ¿Nos quiere decir la CEOE que el Gobierno tiene que incumplir sus compromisos con los ciudadanos españoles, que se tiene que apartar de una de las razones fundamentales que le llevaron a ganar [las elecciones generales] el 23 de julio? Esto no es en ningún caso admisible“, se ha preguntado Pérez Rey.
La intención del Ejecutivo es limar los últimos flecos técnicos de la negociación con los sindicatos, para tener un acuerdo cerrado antes del verano que le permita llevar el texto al Consejo de Ministros y granjearse los apoyos parlamentarios para su entrada en vigor. El concurso de los independentistas catalanes de Junts, que se abstuvieron en la iniciativa parlamentaria que presentó Sumar en febrero, se antoja clave. El Ejecutivo insiste en que la medida despierta un amplio consenso social y político, solo roto por Vox, y acusa a la patronal de sostener una posición basada en prejuicios ideológicos.
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Lo cierto es que, a falta del texto por escrito que se le demandaba, los empresarios sí han presentado sus propuestas a lo largo de una extensa negociación que se prolonga desde principios de año, y que tuvo un aparte bipartito (solo con los sindicatos, sin la presencia del Gobierno) que terminó sin éxito. La contrapartida de CEOE y Cepyme a la reducción de jornada pasa por una ampliación del máximo de horas extras anuales, actualmente situado en 80, que permita un mayor margen para cubrir aquellas que se dejarían de trabajar cuando la reforma entre en vigor.
Del mismo modo, los empresarios piden que se delegue en la negociación colectiva la capacidad para implantarla en los diferentes sectores. Esto reduciría su impacto en aquellos que mantienen mayoritariamente jornadas de 40 horas, y donde resulta más complicado buscar alternativas para cumplir los horarios de apertura de los negocios, como la hostelería. Trabajo se niega en rotundo. “Esta no es una medida elitista, es para el conjunto de las personas trabajadoras de este país. ¿O es que las personas trabajadoras de la hostelería no tienen derecho a la reducción de jornada?”, se ha preguntado Pérez Rey.
“No caben estafas”
Para el Gobierno, la propuesta de la patronal tiene un carácter “maximalista e inasumible”, ya que atenta contra el sentido de la reducción de jornada, y abundaría en uno de los problemas del mercado laboral español: la gran cantidad de horas extraordinarias que se realizan, y que dificultan la conciliación de los trabajadores. “No caben medidas que constituyan una estafa, que reduzcan la jornada sin reducirla. Esto es una negociación seria”, ha aseverado Pérez Rey. El objetivo irrenunciable, ha dicho, es cumplir el acuerdo de gobierno entre el PSOE y Sumar, que situaba un nuevo reparto del tiempo en el centro de las prioridades para la legislatura.
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El secreto de Estado de Trabajo ha asegurado que se convocará una nueva reunión para el próximo lunes, como se venía haciendo hasta ahora cada semana, y ha exhortado a la patronal a recapacitar. Fuentes de la CEOE confirman que no se levantarán de la mesa, y que no harán ninguna valoración oficial mientras esta permanezca abierta. Sin embargo, el malestar con el Ejecutivo es muy profundo, tiene otros vectores -por ejemplo, la inclusión de patronales alternativas, como Pimec y Conpymes, en órganos institucionales- y dificulta enormemente que se produzca un vuelco en la negociación.
El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, ha afirmado que el texto propuesto por Trabajo resulta “suficiente” para satisfacer las principales demandas de los sindicatos, por lo que el acuerdo está muy cerca. También el representante de CCOO, Raúl Olmos, ha insistido en que debe quedar finiquitado este mes.
Si nadie lo remedia, la reducción de la jornada laboral se encamina hacia un nuevo pacto entre Trabajo y los sindicatos, que beneficiará, según los cálculos del Gobierno, a unos 12 millones de asalariados. Los empresarios, que estiman el impacto en unos 12.000 millones de euros -según un estudio de Cepyme conocido este lunes-, se volverán a quedar fuera de la foto con Díaz. Malos tiempos para el diálogo social, que había cosechado numerosos acuerdos durante la pasada legislatura.
Fuente El Confidencial