Para The Wall Street Journal fue tapa la imagen más simbólica del aniversario de la Independencia argentina
Por Ricardo Sarmiento
“Argentina’s leaders give tanks for independence” fue el principal título de tapa del diario económico más influyente del mundo, The Wall Street Journal.
De este modo, la imagen del presidente Javier Milei y de la vice presidente sobre el renovado Tanque Argentino Mediano (TAM) mostró al mundo una nueva etapa en 40 años de democracia.
Las Fuerzas Armadas quedaron estigmatizadas por el penoso capítulo del régimen militar que ejerció el poder de facto entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, cuando la civilidad llevó a la recuperación de la democracia por voto popular y asumió la presidencia Raúl Ricardo Alfonsín.
Por este antecedente histórico para The Wall Street Journal fue tapa la imagen más simbólica del aniversario de la Independencia argentina.
En esta ocasión, el contexto es muy diferente a la escena que protagonizó Alfonsín.
La vicepresidente de la Nación, Victoria Villarroel fue invitada por Milei a integrar la fórmula presidencial que obtuvo 56% de los votos en las elecciones de noviembre de 2023, precisamente porque fue una consecuente defensora de la imagen de los militares.
Se vió a Villarruel con lágrimas de emoción al ver el paso del mayor desfile militar en celebración del 208° aniversario de la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata que tomó la denominación de República Argentina a partir de la unidad nacional y la adopción de la Constitución Nacional de 1853, texto inspirado por Juan Bautista Alberdi a semejanza de la Constitución que adoptó Estados Unidos luego de su independencia en 1776.
Villarruel explicó sus lágrimas al decir que en cada uniformado veía el rostro de su padre.
Una vez ubicada en la posición que ocupan los tiradores del TAM, Villarruel y Milei se mostraron exultantes de alegría en los pocos metros que transitaron con el vehículo de combate en movimiento.
El título de The Wall Street Journal se traduce como “Líderes argentinos regalan tanques por la independencia”.
Sin embargo, Milei no fue el primer presidente electo democráticamente que subió a un tanque del Ejército.
Fue Raúl Alfonsín quien lo hizo, aunque en un contexto de conflicto con el Ejército Argentino, algunos de cuyos líderes intentaban reclamar respeto y reivindicación para las Fuerzas Armadas acusadas de violaciones a los derechos humanos y desprestigiadas luego de la breve recuperación del territorio y soberanía de las Islas Malvinas entre el 2 de abril de 1982 y el 14 de junio del mismo año.
El desprestigio o distancia social entre la ciudadanía argentina y las fuerzas armadas tuvo distintas etapas.
La primera fue el golpe de Estado que derrocó a Don Hipólito Yrigoyen concretado el 6 de septiembre de 1930. En ese episodio el general José Evaristo Uriburu tomó por la fuerza el poder público.
Uriburu llegó a la Casa Rosada, sede de la Presidencia argentina en un automóvil descapotado de época. A la derecha de Uriburi, de pie en el estribo del auto iba de pié un Capitán de Inteligencia del Ejército: Juan Domingo Perón, quien entró en la escena política argentina de ese modo disruptivo para la institucionalidad.
En años sucesivos, Perón fue protagonista de distintos acontecimientos. Mientras el Estado argentino actuaba para detener la guerra de 1932 entre Paraguay y Bolivia, Perón, como hombre de inteligencia, aún como Capitán, fue informante del militar paraguayo Alfredo Ströessner, que gobernó “manu militari”, luego, durante 53 años a su país.
Antes de la Segunda Guerra, Perón fue Agregado Militar en la Embajada Argentina en la Italia del “Duce” Mussolini, con quien tuvo encuentros y fotos.
Seguidamente Perón creció en influencia política en Argentina siendo primero Secretario de Trabajo de otro gobierno militar. Su protagonismo creció al llegar a la Presidencia de la Nación ejerciendo una política populista y autoritaria, dando al Estado una dimensión omnipresente al punto de que todo funcionario público que no colocaba su retrato a la vista era despedido, perseguido o encarcelado, aunque hubo también muertes no explicadas, como la de Juan Duarte, un gigoló hermano de Eva Duarte de Perón.
Las Fuerzas Armadas derrocaron a Perón en 1955, y el Partido Justicialista (peronismo) fue proscripto como fuerza política hasta que el General Alejandro Agustín Lanusse puso fin en 1973 al gobierno militar que derrocó al presidente constitucional Arturo Umberto Illia en 1966.
Lanusse convocó a elecciones luego de grandes disturbios conocidos como Cordobazo, Mendozazo y Rosariazo y la aparición de grupos guerrilleros y una ola de violencia con atentados, secuestros y crímenes políticos protagonizados por el Ejército Revolucionario del Pueblo, de origen trotskista, y otros como FAR, FAP y Montoneros de filiación peronista de izquierda que justificaban sus actos en la “resistencia” a la proscripción de Perón.
Desde su confortable exilio en su residencia de Puerta de Hierro, en Madrid, Juan Domingo Perón manejó la resistencia a los gobiernos militares. Desde 1962, tuvo como libro de cabecera para delinear sus estrategias a “La Teoría de la Contradicción” que le fue enviado, como presente y mensaje de respeto, por el líder de la revolución que dió origen a la República Popular China, Mao Tsé Tung, con Teng Siao Ping como mediador ante un discreto y muy eficiente operador del peronismo que conoció a Teng en Japón.
Peron, ya nuevamente como Presidente electo, tomó dos iniciativas a menos de 2 meses de su muerte el 1° de Julio de 1974.
Quien escribe esta columna tuvo acceso, fuera de Argentina, a dos hechos, desconocidos hasta esta publicación, que contribuirán al desprestigio de las Fuerzas Armadas en los años y décadas siguientes, hasta el presente de ruptura del paradigma antimilitarista.
Perón firmó en mayo de 1974 un Decreto calificado como Secreto, ordenando la aniquilación de las guerrillas y otros grupos “subversivos”.
También ese mes escribió una carta, cuyo texto leyó quien escribe este artículo, dirigida a quien ya era el máximo Jefe del Ejército: Jorge Rafael Videla, quien nunca respondió a esa carta pero cumplió lo que le pidió Perón.
En esa carta Perón pedía o sugería que las Fuerzas Armadas debían tomar el Poder Público para aniquilar la subversión, con una salvedad o pedido personal: que no hicieran daño a María Isabel Martínez de Perón, su última esposa y vicepresidente constitucional a partir del triunfo electoral de la fórmula Perón-Perón que siguió a la brevísima Presidencia de Héctor J. Cámpora.
Cámpora había liberado a todos los guerrilleros y militantes políticos puestos en prisión por el régimen militar que inició Juan Carlos Onganía en 1966, continuado por Roberto Marcelo Levingston y cerrado por Alejandro Agustín Lanusse.
Sobre el Decreto Secreto de Perón de mayo de 1974, el 20 de noviembre de 1975, en horas del mediodía, el entonces Presidente Interino Ítalo Argentino Luder firmó un Decreto Público ordenando a las Fuerzas Armadas el aniquilamiento de la subversión.
Esa misma medianoche se produjeron las primeras detenciones-desapariciones con tres casos contrastantes:
- uno de los detenidos murió en el suplicio de las torturas cantando, desafiante “La Internacional”. Su resistencia se apagó para siempre luego de un grito desgarrante y un silencio de muerte que se mantiene, irreversible.
- otro detenido optó por no emitir queja, grito ni gemido alguno a pesar de golpes y otras formas de violencia. Sus interrogadores se cansaron de golpearlo sin que emitiera sonido y permaneció preso hasta su liberación años después, ya en democracia.
- el tercer caso fue protagonizado por un detenido “que recibió una cachetada para que hablara y 10 para que se callara”. Su vida posterior de gran influencia política interna y exitoso crecimiento como empresario internacional.
Jorge Rafael Videla lideró el derrocamiento del gobierno civil el 24 de marzo de 1976. Se inició la respuesta militar a la guerrilla guevarista de grupos menores, del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de los grupos armados peronistas FAR, FAP y Montoneros.
La “subversión” fue derrotada en el monte tucumano, donde hubo “zonas liberadas” y en áreas urbanas.
Isabel Martínez de Perón vive aún con más de 90 años en un discreto exilio en Madrid. Sólo vivió un confortable confinamiento en la Residencia Presidencial de El Mesidor, en el norte de la Patagonia cordillerana.
A partir de allí, entre los 30.000 desaparecidos inventados por el ex montonero de apellido Basterra en su exilio europeo y los 9.000 casos registrados por la Conadep aún no hay certeza de cúal fue la cifra real de ese dramático capítulo de la historia del último gobierno militar argentino.
Se mantuvo si, a niveles exacerbados, el menosprecio social y político hacia los soldados argentinos que combatieron en Malvinas, y también hacia todo uniformado de las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad de la Argentina.
El 208° aniversario de la Declaración de la Independencia argentina desplegó el mayor desfile militar registrado en más de 5 décadas.
Además, por primera vez, quienes encabezaron el desfile fueron Veteranos de la Guerra de Malvinas, algunos ya octogenarios, en la mayor muestra de respeto institucional, político y social hacia quienes lograron restaurar la soberanía argentina durante un par de épicos meses que aún causan admiración en el mundo.
Y esa imagen que dió vuelta al mundo, con Milei y Villarruel eufóricos dentro de un Tanque Argentino Mediano, fue, aunque breve, un símbolo de un nuevo paradigma que pone fin, o reduce a minorías, a la grieta entre las instituciones civiles, el máximo nivel del poder político democrático y la sociedad argentina.
Los que depare el futuro interno y geopolítico regional y global depende del fortalecimiento institucional democrático de la republicana División de Poderes: del contexto internacional de focos bélicos limitados aún en Medio Oriente y en el frente abierto por la invasión de Rusia a Ucrania y una tensa situación en el sudeste asiático por la apetencia militar y territorial de la China de Xi Jing Ping sobre Taiwan, Filipinas y el mar circundante donde hasta llegaron ensayos misilísticos chinos hasta aguas en cercanías de Japón.
En lo regional, el futuro relacionamiento de las Fuerzas Armadas Argentinas con el poder político y social dependerá de Políticas de Estado y de circunstancias que amenazan al Mercosur como un bloque comercial construido para terminar hipótesis de conflicto que pesaban sobre las relaciones con Brasil, Chile y el Reino Unido.
El mayor riesgo para la seguridad contemporánea es el crimen organizado y vinculado al narcotráfico regional e internacional que afecta a la Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay.
Los actores de esta hipótesis de conflictos regionales son hoy las FARC vinculadas a la ETA, el Sebin venezolano, el G2 cubano y los grandes carteles narcos brasileños, PCC Primer Comando Capital y Comando Vermelho.
Pero también Bolivia abrió una impensada hipótesis de conflicto al firmar acuerdos militares, ofensivos defensivos con tres Estados extraregionales: China, Rusia e Irán.
En el último año, Bolivia recibió no menos de 7 vuelos con instructores iraníes procedentes de las fuerzas de los Pasderhan, Guardianes de la Revolución Iraní, que instruyen a las fuerzas bolivianas entre otras cosas, en el uso de los mismos drones iraníes que Rusia aplica en su invasión a Ucrania y que Hezbollah utiliza como tercero en discordia en la guerra que Hamás desató contra Israel el 7 de octubre de 2023.
Hoy, Bolivia tiene como aliado militar a Irán, el Estado responsable de los mayores atentados terroristas sufridos por Argentina: la destrucción con uso de poderosos explosivos de la Embajada de Israel y de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, aún varios años antes del atentado contra las Torres Gemelas en Estados Unidos.
Aún así, Argentina desactivó su proyecto misilístico “Cóndor” a mediados de la década de 1990 pero Chile aún mantiene en reserva, en estado latente, a su proyecto misilístico “El Rayo” iniciado por el régimen de Augusto Pinochet Ugarte y reconocido ante quien escribe este artículo por el presidente chileno Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien en el límite de la ira preguntó:
-Y cómo sabe Usted esto? (acompañando su pregunta con un forzadamente contenido golpe de palmas de sus manos sobre el escritorio presidencial).
-Porque lo reveló públicamente Augusto Pinochet en su reunión en Londres con la Reina de Inglaterra, fue la respuesta.
Chile hoy tiene 95.000 efectivos en sus Fuerzas Armadas. Argentina no llega a la mitad de ese número.
Las Fuerzas Armadas Argentinas están hoy absolutamente formadas en 40 años de democracia e incluso participa en misiones de Paz, como las de Cascos Azules que operan en el mundo bajo el paraguas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Fuente SrSurAgency