El dato del INDEC anticipa una posible caída en la variación mensual de los precios minoristas de julio, pese a la fuerte corrección de tarifas y precios regulados que está llevando adelante el Gobierno.
En línea con lo esperado por el equipo económico, la tasa de inflación se aproxima cada vez más al ritmo de la devaluación mensual programada por el Banco Central. El INDEC informó que el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento de sólo el 2,7% en el mes de junio, retrocediendo con respecto al repunte de 3,5 puntos porcentuales observado en el mes anterior.
Dentro del IPIM, los productos fabricados en el país marcaron un repunte del 2,7% (en línea con el dato general), mientras que los bienes importados solo subieron un 2,2% en el mismo período.
Cabe destacar que la mayor parte del incremento de los precios mayoristas obedece a una necesaria corrección de precios relativos, ya que la energía eléctrica en este segmento del mercado repuntó hasta un 18,8% en junio.
El precio de los productos manufacturados al por mayor solo aumentó un 2% en ese mismo mes. El IPIM que mide el INDEC acumuló un aumento del 50,5% en lo que va del año 2024, principalmente concentrado en el primer trimestre.
Todos los relevamientos oficiales sobre los precios mayoristas registraron importantes rebajas del ritmo de la inflación, sin excepción. El Índice de precios básicos al por mayor (IPIB), que excluye el efecto impositivo sobre el precio de los bienes y servicios relevados, marcó una suba de sólo el 2,5% mensual.
Por su parte, el Índice de precios básicos del productor (IPP), que solo considera a la producción local, registró un repunte del 2,6% en junio, nuevamente concentrado en el aumento de la energía eléctrica.
La inflación mensual continúa su convergencia hacia la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial, a partir del régimen de crawling-peg establecido por el Banco Central (a razón del 2% por mes) tras el salto devaluatorio de diciembre.
El Gobierno de Javier Milei logró desarmar exitosamente la hiperinflación latente que parecía estar apunto de estallar en diciembre del año pasado. Por aquel entonces, los precios mayoristas llegaron a aumentar hasta un 54%, prácticamente alcanzando la definición técnica de “hiperinflación” según los manuales convencionales de economía. No se veía un nivel tan extremo de inflación desde antes del comienzo del Plan de Convertibilidad en febrero de 1991, y una cifra similar a la que se registró en marzo de 1976.
El equipo económico presidido por Luis Caputo estableció una fuerte ancla fiscal como mecanismo para disciplinar las expectativas de inflación y atacar el problema de raíz, al mismo tiempo en que se sinceró el tipo de cambio, se compraron más de 17.000 millones de dólares desde diciembre, y se reformó completamente el diseño de política monetaria del Banco Central en tiempo récord.
Con la concreción del sexto superávit financiero consecutivo desde enero, el Sector Público Nacional (SPN) consiguió transformar un déficit que en diciembre de 2023 representaba el 3% del PBI a un superávit equivalente a 1 punto del PBI respectivamente. Todo esto considerando el saldo fiscal acumulado de los 12 meses en cada período. No se registraba una consolidación fiscal semejante desde el primer Gobierno de Carlos Menem.
Fuente La Derecha Diario