Por Ricardo Roa
¿Con qué otras cosas se puede seguir irritando a la sociedad argentina? Fernández continuó la corrupción no ya en un ministerio sino en el propio sillón de Rivadavia que, como se puede ver, sirve para mil cosas.
Cartón lleno. ¿Seguro, o puede haber más de lo que ya hay? Podría, porque hay cosas que ya no sorprenden: es tan grande la corrupción que por esperar, se puede esperar cualquier cosa. Fernández lo hizo. Continuó la corrupción no ya en una secretaría o un ministerio sino en el propio sillón de Rivadavia que, como se puede ver, sirve para mil cosas. Entre otras, una bien patética: que un baboso presidente de 65 histeriquee con una chica en onda gato a la que dobla en edad y encima filme todo como un adolescente.
Es de suponer que estas vejaciones a su esposa Fabiola hayan sido episódicas en relación con lo que Fernández estableció como perseverante continuación de la corrupción K por otros medios. Esa continuidad está en la Justicia, pero, recordemos, el decreto del mismo Fernández que amplió y perfeccionó el multimillonario curro con los seguros sigue vivito y coleando, a ocho meses de cambio de gobierno.
Detalles de la jugosa opereta seguros fueron ampliados por la indiscreción de un telefonito. ¿Indiscreción, o más que sensación de impunidad, seguridad de impunidad? Los chats de María Gatín Cantero, secretaria privada de Alberto Fernández, con su esposo, Héctor Martínez Sosa, deschavando la extensa cadena de currerías abarcan a medio gobierno. Cantero era la gerente de ventas, con despacho en la Rosada, de Fernández y Martínez Sosa brokers, lanzados a monopolizar los falsamente estatizados seguros del Estado.
La secretaria de Alberto Fernández, María Cantero.
Recordemos: Fernández fue largos años superintendente de Seguros. Es decir, hizo curso completo al más alto nivel sobre secretos y recovecos del sistema. Un experto, digamos. Tuvo mucho tiempo para urdir el curro. En diciembre de 2021 sacó el decreto 823 que obligó a todos los organismos a contratar sus pólizas con Nación Seguros, donde colocó a un equipo de leales al mando de su amigo Alberto Pagliano. Y algo clave: autorizó a Nación a subcontratar compañías privadas, las que quisiera, sin necesidad de concurso ni de licitación.
De ahí lo de estatizar para privatizar. Y en el medio, los brokers. O, mejor dicho, el broker, digamos, de la casa. Si había algún funcionario remiso a negociar con Martínez Sosa, entonces aparecía la esposa-secretaria presidencial Cantero, que presentaba su Alberto solución. Muchas veces, con sólo mentar esa opción, era suficiente para que Martínez Sosa consiguiera el contrato. Cantero le chateaba: Gatín, una más para tu pyme.
Los detalles están más que contados, pero aquí nos interesa remarcar el jugoso contrato con Gendarmería y comisiones por más de 1.600 millones. Es uno de los más rentables. Cantero y Martínez Sosa complotaron para correr de allí a uno de sus mayores rivales: Pablo Torres García, que manejó los seguros de la Ciudad. También mega millonario y socio de Nicky Caputo, Torres García fue el broker que Fernández y Massa pusieron a manejar el negociado con la ANsES, que disparó toda la investigación judicial. Martínez Sosa chatea: “Ya negocié el pase de Gendarmería a la Caja y Sancor”.
Alberto Fernández y su amigo y broker de Seguros, Héctor Martínez Sosa.
Con la ANsES, encajaron Life Orígenes, de Pablo Peralta, muy amigo de Alberto Fernández, y Sancor, San Cristóbal y San Germano. En el chat, Cantero y Martínez Sosa cuentan que semejante aval de Gendarmería merecía un regalo especial para el jefe de la fuerza. Fue un TagHeuer Aston Martin de 1800 dólares, que consiguió Ignacio “Nachito” Amui, mano derecha de Martínez Sosa y ex director de Experta Seguros, del grupo Whertein.
¡Cómo Martínez Sosa no iría a recibir el premio de Experta al broker con más ventas, si iba camino de ser el intermediario casi exclusivo entre las empresas del Estado y las aseguradoras privadas, eso sí, pasando antes por Nación Seguros! Experta tiene la carísima ART de la minera de Río Turbio, que vive de los subsidios oficiales.
También Martínez Sosa y Cantero se quedaron con otro contrato estrella: el de los Corredores Viales. Se lo sacaron a Castello Mercuri, otro de los brokers pesados. Dicen que hablaron con Massa para quedarse con la Casa de la Moneda, y con Wado de Pedro para entrar en YPF, a través de Matías Rosales, vecino de Mercedes del jefe de La Cámpora. Además, se metieron en la Cancillería y le llevaron el negocio a Fernando Zack, el hombre de Kicillof en ART Provincia Seguros.
Síntesis de las revelaciones de los chats: a) Gatín Cantero oficiaba de gerente de ventas de la exitosa pyme de su esposo, b) si la pyme tenía algún problema hablaba con el jefe y lobista jefe y chau, c) Decidían las aseguradoras privadas a las que metían en los negocios de Nación Seguros, d) desplazaban brokers competidores, e) para la aseguradora Fernández, Martínez Sosa, Gatín y Asociados, todo funcionario era cliente en potencia. Iban por todo.Tamara Petinatto con Alberto Fernández, en el despacho presidencial de la Casa Rosada.
Cantero ha resultado tan elocuente como Centeno, el de los cuadernos. Terminó revelando lo que el ex presidente es y abriendo bocas de su entorno solamente abiertas para discursear y escamotear la realidad. Aunque todavía es a medias. ¿Qué dicen de Fernández, la persona? Que es gran amarrete y gran negador. Y que nunca decide nada. No hace falta que digan que es un maltratador de mujeres físico, moral y en plata, al menos, de su esposa Fabiola, de la que estaba más o menos secretamente separado.
Fernández “le” consiguió a Fabiola un trabajo en España: es el que confusamente le dio a él su amigo Pedro Sánchez en la Universidad Internacional de La Rioja como asesor. Ese dinero es el que reciben Fabiola y su hijo. Sin plata o muy poca, fuera de su país, Fabiola está llena de odio y denuncia haber sido golpeada no una sino varias veces y engañada. Y además, aquí, es descalificada y acusada de adicta por adictos al ex presidente. Acusación que se cae a pedazos con el video del presidente y Tamara Petinatto y sus “te amo”.
¿Con qué otras cosas se puede seguir insultando, burlándose, irritando a la sociedad argentina? ¿Con los piqueteros y algún dirigente de la CGT haciendo un pobre acto, sin pena ni gloria, refugiados en la Iglesia con la excusa del día de San Cayetano? ¿Con el Papa, que denuesta la visita a represores de cinco diputados oficialistas, aunque no la corrupción ni otras represiones a la vista de todos, de todo el mundo? ¿Con el kirchnerato, donde la simulación y la pose como método han quedado desnudados? ¿Con Fernández, Línea Fundadora del kirchnerismo? ¿Se acaba solo, o se lo lleva puesto con él? Nadie sabe qué nueva sorpresa puede estar esperándonos.
Fuente Clarin