Por Lucía Salinas
Es una empleada de la Quinta de Olivos, que trabajaba para la pareja presidencial.
Declaró que a la exprimera dama “le salían los golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol”.
En el marco de la causa donde se la tribuyen nueve hechos de violencia de género, Alberto Fernández comenzó a delinear sus primeras estrategias jurídicas para defenderse. Este miércoles, su abogada Silvina Carreira presentó la declaración de la “Testigo A”, formulada ante escribano público, y pidió que sea citada por la fiscalía para ratificar sus dichos. Clarín accedió a detalles de su testimonial que se envió a la fiscalía para ser incorporada a la causa. Se refiere a los moretones de Fabiola Yañez, habla de “problemas de ingesta de alcohol” y de la relación con Alberto Fernández, entre otros detalles.
Carreira estuvo presente en las primeras testimoniales que fijó el fiscal Ramiro González. Los delitos que pesan sobre Fernández son lesiones leves y graves, agravadas doblemente por el vínculo, abuso de poder y de autoridad, junto a las amenazas coactivas.
Este miércoles, la defensa de Fernández comenzó a presentar los primeros testigos. Quien encabeza la lista es una mujer que trabajaba en la quinta de Olivos.
En primer término, prestó declaración ante escribano público. Sus dichos se entregaron en un sobre cerrado y lacrado a la fiscalía.
¿Qué declaró?
La “Testigo A” se desempeñaba como personal de la quinta de Olivos. Sobre este punto la abogada Carreira indicó: “No puedo dejar de destacar que los testimonios de personal de la Quinta de Olivos deben tener recaudos especiales dado que su exposición pública podría comprometer la seguridad nacional“.
Contó que en la quinta de Olivos “prestaba tareas los siete días de la semana con cama adentro, por siete días de descanso”. Allí prestó tareas en el chalet. En cuanto a las tareas describió que implicaban “ordenar las rutinas en general de la pareja presidencial, como una especie de ama de llaves”.
La abogada le preguntó: “¿Con quién vivía el señor Fernández cuando usted lo conoce por primera vez en el domicilio de la calle Juana Manso?, a lo que la testigo dice: “vivía solo”. Frente a esa respuesta, Silvina Carreira le pregunta si a raíz de su trabajo y su vínculo directo con Fernández y Yañez alguna vez vio o escuchó que el ex presidente “haya ejercido algún tipo de violencia contra la señora”. La testigo dijo: “No, ninguno“. La misma respuesta brindó cuando se le consultó si vio escenas de violencia física contra la ex primera dama.
“¿Observó moretones en algún lugar del cuerpo de Yañez?”, consultó la abogada defensora y la respuesta de la testigo fue otra: “Sí, le salían los golpes luego de las caídas que sufría por la ingesta de alcohol” y contó que “la encontró caída en la pileta”, ya que “ese día Yañez había quedado hasta muy tarde con sus amistades y cuando la fue a buscar la encontró tirada en el piso en medio de las plantas en la zona de la pileta“.
Después se le preguntó si alguna vez la ex primera dama le manifestó haber recibido algún golpe o maltrato por parte de Fernández, “la señora contestó que no”, consta en la declaración ante escribano público.
El interrogatorio de la defensa a la Testigo A continuó: “¿usted veía a la señora Yañez tomar alcohol de manera habitual?” La testigo dijo que “sí” y amplió: “Ella cada vez que se reunía con las amigas terminaba tomando demasiado”.
En el documento presentado ante la fiscalía se consignó: “La testigo manifiesta que estas ingestas eran continuas, a veces tomaba el alcohol en soledad y otras veces cuando se reunía con otras personas. La dicente siempre se ocupaba de limpiar y ocultar todas las bebidas y vasos para que el doctor Fernández no se enterara”.
La abogada Carreiro le consultó: “¿Había algún lugar específico donde la señora Yañez ocultara alcohol?”. Ante ese planteo, la testigo explicó: “la señora Yañez tenía un lugar y allí guardaba el alcohol bajo llave”. La pregunta siguiente fue: “¿En dónde se encontraba este lugar?”, y brindó la testigo más detalles: “en Huéspedes tenía un armario con llave en el vestidor, la llave la manejaba ella y ahí escondía la bebida, el peluquero le llevaba alcohol a requerimiento de ella y ahí la escondía“.
Silvina Carreiro le preguntó por qué se ocultaba la bebida. “Porque el señor Daniel Rodríguez no quería que la bebida vaya al chalet ni a huéspedes y por ello le llevaban la bebida escondida”, indicó la testigo. La defensora de Alberto Fernández le consultó “¿desde cuándo tuvo esta conducta con el alcohol?, a lo cual se respondió que “desde siempre, desde que se instalaron en la quinta de Olivos“.
Cuando declaró ante el fiscal Ramiro González, Fabiola Yañez admitió que sus problemas con el alcohol iniciaron después de 2016, cuando -expresó- el expresidente la indujo a practicarse un aborto. Y en esa misma testimonial, señaló que “Alberto Fernández tomaba y fumaba” de forma asidua.
Por ese motivo, la abogada defensora consultó a la “Testigo A”: “¿El señor Alberto Fernández consumía alcohol?”, la respuesta fue la siguiente: “no consumía alcohol y tampoco nunca lo vio fumando”.
En otro tramo de la declaración brindada ante escribano público y que la defensa pide que se replique en la fiscalía, la abogada Carreiro pidió a la testigo que describa cómo era el trato de Fernández con Yañez. “Yo siempre vi un trato cariñoso, siempre le hablaba con cariño con amor, nunca noté nada que me llamara la atención de él. Siempre la cuidaba, el era muy atento a pesar de verla en las condiciones en las que la encontraba, él se preocupaba”, dijo la testigo ofrecida por la defensa.
De esta manera, Alberto Fernández mueve sus primeras piezas en el marco de la causa en la que está imputado por lesiones leves y graves, agravado doblemente por el vínculo, más el abuso de poder y de autoridad, junto a las amenazas coactivas.
Fuente Clarin