Por Gonzalo Suli
El entrenador xeneize habló tras el partido y dio su visión del triunfo por penales ante Talleres.
Era una noche especial, indudablmente. Y pese a su declaración al saber ya que su equipo seguía en carrera, Diego Martínez no quiso darle tanta importancia a lo que se habló en la previa o a su estado emocional. Sobre todo a lo que se pudo ver en el mismo campo de juego y a través de las cámaras en sus primeros pasos dentro del vestuario de Boca.
“Cuando ganamos no se me cruzó nada por la cabeza, me caí porque me mareé. Se me nubló todo”, arrancó Martínez al ser consultado por su emoción tras el penal fallado por Guido Herrera, para rematar inmediatamente que “cuando las cosas no salen hay que seguir intentándolas, y este grupo, más allá de cualquier cosa o cualquier pavada que se pueda hablar por afuera, sigue intentando y cada final que juega merece ganarla”.
Así, el DT sacó pecho por un triunfo en etapa de mano a mano como no había podido en la serie más reciente, ante Cruzeiro, también en una serie por penales. Sin embargo, en su mirada hubo satisfacción por la actuación del equipo: “Jugamos un gran partido, contra un gran rival, intenso. tuvimos el dominio y el control y tal vez nos costó materializarlo”, insistió.
Un Martínez peleador
Algo combativo, obligando a la repregunta de algún cuestionamiento por el nivel de juego, el Gigoló volvió a destacar la paridad del fútbol argentino y que su equipo está en etapa de reinvención y adaptación por las incorporaciones, al tiempo que se esperanzó por que la serie ganada signifique “una bisagra para lo que viene”.
“Yo no escucho porque no consumo, pero es normal. Lo que se cuestiona es normal, si querés estar en este club tenés que aceptar estas cosas. Pero todo esto está bueno para crecer como grupo”, analizó volviendo al tema de los cuestionamientos y los plazos para su continuidad en relación con los resultados.
Es que las semanas de Boca no son las más tranquilas y Martínez lo sabe. Sabe también que debe seguir trabajando. Y cómo no lo va a saber si él mismo dio ayer la receta al revelar una charla con Gabriel Heinze, donde el Gringo le dijo que “el laburo garpa”.
Fuente OLE