Entre protestas y bloqueos, la rivalidad Morales-Arce alcanza una fase decisiva para Bolivia
La Paz, Bolivia – En Bolivia, la marcha liderada por exmandatario Evo Morales desde el altiplano hacia La Paz ha intensificado su rivalidad con el presidente Luis Arce, poniendo en el centro del debate la sucesión constitucional. Según expertos consultados por France 24, el objetivo de Morales podría ser “tumbar al presidente Arce” y buscaría al presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, como sucesor. Por su parte, el Gobierno denuncia un intento de “golpe de Estado”, mientras el conflicto amenaza con desestabilizar Bolivia y agravar el panorama económico del país.
Por:Javier Aliaga
Con el inicio de una marcha encabezada por el expresidente Evo Morales desde el altiplano hacia La Paz en contra del gobernante Luis Arce, la rivalidad entre ambos parece haber llegado a un escenario casi decisivo tras dos años de disputa por el liderazgo de su partido y la candidatura para los comicios nacionales programados para el 17 de agosto del 2025.
La fractura en el Movimiento al Socialismo (MAS) ha llegado al punto de que los ministros de Justicia y de Gobierno denunciaron este martes que con la marcha y el bloqueo de carreteras liderados por Morales se quiere provocar violencia en el país y forzar a la renuncia del presidente y el vicepresidente, David Choquehuanca. El expresidente busca que entreguen el poder al presidente del Senado, el dirigente cocalero y politólogo Andrónico Rodríguez, de 35 años, afín a Morales.
Morales comenzó la caminata en la localidad de Caracollo, a 190 kilómetros de La Paz, al frente de alrededor de 5.000 personas de diferentes sectores sociales. La marcha tiene previsto arribar a su destino dentro de siete días para intentar forzar al presidente Arce a que atienda sus peticiones para resolver la inflación, la escasez de dólares y de combustibles, entre otros temas.
Morales, que gobernó Bolivia 14 años, entre el 2006 y 2019, ha denominado a su movilización como “Gran marcha nacional para salvar Bolivia: por la vida, democracia y revolución”.
Lamentablemente, nos abandonó el presidente (Luis Arce) y vicepresidente (David Choquehuanca). Nos traicionó. De paso, mala gestión y corrupción. Si el primer y segundo hombre abandonan el pueblo, está el tercero en el Estado, hermano Andrónico Rodríguez, con nosotros, dijo Morales en un discurso antes de iniciar la marcha.
El dirigente campesino afín a Morales, Ponciano Santos, afirmó en una alocución que han “aguantado cuatro años a Luis Arce y David Choquehuanca y a sus ministros corruptos” y emplazó al gobierno a convocar a un diálogo para solucionar los problemas del país o a enfrentar un bloqueo nacional de caminos a partir del 30 de septiembre.
Desde el lunes pasado, hay cortes de ruta en el altiplano, en el camino hacia el lago Titicaca y Perú, por parte del grupo radical de los Ponchos Rojos, que mostraron unos cuantos fusiles supuestamente antiguos, como advertencia a la Policía ante un intento de desbloqueo.
“Hay un plan maquiavélico para que Andrónico llegue a la Presidencia”
El ministro de Justicia, Iván Lima, dijo en X que “detrás de la marcha y los bloqueos que asedian al país desde ayer, hay un plan maquiavélico para lograr que Andrónico llegue a la Presidencia y desde allí forzar la candidatura ilegal e inconstitucional de Morales”.
Lima, que es uno de los hombres fuertes del Gobierno de Arce, dijo que Morales “es un ser ambicioso, al que no le importa la incertidumbre del pueblo boliviano y es capaz de pasar por encima del dolor del mismo con tal de reproducir el poder”.
Rodríguez es el presidente del Senado desde hace cuatro años y se ha mantenido leal a Morales en medio de los rumores sobre un posible distanciamiento, pero que él mismo ha negado.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dijo en sus redes sociales que las palabras de Morales “en el fondo son la evidencia más grande del intento de golpe de Estado” y bautizó la movilización del exmandatario como “Marcha por la muerte” al considerar que la protesta buscará desestabilizar al Gobierno de Arce con acciones violentas.
La noche del domingo, el propio Arce, enérgico e iracundo, como no se había mostrado públicamente antes, advirtió que el objetivo de las protestas de Morales era un intento de “golpe de Estado” para forzar su postulación en los comicios generales del 2025, pese a que el Tribunal Constitucional ha vetado esa posibilidad.
En Bolivia, la sucesión constitucional tiene antecedentes en 2019, cuando tras la dimisión de Morales y otras autoridades, la primera vicepresidenta del Senado, Jeanine Añez, se convirtió en presidenta. Mientras que en 2005, cuando dimitieron Carlos Mesa (2003-2005) y otros políticos quedó como jefe de Estado el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez.
Arce, que asumió la presidencia en noviembre del 2020 y su mandato se cumplirá en el mismo mes del 2025, afronta críticas por su gestión en la crisis económica que vive el país. Una que ha sido agravada sobre todo por la escasez de dólares y la intermitencia en la distribución de combustibles.
El Gobierno ha anunciado que usará la Constitución y la ley contra la marcha y los bloqueos.
Adicionalmente, con el objetivo de impedir el avance de la marcha de Morales, otros sectores sociales afines a Arce comenzaron a reunirse en la localidad de Vila Vila, a 165 kilómetros de La Paz. Algo que aumenta las tensiones sobre posibles enfrentamientos en esa ruta altiplánica.
Militantes de las dos facciones, según los medios, se enfrentaron a golpes cerca de ese lugar y un senador “evista”, Luis Flores, denunció que fue golpeado por seguidores del “arcismo”.
“Es una jugada arriesgada, que podría salirse de control”
Para el politólogo y docente universitario, Vladimir Torrez, la situación del Movimiento al Socialismo (MAS) ha pasado del conflicto y la tensión entre las facciones “a una guerra abierta de agresiones concretas y frontales entre los sectores sociales y sus líderes políticos”.
La marcha de Evo Morales “es prácticamente una jugada final para ambos”, subrayó para France 24.
Sin embargo, considera que hablar de una sucesión constitucional hasta ese nivel “es una jugada muy arriesgada, que podría salirse de control y de las manos del propio Morales” porque también cabe preguntarse “hasta qué punto Andrónico podría ser reconocido y no ser arrastrado también por una movilización que afecte a las dos primeras autoridades del país”.
No obstante, según reconoce el analista, la apuesta de Morales es “tumbar al presidente Arce”, aprovechando el descontento general que existe por la situación económica. Sin embargo, subraya que el apoyo al expresidente indígena no será automático porque tiene “anticuerpos” en varios sectores sociales y “hacer bloqueos y marchas pueden jugar en su contra”.
Se verá estos días en qué medida la marcha suma apoyos o indiferencia. Y si Luis Arce, ante la indiferencia social frente a la marcha de Morales y otras medidas, puede animarse incluso a intervenirla y detener a Evo Morales, sentenció Torrez.
A su juicio, la confrontación ha llegado a este punto porque Morales “ha buscado el fracaso estrepitoso del Gobierno de Arce” desde que sus parlamentarios paralizaron desde hace más de un año la aprobación de créditos externos por mil millones de dólares, fondos que hubiesen aliviado en algo los problemas económicos provocados por la escasez de esa moneda en el país.
Por el otro lado, según Torrez, la reacción de Arce fue expulsar del Gobierno a la gente y a los operadores políticos del exmandatario, pero “la agresión más fuerte fue poner cuatro o cinco candados a la repostulación de Morales en 2025”.
Institucionalmente, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debió haber definido cuál de las facciones cumplía con la ley electoral para asumir la conducción del MAS, pero amplió hasta cinco veces el plazo para tomar las decisiones sobre el tema, la última vez fijando el 20 de diciembre para hacerlo.
No obstante, también derivó el caso al Tribunal Constitucional, del que los “evistas” desconfían al considerar que esa corte responde al Gobierno de Arce.
Fuente France24