Por Daniel Romero
En las últimas horas, la guerra en Ucrania ha vuelto a intensificarse con una serie de ataques aéreos y contraataques que reflejan la persistente violencia en la región, cada dia, Rusia incrementa sus ataques con drones aportados por Iran. (Esta situacion se debe tener en muy en cuenta en Latinoamerica, principalmente Argentina. El gobierno de los ayatolas de Irán, juro hacerle pagar a Argentina su alineamiento con Occidente y apoyo a Israel, y precisamente Teherán, tiene firmados convenios de colaboracion en materia de defensa con La Paz, por lo que Buenos Aires, y su devastada inteigencia, debe observar con detenimiento lo que acontece en el vecino pais, principlamente en los pasos no oficiales, que abundan).
Durante la noche del 12 de octubre de 2024, las fuerzas de defensa antiaérea ucranianas lograron interceptar 24 de los 28 drones de ataque Shahed lanzados por Rusia. Este hecho, informado por la Fuerza Aérea ucraniana, destaca la continua agresión por parte del Kremlin, que sigue utilizando su maquinaria bélica para desestabilizar y aterrorizar a la población ucraniana.
El ataque ruso incluyó misiles de tipo no especificado lanzados desde la región rusa de Belgorod y 28 vehículos aéreos no tripulados desde Kursk y Primorsko-Ajtarsk. Este tipo de ofensivas no solo incrementa el sufrimiento de civiles, incluidos niños, sino que también subraya la estrategia de desgaste utilizada por el gobierno de Putin para mantener la presión sobre Ucrania.
En respuesta, el “Ministerio ruso de Defensa afirmó haber neutralizado 47 drones ucranianos” durante la noche, en varias regiones incluyendo Krasnodar, el mar de Azov y Kursk. Estas afirmaciones, sin embargo, deben ser tomadas con cautela, dado el historial de desinformación y propaganda del régimen ruso.
Por otro lado, el Estado Mayor ucraniano confirmó un ataque nocturno contra un depósito de combustible en Rovenki, en la región de Lugansk, ocupada por tropas rusas. El comunicado ucraniano detalló que el objetivo era un almacén de petróleo y productos derivados, esenciales para el sostenimiento de las fuerzas invasoras rusas. Esta operación, coordinada por la Dirección Principal de Inteligencia y otras fuerzas de defensa, subraya el intento de Ucrania por debilitar el potencial militar y económico de Rusia en el territorio ocupado.
Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en 2022, el mundo ha sido testigo de las acciones criminales del gobierno de Putin, que ha ignorado reiteradamente el derecho internacional y las normas humanitarias. Los ataques indiscriminados contra infraestructuras civiles, el uso de drones y misiles para sembrar el caos, y la ocupación de territorios soberanos son parte de una estrategia brutal que busca minar la resistencia ucraniana y consolidar el control ruso en la región.
La comunidad internacional debe continuar condenando estas acciones y reforzar su apoyo a Ucrania, no solo con palabras, sino con acciones concretas que ayuden a restaurar la paz y la justicia en el país. La resistencia ucraniana, simbolizada por su capacidad de defensa y contraataque, es un testimonio de la determinación de un pueblo que lucha por su libertad y soberanía frente a un agresor implacable.
Es crucial que el mundo no olvide las atrocidades cometidas y que se mantenga firme en la búsqueda de una solución pacífica y duradera que respete la integridad territorial de Ucrania y los derechos de sus ciudadanos.