Por Lior Lucas
En la tarde del 13 de octubre de 2024 un dron suicida impactó en el comedor de la base de entrenamiento de la unidad Golani, causando la muerte de 4 soldados y 51 heridos. La Investigación preliminar de la Fuerza Aérea pensaba que el dron con el que se perdió contacto se había estrellado; con lo que se concluyó que, a partir de ahora, se emitirán muchas más alertas en cualquier evento similar para no correr riesgos.
De la investigación preliminar de la Fuerza Aérea se desprende que Hezbollah lanzó un ataque combinado de drones, cohetes y tres misiles precisos hacia Haifa en el mismo período de tiempo. Dos de los drones fueron interceptados por la Marina y la Cúpula de Hierro, mientras que el tercero, que se estrelló, perdió contacto al noreste de la ciudad de Acre. Durante este tiempo, la Fuerza Aérea asumió que, dado que el contacto se había perdido por un período prolongado, el dron se había estrellado por sí mismo debido a la baja altitud de vuelo o a las interferencias de GPS que la Fuerza Aérea opera.
Durante media hora, el dron no fue identificado, excepto por un breve período de entre un minuto y un minuto y medio, durante el cual, en retrospectiva, se confirmó que había sido detectado en los radares y que podría haberse clasificado como una amenaza aérea, pero esto no sucedió.
La Fuerza Aérea también confirma nuestra publicación de esta mañana en Galei Tzahal, según la cual, en la unidad de control aéreo, se recibió un informe de la policía sobre civiles que vieron una aeronave sospechosa en el área de Yokneam. Dado que en ese momento había un helicóptero en el aire en esa área, la Fuerza Aérea supuso en tiempo real que se trataba de ese helicóptero y, por lo tanto, respondieron que se trataba de una aeronave israelí.
La directiva del Comandante de la Fuerza Aérea tras el incidente: “Ampliar los márgenes” de los eventos de drones con los que se haya perdido contacto y no asumir que se han estrellado solos, a menos que haya una confirmación definitiva. Esto significa que, en los próximos días, es posible que se activen alarmas generalizadas en muchas áreas del país, y algunas de ellas podrían ser falsas alarmas. La Fuerza Aérea explica: “Estamos entrando en un modo de defensa. Incluso si perdemos contacto con un dron durante media hora y no sabemos dónde está, actuaremos con máxima precaución”.
En cuanto al funcionamiento del dron, se puede confirmar que se trata de un modelo Sayyad 107, con una cabeza explosiva de combate de entre 3 y 5 kg. Funciona mediante un sistema GPS. Es probable que no sea operado en tiempo real por los terroristas, sino que su ruta de vuelo y coordenadas específicas se hayan programado de antemano. La evaluación es que Hezbollah lo lanzó con precisión hacia el comedor, apuntando a la hora de la cena.
Otra directiva del Comandante de la Fuerza Aérea es priorizar los ataques contra la Unidad 127, la unidad de drones de Hezbollah. La Fuerza Aérea cree que la mejor respuesta al desafío de los drones es una ofensiva: eliminar a todos los terroristas, desde los de menor rango hasta los altos mandos, en la unidad de drones de la organización, dándole prioridad tanto a nivel de inteligencia como operativo.
El 15 de octubre en un comunicado del vocero de las FDI se publicó: “Hemos eliminado al responsable del sector norte del río Litani en la unidad aérea de Hezbollah, encargado del lanzamiento de drones hacia Israel”
“Aviones de combate atacaron y eliminaron hace varios días en la región de Nabatiya al terrorista Khader al-Abed Bahja, responsable del sector norte del río Litani en la unidad aérea de la organización terrorista Hezbollah. El sector bajo su mando era responsable de ejecutar operaciones con drones, incluidos dispositivos de recolección de información y explosivos, contra la retaguardia israelí y las fuerzas de las FDI.”
Los drones utilizados por grupos como Hezbollah son extremadamente peligrosos debido a varios componentes clave que los convierten en armas precisas y letales. ¿Cómo cada uno de estos componentes contribuye a su capacidad destructiva?:
- Tecnología de navegación avanzada: Los drones modernos suelen estar equipados con sistemas de GPS y otras tecnologías de navegación satelital, lo que les permite volar con gran precisión hacia objetivos específicos. Aunque el operador sea un combatiente de bajo rango, puede seguir coordenadas preestablecidas y alcanzar su objetivo, incluso desde una distancia considerable (como mil kilómetros).
- Sensores y cámaras de alta calidad: Estos drones tienen sensores avanzados, cámaras de largo alcance y sistemas de reconocimiento que permiten identificar objetivos con precisión en tiempo real. Esto asegura que el dron pueda corregir su trayectoria en vuelo y ajustarse a condiciones cambiantes en el campo de batalla.
- Autonomía y guía remota: Muchos drones están programados para funcionar de manera semiautónoma, lo que significa que una vez lanzados, pueden seguir rutas predeterminadas sin necesidad de intervención constante. Incluso los operadores inexpertos pueden lanzarlos fácilmente, y los drones pueden continuar volando hacia su objetivo sin demasiada supervisión.
- Carga explosiva: Estos drones pueden transportar cargas explosivas significativas o bombas de precisión que, combinadas con su capacidad de vuelo a baja altura y su maniobrabilidad, los hacen difíciles de detectar y neutralizar antes de que alcancen su objetivo.
- Capacidad de evasión: Algunos drones están diseñados con tecnología de sigilo o volar a altitudes y velocidades que los hacen difíciles de interceptar por los sistemas de defensa aérea tradicionales.
Incluso un terrorista de bajo nivel puede ser entrenado para utilizar estos sistemas de manera relativamente sencilla, y gracias a la combinación de todas estas tecnologías, los drones pueden lanzarse desde grandes distancias y aún así impactar con precisión en sus objetivos.
Esto los convierte en armas extremadamente peligrosas en manos de actores no estatales, ya que pueden superar las defensas convencionales y causar daño significativo con poco costo y sin necesidad de infraestructura militar avanzada.
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Anatomia de los Drones suicidas:
Introducción
Desde una perspectiva externa, los drones explosivos de fabricación iraní presentan características visuales distintas. Ejemplos incluyen el Samad 2 y el Ababil T que operan desde Líbano, el Samad 3 proveniente de Yemen, el Shahed 136 lanzado desde Irán y el Shahed 101 que llega desde Irak. A pesar de las diferencias superficiales, todos ellos comparten una lógica de ingeniería subyacente que les confiere un potencial destructivo significativo. Un análisis más detallado revela cómo cada componente contribuye a su eficacia como amenaza.
Clasificación de Drones Explosivos
Los drones explosivos ligeros se pueden clasificar en dos categorías principales:
1. Drones Autónomos: Se pilotan de forma automática.
2. Drones Teledirigidos: Son controlados de manera remota.
Cada categoría presenta ventajas particulares. Los drones autónomos son notablemente económicos, presentan una complejidad técnica menor y son fáciles de operar y lanzar. La navegación satelital gestiona la trayectoria, permitiendo que cualquier persona pueda utilizarlos. Sin embargo, esto conlleva un costo en términos de precisión, que es inferior en comparación con los drones teledirigidos.
En cuanto a la sigilosidad, los drones autónomos son capaces de conocer su ubicación y altitud, pero no pueden detectar obstáculos, lo que aumenta el riesgo de colisión. Para mitigar este riesgo, se les programa a volar a mayores altitudes, lo que, aunque mejora la detección, también aumenta su visibilidad. Por el contrario, los drones teledirigidos tienen la capacidad de volar a altitudes más bajas, lo que les permite sorprender a sus objetivos.
Anatomía de un Dron Explosivo
Los drones suicidas fabricados en Irán tienen varios componentes clave:
Motor: Un pequeño motor de gasolina basado en diseños alemanes e italianos, adaptados mediante ingeniería inversa.
Tanque de combustible: Ocupa la mayor parte del espacio interno.
Batería: Proporciona energía a los sistemas.
Sistema de control de vuelo: Incluye altímetros, acelerómetros, control de dirección, piloto automático y controles de alerones.
Sistema de navegación satelital: Equipado con entre 2 y 4 antenas y dispositivos para mitigar interferencias en la señal GPS.
Para los drones teledirigidos, se añaden componentes como:
Cámara: Instaladas en la parte delantera del dron.
Transmisores y antenas: Frecuentemente, incluyen un sistema de cifrado.
Batería de mayor capacidad: Para alimentar el equipo adicional.
El espacio en el morro del dron se deja generalmente vacío para la posible instalación de sistemas de guiado adicionales, como antenas que detecten transmisiones de radar.
Carga Explosiva
La carga explosiva representa una pequeña fracción del dron, generalmente situada en la parte delantera o media. La mayor parte del espacio se destina a combustible, optimizado para maximizar el alcance. Cada dron explosivo iraní tiene un área de ala diseñada para maximizar la sustentación y la eficiencia de vuelo. Por ejemplo, el Shahed 101 puede impactar un objetivo a 700 km, mientras que el Shahed 136 tiene un alcance de hasta 2,500 km. El Ababil T, utilizado por Hezbollah, es menos eficiente, con un alcance de 200 km, suficiente para amenazar Tel Aviv desde el sur de Líbano.
Proceso de Lanzamiento
El lanzamiento de un dron explosivo se realiza sin necesidad de una pista convencional. Existen dos métodos de lanzamiento:
1. Rieles: Utilizan dispositivos que funcionan con presión de aire o cuerdas flexibles tensadas.
2. Cohetes pequeños: Proporcionan una mayor flexibilidad en el terreno, a pesar de ser más costosos y de un solo uso.
Este último método permite que un grupo de terroristas transporten y oculten fácilmente el dron, utilizando solo un pequeño soporte metálico que puede fijarse al suelo. Un dron Ababil T, que pesa alrededor de 85 kg, puede ser lanzado por solo dos personas en minutos.
Trayectoria y Despliegue
Una vez lanzado, el dron debe recorrer miles de kilómetros. Vuela a una altitud y trayectoria donde la influencia de las corrientes de aire es menor, siendo los obstáculos inesperados el mayor riesgo durante el trayecto. Un caso notable fue el del Shahed 101, que sufrió un accidente al quedar atrapado en las cuerdas de un edificio al intentar llegar a Israel.
Desenlace en la Zona de Objetivo
Al acercarse al objetivo, el dron autónomo desciende en un ángulo de 30 a 45 grados. Un descenso más pronunciado aumentaría la velocidad y la fuerza del impacto, pero dificultaría las correcciones de trayectoria necesarias para un impacto preciso. Por otro lado, los drones teledirigidos permiten al operador decidir el ángulo de descenso.
Activación de la Carga Explosiva
La carga explosiva generalmente consiste en un sistema de fragmentación que se activa mediante un detonador de impacto. Alternativamente, puede utilizar un detonador de altura que maximiza el alcance de los fragmentos en el momento de la detonación, lo que resulta efectivo contra objetivos no blindados y dispersos.
Limitaciones y Conclusiones
Es importante señalar que se pueden incorporar cargas de penetración en los drones, aunque tales dispositivos aún no han sido enviados a la región. Hezbollah, por ejemplo, opta por misiles antitanque para atacar objetivos blindados. Además, los terroristas tienen acceso a cargas termobáricas, que crean una poderosa onda de explosión, aunque no se han utilizado ampliamente en el conflicto actual.
Finalmente, los drones suicidas representan un desafío significativo en el campo de batalla debido a su bajo perfil de vuelo, facilidad de uso y costo accesible. Sin embargo, la ingeniería detrás de estos dispositivos es un campo de compromisos y limitaciones. En futuras discusiones, se explorarán modelos específicos de drones que llegan a Israel y sus patrones de operación, revelando sus vulnerabilidades y limitaciones, las cuales se pueden aprovechar en las operaciones de defensa.
Fuentes:
- L’orient Today
- Niztan Sadan, Calcalist.
- Moked Bitajon