Por Nicolás J. Portino González
Hezbollah ha consolidado en los últimos años una red de contactos más allá de Medio Oriente, enfocando su influencia en el ámbito académico y en movimientos sociales, tanto en Europa como en América Latina. Recientemente, los servicios de inteligencia españoles -pese la reticencia del gobierno- y algunas agencias más, han intensificado sus investigaciones sobre los vínculos de Hezbollah con sectores universitarios y actores políticos en Occidente. Este fenómeno busca capitalizar el descontento social mediante alianzas estratégicas que refuercen su agenda ideológica.
- Argentina bajo la lupa de inteligencia europea:
Uno de los focos más activos de movilización estudiantil es Argentina, país que ya cuenta con antecedentes históricos relacionados con actividades terroristas atribuidas a Hezbollah y enlaces con legisladores. Según informaciones en desarrollo, agencias de inteligencia europeas han puesto bajo investigación contactos entre autoridades universitarias Argentinas y representantes de Hezbollah, quienes habrían mantenido reuniones, por ejemplo en Miami, para coordinar acciones conjuntas. El interés de Hezbollah en estas movilizaciones no es fortuito, considerando que los espacios académicos, normalmente coptados por la izquierda, pueden ofrecer una plataforma efectiva para difundir su narrativa anti-israelí y anti-occidental. Ya se han observado recientemente en casi todas las movilizaciones y protestas, banderas de Irán, Palestina, Hamas, Hezbollah, ISIS, etc.
Marcha universitaria en Buenos Aires con banderas Palestinas.
- Investigaciones en curso en Europa con acción interagencial de inteligencia:
En paralelo, en Europa, se ha iniciado una investigación específica sobre el posible financiamiento de protestas universitarias por parte de Hezbollah. Las autoridades buscan identificar si la organización libanesa ha utilizado redes locales para canalizar recursos hacia movilizaciones en universidades, aprovechando el clima de inestabilidad social. Estas investigaciones subrayan un patrón creciente en el que grupos extremistas intentan influir en movimientos sociales para posicionar su agenda en el debate público.
- Un desafío para la seguridad global:
Estos eventos reflejan un esfuerzo coordinado de Hezbollah para fortalecer su presencia en Occidente, utilizando tanto alianzas políticas como redes académicas. El desafío para las agencias de inteligencia es mantener un delicado equilibrio entre proteger las libertades civiles, como el derecho a la protesta, y prevenir que actores radicales instrumentalicen estos espacios para promover agendas extremistas. La colaboración internacional y el enlace entre las agencias europeas y latinoamericanas debiera ser esencial para anticipar y mitigar estos riesgos.
Esta dinámica pone de relieve la necesidad de una vigilancia constante, dado que la influencia transnacional de Hezbollah puede fomentar divisiones internas en los países afectados, al tiempo que refuerza su legitimidad en el escenario internacional. Europa y América Latina, seguirán siendo escenarios clave en esta lucha por mantener la seguridad y estabilidad ante la creciente complejidad del entorno global.