Por Jaime Rosemberg
Los representantes argentinos se alinearon a los países de la región; antes del estallido de furia de Milei, el argumento oficial era resguardar la unidad en la cuestión Malvinas; Lagorio, el encargado del voto que terminó con la gestión de Mondino
Todavía conmovidos por la decisión presidencial, desde la Cancillería intentaron explicar los motivos por los cuales Ricardo Lagorio, todavía representante argentino en la ONU votó en contra del embargo a Cuba en la asamblea general de ese organismo. Para el presidente Javier Milei, la necesidad de preservar el apoyo de la región a la “cuestión Malvinas” no fue un argumento suficiente, y por eso decidió, en un estallido de furia, echar a la canciller Diana Mondino y reemplazarla por el actual embajador en Washington, Gerardo Werthein.
¿Cómo pudo ocurrir ese voto en la ONU? Desde el Palacio San Martín no niegan el enojo de Lagorio con Mondino por la decisión de separarlo del cargo. “Pero él sólo cumplió órdenes. Y es un tema demasiado importante para que no lo maneje la canciller”, expresaron altas fuentes diplomáticas.
En los hechos, la Argentina votó en la Asamblea General de Naciones Unidas en contra del embargo económico a Cuba, que desde hace décadas promueve Estados Unidos contra el régimen comunista de la isla caribeña. En esta votación, impulsada por Cuba por trigésima segunda vez, Argentina no estuvo sola. Con las únicas excepciones de Israel y el propio Estados Unidos, más la abstención de Moldavia, el resto de los países integrantes (un total de 187) que votan en la asamblea lo hicieron en favor del cese del embargo, utilizado por el castrismo como base para su postura opuesta a Washington. No votaron Venezuela ni Ucrania.
“Hubiese sido muy fuerte votar ya sea en abstención o en contra, porque en algún momento vamos a necesitar también votos por nuestro tema más central y más importante: Malvinas”, explicaron fuentes diplomáticas con conocimiento de la votación. La representación argentina en Naciones Unidas cambió de mando hace unos días. Luego del reciente desplazamiento de Ricardo Lagorio, resistido por la secretaria general Karina Milei y el asesor presidencial Santiago Caputo, ocupó su lugar su segundo, Francisco Tropepi, que durante años estuvo a cargo de la representación diplomática en Israel. De todos modos, en los hechos fue Lagorio quien emitió el voto argentino, según fuentes irreprochables, dado que, a pesar de estar oficialmente fuera del cargo, según el reglamento diplomático, a cargo de la misión hasta el último día de su estadía en New York.
El representante argentino ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, Carlos Foradori, está actualmente en Nueva York presidiendo tres organismos vinculados al desarme mundial.
¿Habrá enojo de Estados Unidos por la postura argentina? En la Cancillería, antes de la decisión de Milei, creían que no había razones. “Lo Estados Unidos están resignados y no creemos que esta resolución forme parte de su catálogo más prioritario de su política exterior”, expresaron voces de la diplomacia vinculadas con la votación, que se desarrolló este miércoles a mediodía en la sede de la ONU.
De todos modos, el apoyo a Cuba se sumaba a los gestos de distensión con Brasil y el acercamiento a China, todos países “comunistas” con quienes el entonces candidato presidencial Milei prometió no tener vínculos de ningún tipo, durante la campaña que lo llevó a la Casa Rosada.
El argumento argentino se centraba en la necesidad de sostener el apoyo del continente en la batalla diplomática por la soberanía de Malvinas, aunque quien festejó este miércoles fue el presidente cubano, Miguel Díaz Canel. “El pequeño David volvió a vencer al gigante Goliat”, posteó Díaz Canel en la red social X. “La pequeña Cuba ha vuelto a derrotar al imperio vecino que, seguramente, ignorará con prepotencia la demanda mundial, pero la dignidad de este pueblo y la solidaridad universal han vuelto a derrotarlo”, agregó el sucesor de Fidel y Raúl Castro en el poder de la isla, que gobiernan desde 1959.
El comité de descolonización de la ONU emite, cada año, una resolución que insta a Argentina y Gran Bretaña a buscar una solución “pacífica y negociada” a su diferendo por Malvinas. La última fue en junio del año pasado, y se aprobó por unanimidad. Cuidadoso de no perder aliados, el Gobierno enfrentó semanas atrás duras críticas de la oposición por su postura dialoguista con Gran Bretaña.
A fines de septiembre, los cancilleres Diana Mondino y David Lammy firmaron un acuerdo para reanudar las visitas de familiares de caídos argentinos a la isla, la reposición de un vuelo vía Córdoba y la finalización del acuerdo con la Cruz Roja para la identificación de restos de soldados argentinos fallecidos durante la guerra de 1982. “La soberanía está resguardada”, dijo Mondino en aquella ocasión. Hoy, su decisión de apoyar a Cuba le costó el puesto.
Fuente La Nación