Por Daniel Romero
Argentina ha sufrido la influencia de las mafias sindicales durante más de 70 años, con algunos secretarios sindicales al mando de “sus” sindicatos durante 40 años o más. En 1967, el gobierno de facto del General Juan Carlos Onganía entregó las obras sociales a los gremios, lo que les permitió aumentar su poder al malversar los fondos de sus afiliados, a cambio de no perturbar su inestable gobierno. Así, algunos sindicalistas se volvieron más poderosos que el propio gobierno militar.
Durante otro gobierno militar que comenzó en 1976, estos sindicalistas se alinearon con el régimen para combatir a los movimientos guerrilleros de la época, participando en acciones violentas contra “zurdos”, a cambio, estos podían gozar de las libertades que otros sectores no. Surge la pregunta sobre el papel de Hugo Moyano en esos años en Mar del Plata, donde Policía de la provincia y las fuerzas armadas le permitían realizar actividades de traslado de sustancias que la OMS desaconseja.
El Presidente Milei ha decidido enfrentar a estas mafias sindicales que “secuestran y utilizan” a sus afiliados para enriquecerse.
Los hechos durante las pacificas conversaciones:
Recientemente, las autoridades de Aerolíneas Argentinas se juntaron con los representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) en Aeroparque, y acordaron “seguir charlando”, según contó una fuente que estuvo en la reunión.
Los gremialistas se comprometieron a no hacer nuevas medidas de fuerza mientras sigan las negociaciones, así que aseguraron que no habrá problemas con los vuelos en las próximas semanas. Este es un enfoque muy distinto ante los capos sindicales, cuando el gobierno se inclinaba ante figuras como Moyano.
Una fuente comentó que el encuentro fue en un clima “cordial” y se analizaron las posturas de ambos lados. Aunque no se metieron de lleno en el tema salarial, les dijeron a los sindicatos que, si no llegan a un acuerdo, el Gobierno tiene la firme intención de activar el Procedimiento Preventivo de Crisis, lo que podría llevar al cierre o achicamiento de Aerolíneas Argentinas. La beligerancia del días atrás ya no se observaba.
Al final de la reunión, Mateo Ferrería, de APLA, explicó que se charló principalmente sobre las modificaciones al Convenio Colectivo de Trabajo, en el marco del Plan Integral que propone Aerolíneas. Aclaró que no se llegó a una conclusión, sino que decidieron seguir hablando la semana que viene. Ferrería mencionó que presentaron su propuesta y la empresa hizo lo mismo, discutiendo sobre ambas.
Detalló que hoy no se tocó el tema salarial, sino que se centraron en las condiciones laborales, destacando que recién están arrancando el diálogo y esperan llegar a un acuerdo. Confirmó que, en las próximas semanas, no habrá medidas de fuerza y admitió que la empresa les dijo que, si no logran un acuerdo, el Gobierno está decidido a activar el Procedimiento de Crisis, con todo lo que eso implica. Las caras ya se habían transformado.
Andrés Junior, representante de los tripulantes de cabina, calificó de “positiva la renovación del diálogo” con Aerolíneas Argentinas, comentando que la empresa les comunicó sus intereses y ellos expusieron los suyos. Reiteró sus “reclamos salariales y el desfasaje del 83 por ciento que vienen sufriendo desde hace tiempo”.
Dijo que no se discutió el Convenio Colectivo de Trabajo, pero que presentaron propuestas que fueron analizadas. Afirmó que no habrá medidas de fuerza de su parte y que buscan llevar adelante una negociación responsable para darle tranquilidad a los pasajeros y a sus familias. También admitió que les informaron que, si no hay acuerdo, el gobierno va a iniciar el Procedimiento de Crisis.
Las reuniones se realizaron por separado, empezando a las 14 horas y contando con la participación de representantes de los gremios de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) y de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA).
¿Será que hacia falta un loco para comenzar a domar a las fieras?