Por Guillermo Tiscornia
La Cámara Federal de Casación dió a conocer el fallo respecto de la mas que probable homologación de la sentencia condena oportunamente recaída, entre otros, respecto de la ex Presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, tal como –inexplicablemente- fuera anticipado desde hace tiempo ya por parte de distintas vertientes periodísticas.
Dicho sea de paso – hay que decirlo- se trata una práctica distorsiva y habitual que da cuenta de como desde el Poder Judicial se filtra y anticipa información que debiera quedar reservada a las partes del proceso judicial).
Pero – e ingresando al punto- sucede que ya la Corte Suprema ya le puso la lapida al estado de derecho desde el momento en que convalido un virtual certificado de impunidad en favor del animador festivo de Olivos.
Este fallo condenatorio respecto de CFK llega muy tarde.
Y además nunca –jamás- la Emperatriz del Calafate ira a parar a una Unidad Penitenciaria. Como tampoco lo fue el otrora Califa de Anillaco cuya condena por peculado quedo cajoneada en los despachos cortesanos a la espera del fallecimiento del mismo caudillo riojano.
Como tampoco sucedió ni con Franco ni Mauricio Macri ( SEVEL S.A.) otrora contrabandistas de auto partes a quienes los mismos supremos cortesanos también le otorgaron sus respectivos certificados de impunidad.
Valga la insistencia. El Estado de Derecho ha quedado sepultado – y mucho antes de ahora- en lo que queda remanente de República Argentina.