Si hay algo que José Luis Manzano sabe hacer es reinventarse. El ex ministro argentino, emblema de la corrupción de los 90, ha logrado lo que muchos considerarían un verdadero milagro: asociarse con el régimen de Xi Jinping en la inauguración del mega puerto de Chancay, Perú. ¿Quién lo diría? El hombre que alguna vez se movió entre las sombras de la política argentina ahora se pasea entre los reflectores de la geopolítica internacional.
Un viaje de la oscuridad a la luz
La inauguración del puerto de Chancay no es solo un evento portuario; es un hito geopolítico. Con una inversión de 1.300 millones de dólares, este puerto está destinado a convertirse en el epicentro del comercio entre China y América Latina. Mientras tanto, Manzano, que alguna vez fue el rostro de la corrupción, con su consagrada frase “robo para la corona”, se ha convertido en un socio estratégico para la potencia asiática. ¡Vaya cambio de escenario!
La llegada de Xi Jinping a Lima fue recibida con euforia por la presidenta Dina Boluarte, como si se tratara de una estrella de rock. Y es que, para China, Chancay es más que un puerto, es una parada clave en su nueva Ruta de la Seda, un proyecto que busca afianzar su dominio global y muy especialmente en Latinoamerica. Pero, ¿cómo logró Manzano colarse en este festín?
La Jugada Maestra de Manzano
Manzano se introdujo en el proyecto a través de Transition Metals, una firma que forma parte de su holding, Integra Capital. Nadie sabe a ciencia cierta de donde salen los “capitales que integra”…
La clave de su entrada fue la compra de una minera peruana, que a su vez controlaba Inversiones Portuarias Chancay (IPCH). La historia es tan enrevesada que parece sacada de una novela de espionaje: Glencore, la multinacional suiza, vendió su participación en Volcan Compañía Minera a Manzano en un contexto de deudas apremiantes. ¡Y así, de la noche a la mañana, el ex ministro se convirtió en un magnate portuario!
La CIA y el espectáculo
La relación de Manzano con la inteligencia estadounidense no ha pasado desapercibida. Mientras él se asocia con el gigante chino, la CIA debe estar rascándose la cabeza, preguntándose porqué un hombre con un pasado tan turbio se expone al convertirse en un jugador clave en un proyecto que podría cambiar las dinámicas comerciales de la región. ¿Es un acto de desafío o simplemente la vida en el mundo de los negocios?
De los puerto salen y entran muchas cosas. Perú es uno de los grandes exportadores de Cocaína y China de Fentanilo y Efedrina. Curioso
Los analistas ya advierten sobre el riesgo de que Chancay se convierta en un punto de entrada para influencias chinas en Perú. En Washington, el nerviosismo crece, y no es para menos. La creciente influencia de China en América Latina no es un tema que les haga gracia. ¿Acaso el ex ministro argentino está jugando un juego peligroso o simplemente ha encontrado su nuevo nicho en el mundo del comercio global?
Un futuro brillante (o no tanto)
Chancay promete convertirse en la nueva puerta de entrada de productos latinoamericanos hacia Asia, con proyecciones de recibir un millón de contenedores en su primer año y los productos chinos allí llegaran.
La competencia con Chile se intensifica, y mientras los chilenos lamentan la pérdida de su rol consolidado, Manzano sonríe desde la cúspide de su nuevo imperio.
En medio de todo esto, la pregunta que queda es: ¿podrá Manzano mantener su nueva imagen de magnate respetable mientras su pasado lo persigue? Solo el tiempo lo dirá. Pero una cosa es segura: su asociación con China es un recordatorio de que en el mundo de la política y los negocios, el pasado nunca está tan lejos como parece.
Fuentes: EFE-LPO-TNA