Por Nicolás J. Portino González.
Hoy, 5 de diciembre de 2024, se conmemora el 61° aniversario del nacimiento del fiscal Alberto Natalio Nisman, quien fuera hallado muerto el 18 de enero de 2015 en circunstancias que aún conmocionan al país. Nisman, reconocido por liderar la investigación del atentado a la AMIA, fue una figura emblemática en la búsqueda de justicia y la denuncia de irregularidades de magnitud estatal. Su muerte, calificada por muchos como un asesinato, ha sido atribuida por algunos sectores al accionar de personal dependiente del exjefe del Ejército César Milani, bajo las órdenes de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El fiscal Nisman compartía un vínculo laboral y personal con Diego Lagomarsino, señalado como partícipe necesario y cómplice en los hechos que rodearon su trágico asesinato. Lagomarsino, quien le habría facilitado el arma que acabó con su vida, es defendido por el Dr. Rusconi, un abogado que también ha representado a la exmandataria, lo que ha suscitado sospechas sobre posibles conflictos de interés y connivencias que enturbian aún más el caso.
A lo largo de su carrera, Nisman estuvo rodeado de figuras controvertidas, entre ellas Antonio Horacio “Jaime” Stiuso, exagente de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex SIDE), quien trabajó estrechamente con él durante la investigación de la AMIA. Stiuso, conocido por su influencia en los círculos de inteligencia y su presencia en barrios estratégicos como Recoleta, Constitución, Merlo y Barracas, apagó misteriosamente sus teléfonos en el preciso momento en que se perpetraba la muerte de Nisman, algo inédito en el mundo del espionaje. Resulta curioso que un espía apague sus teléfonos.
Este hecho, señalado como una de las tantas irregularidades, sigue alimentando las certezas que muchos tienen sobre su intervención necesaria.
Asimismo, en su momento la actual Ministro de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, contó que Nisman no confiaba en su entorno próximo (Stiuso) y que éste le había pasado información privada suya y de su familia a uno de los imputados de la causa.
El caso Nisman se contextualiza en un entramado político-judicial que incluye el polémico Memorándum de Entendimiento con Irán, impulsado por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. De hecho, EL DELITO. Dicho acuerdo, que según Nisman buscaba encubrir a los responsables del atentado contra la AMIA, fue denunciado por el fiscal pocos días antes de su muerte. Esta denuncia, presentada en un contexto de creciente tensión con el Poder Ejecutivo Nacional, marcó un hito en la lucha contra el encubrimiento y la impunidad en la Argentina. Por eso lo asesinaron.
En un giro histórico, y coincidiendo con este aniversario, la Corte Suprema de Justicia ha elevado a juicio oral la causa vinculada al Memorándum con Irán, en la que Cristina Fernández de Kirchner está imputada. Este desarrollo judicial podría significar un paso crucial hacia el esclarecimiento de los hechos y la búsqueda de justicia que Nisman defendió con su vida.
Hoy, en lo que debiera ser una celebración por el cumpleaños número 61 del fiscal Alberto Nisman, su figura se mantiene como símbolo de una lucha incesante contra la corrupción, el encubrimiento y la impunidad. ¿Será 2025 el año en que finalmente se haga justicia?