El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, expresó su desacuerdo con la idea de que la Corte Suprema funcione con solo tres jueces, tras la jubilación de Juan Carlos Maqueda, que se producirá el próximo 29 de diciembre.
“Es lamentable que los fallos de la Corte tarden entre 15 y 20 años en resolverse. Es inusual que un proceso en Argentina dure tanto tiempo. No estoy seguro de que pueda operar con solo tres jueces. Desde el punto de vista del quórum podría ser posible, pero me resulta difícil creer que una Corte con tres miembros pueda ser eficiente”, comentó en radio La Red.
Al ser preguntado sobre la decisión de Javier Milei de nombrar a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, dijo: “Es algo que el Presidente tiene en mente y lo autorizará cuando lo considere necesario. Es una decisión que le corresponde a él”.
“Sigue siendo una opción en su mente, él sabe que la Constitución le permite actuar de esa manera. Esto generará, por supuesto, las discusiones habituales que surgen con este tipo de decisiones, pero el Presidente es consciente de su facultad y decidirá si la utiliza o no”, enfatizó.
La Corte determinó este miércoles cómo continuará su funcionamiento cuando, en diez días, el 29 de diciembre, el ministro Maqueda se jubile y el tribunal quede conformado solo por tres de los cinco miembros que debería tener.
La acordada, que surge del fracaso del Gobierno para aprobar los pliegos de Lijo y García-Mansilla en el Senado, es un documento técnico pero con un fuerte contenido político: establece un mecanismo ágil para sortear conjueces cuando los tres votos no coincidan, con el fin de llegar a una sentencia. Los conjueces son los presidentes de las Cámaras Federales de todo el país, designados por sorteo.
Con el claro objetivo de que “el procedimiento aprobado evita que los expedientes se estanquen por falta de mayorías”, la Corte envió un mensaje al presidente Javier Milei, quien aún está considerando si nombrar a sus candidatos mediante un decreto durante el receso legislativo, argumentando que es necesario para que el funcionamiento del máximo tribunal no se detenga.
La acordada fue firmada por Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, con la disidencia de Ricardo Lorenzetti, quien argumentó que esto podría generar nulidades y señaló que busca condicionar a Lijo y García-Mansilla.