Buenos Aires-20 de diciembre de 2024-Total News Agency-TNA- El Gobierno Nacional ha implementado un cambio significativo en el funcionamiento del Sistema de Defensa Nacional mediante la promulgación del decreto 1112/2024, que tiene como objetivo “modernizar” y fortalecer las “capacidades” de las Fuerzas Armadas para enfrentar amenazas contemporáneas y salvaguardar los intereses vitales del país.
Este nuevo decreto deroga el Decreto 727/2006, el cual limitaba la intervención de las Fuerzas Armadas a agresiones externas llevadas a cabo exclusivamente por fuerzas armadas de otros Estados. Esta normativa había sido objeto de críticas por restringir la capacidad de respuesta ante amenazas no tradicionales, tales como el terrorismo transnacional y los ciberataques.
Con el decreto 1112/2024, el Gobierno amplía el alcance de las competencias militares, integrando escenarios modernos como el ciberespacio, el espectro electromagnético y el espacio exterior. Además, reconoce nuevas formas de agresión que provienen de organizaciones no estatales, incluyendo grupos terroristas y paramilitares.
El decreto introduce un concepto más amplio de amenaza, que abarca cualquier acción o intención que pueda afectar los intereses vitales de la Nación, incluso si no se concreta en un ataque directo. Asimismo, redefine las agresiones externas para incluir no solo a otros Estados, sino también a actores no estatales con capacidad transnacional.
Entre las innovaciones, se destaca el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, la robótica y los sistemas no tripulados, para fortalecer la vigilancia y defensa en diversos ámbitos. En el artículo 17 del decreto se subraya que, según información de la Agencia Noticias Argentinas, “la Defensa Nacional coadyuva al sistema de vigilancia y control de fronteras”. En tiempos de paz, las Fuerzas Armadas podrán complementar las acciones de las Fuerzas de Seguridad en las zonas de seguridad de fronteras, establecidas en el Decreto N° 253/18.
A diferencia de la normativa anterior, que separaba estrictamente las funciones de Defensa Nacional y Seguridad Interior, el nuevo decreto promueve una coordinación estratégica entre las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad en áreas clave como las fronteras. Esta integración permitirá una respuesta más eficaz ante actividades ilícitas, tales como el narcotráfico y el uso del espacio aéreo con fines terroristas.
El decreto también refuerza la importancia de las zonas de seguridad de fronteras, creadas en 1944, adaptándolas a las necesidades actuales. Las Fuerzas Armadas podrán complementar las tareas de vigilancia y control, especialmente en áreas críticas o de difícil acceso, contribuyendo al resguardo de la soberanía nacional.
Además, se establece un nuevo Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional, que prioriza la modernización de los recursos y define directivas claras para la actuación conjunta de las Fuerzas Armadas. Se busca mejorar la interoperabilidad con países de la región y en el ámbito internacional, fortaleciendo las capacidades operativas en escenarios multilaterales.
Las zonas interiores se determinarán a través del planeamiento estratégico militar, identificando objetivos de valor estratégico a proteger, considerando los riesgos potenciales asociados a estas áreas. Aunque no se ha publicado una lista detallada por razones de seguridad, históricamente estas zonas incluyen instalaciones militares como bases del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como infraestructura crítica, como represas hidroeléctricas, centrales nucleares y hubs de telecomunicaciones.