Por Edgardo Aguilera
El buque de investigación científica James Cook tomará puerto en Montevideo. MDZ accedió a los documentos que terminaron por rechazar el permiso.
El 30 de diciembre, el buque británico de investigación científica RRS James Cook tomará puerto en Uruguay. El navío recalará en Montevideo luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo de Gerardo Werthein, rechazó la solicitud de efectuar investigaciones oceanográficas en aguas de jurisdicción argentina.
El embajador Eduardo Miguel Bustamante, secretario de Relaciones Exteriores, segundo en la cadena de autoridad diplomática, tomó la decisión de no acceder al pedido que había formulado la embajada del Reino Unido para que se autorizara la campaña científica del buque James Cook en aguas de soberanía argentina del Atlántico sur.
El expediente (EX-2024-89929898-APN-DGD#MRE) de análisis consta de 54 archivos y concluyó con la comunicación negativa enviada a la representación británica en Buenos Aires el 3 de diciembre pasado que firmó el embajador Bustamante.
Las actuaciones para analizar el caso James Cook comenzaron el 22 de agosto según la documentación oficial a la que accedió en exclusiva MDZ.
“El día 20 de agosto del corriente se recibió la Nota Verbal (Nro.106 de fecha 5 de agosto de 2024), remitida por la Embajada del Reino Unido en Argentina, por la que se solicita la autorización de nuestro país para que el buque “James Cook, de pabellón británico, realice campañas de investigación científica marina en aguas jurisdiccionales nacionales del 26 al 30 de diciembre del 2024, y del 2 al 30 de enero de 2025”, dice el primer párrafo del documento que originó la Dirección General de Consejería Legal Internacional (DICOL) de la Cancillería encargada de centralizar el trámite.
La nota verbal
La DICOL en su análisis preliminar dice: “Se advirtió a la Embajada británica que la solicitud no cumple con la antelación mínima de seis meses requerida por el artículo 248 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) y el artículo 2 del Decreto 4915/73 reglamentario de la Ley N°20.489. “Se hizo saber que, si bien se harán los esfuerzos necesarios para llevar a cabo las consultas requeridas por la normativa aplicable a las áreas internas y organismos estatales competentes, el hecho de presentar la solicitud de autorización con cuatro meses de anticipación dificulta el desarrollo normal del procedimiento de autorización”.
Esta fue una de las razones formales en las que se basó Bustamante para dar por tierra con la solicitud británica a pesar de que no hubo ningún rechazo de oficinas internas de la Cancillería al ingreso del James Cook al mar argentino.
Bustamante a contrario sensu del plexo diplomático se mostró como un “hardliner” en la relación bilateral, postura que no parece encuadrar con el enfoque de Javier Milei en materia de política exterior con el Reino Unido.
El recibido con la firma de Bustamante
Se lee “sin objeciones que formular” en la intervención que tuvieron todas las oficinas responsables, por caso, la Dirección Nacional de Malvinas que dirige el embajador José Luis Fernández Valoni, la Secretaría de Malvinas, Antártida, Política Oceánica y Atlántico Sur a cargo de Paola Di Chiaro, la Dirección de Política Exterior Antártica conducida por Fausto López Crocet, la Comisión del Límite Externo de la Plataforma Continental (COPLA), la Dirección de Europa que gestiona la embajadora Betina Pasquali que destacó en su escrito. “El buen estado de la histórica relación bilateral con el Reino Unido, que se caracteriza por coincidencias en foros multilaterales y un significativo vínculo comercial y de inversiones”.
Defensa a través de la Armada y participación del Servicio de Hidrografía Naval elevó su opinión a la Cancillería, la parte medular dice: “Las tareas científico-técnicas a realizar y los eventuales resultados de investigación no vulneran, en principio, el interés del Estado Nacional y no afectan su capacidad de control y vigilancia”.
Y agrega: “Los datos oceanográficos a colectar durante el tránsito del buque (conductividad, temperatura y profundidad, así como los análisis de corrientes) tienen aplicación militar y pueden ser usados en los ámbitos de defensa”. La fuerza solicitó y fue aceptado por la administración británica, el embarque de un oficial naval especializado en calidad de observador.
Y concluye “que no existen inconvenientes desde el punto de vista técnico para conceder la autorización solicitada, haciéndose hincapié en el estricto cumplimiento de lo establecido en el artículo 3° de la Ley N°20.489 referente al envío de un duplicado de los datos obtenidos, además del informe de los resultados, en soporte magnético (CDs, DVDs o Disco Blue Ray) y en formato accesible”.
La nota de rechazo al ingreso del James Cook
El mismo temperamento favorable expresó la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Jefatura de Gabinete acotando que se trata de “actividades rutinarias que se llevan a cabo desde el año 1995 durante el tránsito de buques de investigación desplegados desde el Reino Unido”.
Otras áreas pusieron algunas condiciones, sin obstaculizar la campaña del James Cook, entre ellas la Secretaría de Energía y la subsecretaría de Ambiente, como que las actividades de investigación se realicen por fuera de las áreas marítimas licitadas para la prospección de hidrocarburos en la Cuenca Argentina Norte y la aplicación del “Protocolo para la implementación del monitoreo de fauna marina en prospecciones sísmicas”, porque la utilización de acústica sísmica podría afectar a los mamíferos marinos (ballena franca austral).
Esta última observación respondía en parte reclamos ambientales de la provincia de Buenos Aires y Chubut.
El buque de investigación RRS James Cook (RRS abreviatura inglesa Royal Research Ship) pertenece al Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural (NERC) organismo público del Departamento de Ciencia, Innovación y Tecnología del gobierno británico.
Fuente MDZ