Hasta no hace relativamente mucho, las mafias de la okupación rastreaban en internet los inmuebles del Ivima , vendidos a fondos buitre; y los de la Sareb, ofertados en portales inmobiliarios, para apuntalar su lucrativo negocio. Tras ello, forzaban la puerta, reventando el bombín, y colocaban una cadena metálica con candado para adueñarse de la propiedad asaltada. Un trabajo, el de usurpar pisos para entregárselos a terceros a cambio de determinadas cantidades de dinero, que no reparaba en algo esencial: la sustancial ventaja de intentar pasar desapercibidos. Al menos, durante el tiempo necesario para completar el desembarco de los okupas, sin que los vecinos de la propiedad afectada se percatasen de ello. Algo que a tenor de dos casos recientes de usurpaciones masivas registrados en la capital ha cambiado. El último, sin ir más lejos, el conocido esta semana en el distrito de Carabanchel, donde 28 familias peruanas se han instalado en una moderna urbanización con piscina, gimnasio, área infantil y zona gastro exterior tras pagar hasta 3.000 euros por un contrato falso.La clave aquí, señalan las fuentes consultadas, reside precisamente en la facilidad para entrar y repartirse por las casas vacías, aprovechándose de las particularidades del edificio. Este pertenece en su totalidad a la inmobiliaria Vivenio, y sus 170 pisos de uno y dos dormitorios están destinados al alquiler. Los usurpadores, que aseguran haber sido estafados en la cola de un comedor social por los miembros de un clan, entraron con llave en el puente de diciembre. Y lo hicieron ante el asombro de propios y extraños, conscientes de que tal desembarco no respondía a una situación normal.Noticia Relacionada Madrid estandar No Invasión okupa en Carabanchel: peleas, basura en el patio y brujería Enia Gómez Hasta 28 familias peruanas se han instalado en un moderno inmueble tras pagar 3.000 euros por un contrato falsoDe hecho, una de las residentes dejó entonces por escrito lo siguiente: «Vivo en el edificio de Carabanchel y en este puente nos han okupado al menos 28 viviendas, y la empresa no ha hecho nada más que mandar un mísero email. Los okupas entrando con colchones, sofás, neveras y el portero dejándoles entrar. Llevamos meses reportando puertas que no cierran bien, con conserjes que no hacen rondas y se duermen por las noches. Se han dado prisa para poner alarmas en los pisos que todavía están vacíos, pero a los que estamos pagando no nos han dado nada, ni una medida extra. ¿Cómo es posible que te okupen 28 viviendas en cuatro días y nadie se de cuenta? No es mi trabajo verificar quién vive en cada piso».Según ha podido saber ABC, una macrookupación así es la primera vez que ocurre en Carabanchel. «Suelen ser casos puntuales», recalcan los agentes del distrito. Aunque lo cierto es que ya hubo meses atrás una situación similar en otro punto de la capital. En agosto, los residentes de un inmueble recién salido al mercado en El Cañaveral (distrito de Vicálvaro) salieron en masa tras advertir que sus nuevos vecinos eran en realidad okupas. Al igual que ahora, las viviendas pertenecían a un mismo propietario (también destinadas al alquiler), y los primeros inquilinos acababan de llegar.La mafia aprovechó entonces para irrumpir en los pisos vacíos y meter a los okupas camuflados como residentes. Pero uno de los moradores legales a su vuelta de vacaciones se percató de que había una nueva cerradura en su puerta. Habían tratado de acceder a su casa, pero al percatarse de que había gente viviendo se fueron. Aquello desató todas las alarmas en el vecindario y tras varias jornadas de protestas, consiguieron finalmente que los usurpadores, desplegados hasta en doce casas, se marcharan voluntariamente . Un desenlace que en Carabanchel ya esperan como agua de mayo.
Fuente ABC