Washington-3 de febrero de 2025-Total News Agency-TNA- Horas después de que el expresidente Donald Trump cumpliera sus advertencias al establecer aranceles del 25% a productos de Canadá y México, así como del 10% a los provenientes de China, los países afectados reaccionaron de inmediato, abriendo la posibilidad de una guerra comercial con repercusiones globales.
Ante la previsión de que estas medidas impactarían a los ciudadanos estadounidenses, Trump se apresuró a informar que los nuevos aranceles causarían “dolor” en EE.UU., aunque justificó su decisión afirmando que el resultado “valdrá la pena”.
El argumento presentado por Trump se basa en la supuesta implicación de los tres países en el tráfico de fentanilo y otras sustancias ilegales hacia EE.UU., lo que, según él, pone en riesgo el tejido social. Las acusaciones fueron especialmente severas hacia el gobierno mexicano, al que acusó de estar vinculado al narcotráfico.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó categóricamente estas imputaciones, calificándolas de “calumnias” y anunció que su gobierno implementará “medidas arancelarias y no arancelarias” a través del secretario de Economía en los próximos días.
Por su parte, Canadá no se quedó inactiva. En respuesta, el primer ministro Justin Trudeau indicó que su país impondrá aranceles del 25% a importaciones estadounidenses por un total de 155.000 millones de dólares. A partir del martes, se gravarán 30.000 millones de dólares en productos estadounidenses, mientras que otros 121.000 millones serán sujetos a aranceles en tres semanas, con el fin de permitir que las empresas canadienses busquen alternativas.
China, en respuesta, anunció que tomará “contramedidas adecuadas”, aunque no especificó cuáles, y anticipó que presentará una demanda ante la Organización Mundial del Comercio por “prácticas ilícitas”.
Los aranceles impuestos por EE.UU. entrarán en vigor el martes. Trump advirtió que podría aumentar los gravámenes si se producen represalias.
La decisión de Trump es vista como un ataque directo al T-MEC, el tratado de libre comercio que une a EE.UU., México y Canadá desde 1994 bajo la premisa del libre comercio. En 2024, las importaciones desde estos tres países representaron más de 1,2 billones de dólares, constituyendo más del 40% de las importaciones totales de EE.UU., según datos del Departamento de Comercio.
Para México y Canadá, EE.UU. es el principal mercado de exportación, representando el 77% y el 84% de sus exportaciones, respectivamente. En contraste, China es menos dependiente, con un 15% de sus exportaciones dirigidas a EE.UU.
El déficit comercial de EE.UU. con estos países es significativo, superando los 270.000 millones de dólares con China, 157.000 millones con México y 55.000 millones con Canadá en los primeros 11 meses de 2024.
Dada la dependencia de México hacia EE.UU., se anticipa que será el país más afectado, ya que sus exportaciones a EE.UU. representaron casi el 30% de su PIB en 2023. Según Oxford Economics, los aranceles podrían llevar la inflación en México a un aumento del 6% anual y provocar una devaluación del 7% del peso, además de amenazar con una recesión. Para Canadá, el impacto se traduce en una posible pérdida del 2,7% del PIB en 2025 y del 4,3% en 2026.
Trump, al dirigirse a sus ciudadanos, afirmó: “¿Habrá algo de dolor? Sí, quizás (¡y quizás no!). Pero haremos que EE.UU. sea grande de nuevo y valdrá la pena”. Insistió en que el país tiene “grandes déficits” con Canadá, México y China, que facilitan la entrada de “delincuencia” y “drogas nocivas”, y expresó que es momento de dejar de ser “el país estúpido”.