El próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) de la Unión Europea entrará en vigor en 2028. Pero en Bruselas todo es lento y requiere tiempo, así que los trabajos para su diseño, presentación y negociación llevan ya tiempo en marcha. Ahora el Gobierno español ha querido hacer su aportación con un documento de reflexión, lo que se conoce en el argot de Bruselas como un non-paper, en el que propone doblar el tamaño del MFP, como adelantaba este lunes El País. El documento propone que el presupuesto común europeo, que suele ocupar siete años, corresponda al 2% del PIB, en vez del 1% actual.
“El nuevo MFP 2028-2034 debería, por tanto, ser más amplio y audaz, haciendo el mejor uso posible de todos los recursos disponibles para abordar nuestros retos comunes y garantizar la provisión de bienes públicos europeos, protegiendo al mismo tiempo el modelo económico social consagrado en el ADN de la UE”, señala el documento, al que ha tenido acceso El Confidencial. Hace referencia a los “bienes públicos europeos”, una idea que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y su equipo, defienden en Bruselas que con aquellos objetivos, como el clima o la seguridad y defensa, que son importantes para todos los europeos y que, en consecuencia, no deberían depender únicamente de la financiación nacional.
Porque ese es el siguiente paso que da el documento, que propone hacer uso de deuda conjunta, los conocidos como “eurobonos” para financiar esos bienes públicos europeos. “En un contexto en el que Europa debe aumentar drásticamente la inversión pública para incrementar su competitividad y garantizar su seguridad económica, existe una justificación económica para financiar inversiones que produzcan rendimientos comunes futuros mediante la emisión de deuda común, como medio eficaz para recaudar recursos suficientes, garantizando la responsabilidad fiscal”, señala el documento. No es una sorpresa para nadie, porque España lleva tiempo empujando en esta dirección, pero sí es una de las primeras veces en las que el Ejecutivo español ha mostrado claramente sus cartas y vincula la deuda común europea con el próximo presupuesto.
Aunque los “eurobonos” ya se han utilizado para financiar el Fondo de Recuperación que se creó tras la pandemia, los Estados miembros más ortodoxos han cerrado desde entonces la puerta a volver a utilizar este instrumento. Sin embargo, el debate sobre la seguridad y defensa de la Unión y la necesidad de invertir mucho más en la industria militar, ha hecho que muchos de estos países se planteen su veto a este instrumento. Por eso el Gobierno español incide en vincular estos bonos conjuntos con la inversión en defensa. “Las inversiones en el sector de la seguridad y la defensa, incluso mediante deuda emitida en común, serán decisivas tanto para garantizar la seguridad de Europa como su liderazgo industrial y tecnológico“, señala el documento.
Muchas palabras, pocas balas: Europa trata de dar velocidad al lento debate sobre su defensa
Nacho Alarcón. Bruselas
La realidad es que aunque el actual MFP represente alrededor de un 1% del PIB de la Unión Europea, el Fondo de Recuperación ha dotado a los Veintisiete de una mayor y mejor capacidad financiera. Y lo que busca el Gobierno es, más que aumentar de manera significativa el presupuesto, retener parte del crecimiento del presupuesto que se ha logrado a través del Fondo de Recuperación.
Uno de los asuntos espinosos es que la Comisión Europea deberá empezar a pagar la deuda que emitió para financiar el Fondo y que podría poner una importante presión sobre el próximo MFP. Por eso, el Gobierno pide refinanciarlos. “España pide la plena aplicación de los recursos del Fondo de Recuperación aún no utilizados, así como una prórroga en el calendario de amortización de la deuda. Esta reprogramación aliviará las presiones fiscales a corto plazo, garantizará la liquidez en el mercado de bonos de la UE y permitirá seguir invirtiendo en el futuro modelo económico europeo“, señala el documento.
Agenda verde
El Gobierno aspira a mucho más que una deuda conjunta para financiar adquisición de capacidades militares o el desarrollo de determinados bienes de seguridad y defensa. Quiere deuda conjunta fundamentalmente para su prioridad, que es la transición limpia, pero el gasto militar es la puerta de entrada a este debate. De hecho, y a pesar de la presión por parte de algunos Estados miembros por recortar la ambición de la agenda climática de la Unión Europea, España pide redoblar la apuesta por ella en el próximo MFP, asegurando que es necesario que el próximo presupuesto cuente con un “50% destinado a la transición verde (frente al 30% actual)”.
Además, el Ejecutivo apoya mayores recursos propios que alimenten directamente el presupuesto europeo, aunque no concreta qué tipo de avances apoyaría, y propone utilizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que sirvió para el rescate de Estados miembros durante la Gran Recesión, que está “actualmente infrautilizado”. “El contexto geopolítico actual justifica la creación de una nueva línea de crédito para apoyar nuestra seguridad económica”, añade el documento.
Por otro lado, el Gobierno sabe que otros Estados miembros tienen la Política Agraria Común (PAC) entre ceja y ceja. Hace ya muchos años que ciertas capitales consideran que consume demasiado dinero europeo que debería ir a parar a otras prioridades. Por eso, el Ejecutivo español subraya que la PAC y la Política Pesquera Común deben contar “con financiación suficiente y adecuada para las dotaciones nacionales y manteniendo la estructura de dos pilares en los fondos agrícolas y, en el caso de la pesca, la actual estructura de gestión compartida”.
Fuente El Confidencial