Buenos Aires-13 de febrero de 2025-Total News Agency-TNA- En medio de las pesquisas llevadas a cabo por la justicia federal para esclarecer la responsabilidad de 13 efectivos militares suspendidos por el Ministerio de Defensa en diciembre pasado, se produjo un inesperado giro: dos turbinas de avión y barras de transporte de helicópteros, inicialmente denunciadas como sustraídas, habrían reaparecido bajo circunstancias aún inciertas.
El caso, que ha puesto en el centro de atención a la Dirección de Aviación del Ejército, alcanzó notoriedad luego de que su titular, el coronel Julio Orlando Morillas, fuera removido de su cargo hace dos meses. La polémica surgió tras descubrirse el presunto robo de componentes de aeronaves en el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento 601, ubicado en Campo de Mayo. Según las investigaciones preliminares, podría tratarse de una red dedicada al tráfico ilegal de autopartes aeronáuticas, lo que derivó en la suspensión de 16 oficiales y suboficiales, aunque tres de ellos ya fueron desvinculados de la causa.
La denuncia inicial, que data de diciembre, motivó una inspección exhaustiva ordenada por el jefe del Ejército, general de división Carlos Alberto Presti, y ejecutada por el subjefe de la fuerza, general de brigada Carlos Alberto Carugno, junto a auditores y personal de la Inspección General del Ejército. Este operativo habría confirmado el faltante de materiales clave.
MOTORES PARA UNA FIESTA: UNA VERSIÓN INSÓLITA
En paralelo a la investigación federal, la justicia militar avanza con su propio proceso. Según declaraciones obtenidas en el marco de esta instrucción, un oficial del Batallón 601 habría señalado que las piezas desaparecidas, incluyendo motores de aeronaves Twin Otter, fueron supuestamente destinadas a recaudar fondos mediante su venta ilegal para financiar una fiesta de fin de año en la unidad militar. Esta versión, que generó conmoción, forma parte de los testimonios recopilados por el coronel auditor Abel Hugo Schegtel, encargado de la instrucción del caso.
El material habría desaparecido en septiembre y reaparecido en diciembre, poco después de que los militares fueran suspendidos. Sin embargo, fuentes del Ejército han evitado confirmar o desmentir la recuperación de las turbinas y las barras de transporte, sugiriendo que, de haber ocurrido, no fue dentro de instalaciones militares. Se especula con la posibilidad de que un “arrepentido” haya restituido los elementos extraviados.
DENUNCIAS POR DONACIONES IRREGULARES Y “CANIBALIZACIÓN” DE MOTORES
En la denuncia presentada ante la justicia federal, el general Carugno mencionó que algunos motores de aeronaves habrían sido “canibalizados” para su posterior venta, encubriendo la maniobra bajo la figura de una donación. También se señalaron irregularidades en la recepción de una aeronave Diamond en Boulogne, aunque no se precisaron mayores detalles. Según consta, un avión bimotor de esta firma fue recibido en septiembre de 2024 en el aeródromo militar de Campo de Mayo.
Asimismo, se investigan inconsistencias relacionadas con pagarés emitidos en el contexto de la entrega de barras de transporte para helicópteros Bell AB 206. Otra línea de investigación apunta a la supuesta donación irregular de motores Twin Otter a una escuela técnica en El Palomar, lo que podría haber encubierto una venta ilícita. Fuentes cercanas al caso aseguran que estos movimientos habrían financiado un evento social no presupuestado, programado para el 7 de diciembre.
TESTIMONIOS CONTRADICTORIOS Y NUEVAS ACUSACIONES
La causa se sustenta, en parte, en el testimonio de un teniente primero que afirmó haber escuchado rumores, el 3 de diciembre, sobre la realización de una fiesta financiada con la venta de motores. Sin embargo, este oficial habría modificado su declaración inicial, lo que llevó al abogado defensor de uno de los militares involucrados a presentar una denuncia por falso testimonio. Este nuevo capítulo está bajo análisis de la justicia federal en Tres de Febrero, con jurisdicción sobre Campo de Mayo.
Mientras tanto, las miradas se centran en tres o cuatro militares que tendrían mayor grado de implicación en el manejo irregular de las piezas, mientras que el resto, incluido el exjefe de la unidad, podría enfrentar responsabilidades administrativas por omisión en sus funciones.