El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido con el guion previsto y ha bajado los tipos de interés por sexta ocasión en esta fase de recortes del precio del dinero. En concreto, ha bajado en 0,25 puntos el precio del dinero, hasta el 2,5%. Sin embargo, también ha sembrado dudas sobre los futuros recortes de los tipos de interés al señalar que su política monetaria está cerca de llegar a un terreno neutral. “La política monetaria está adoptando una orientación considerablemente menos restrictiva“, señala la entidad en su comunicado, un cambio muy importante en su discurso.
La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, ha explicado que ha habido “discusiones sustantivas” acerca de la situación económica y la política monetaria. La decisión de recortar los tipos de interés se ha adoptado sin ningún voto en contra y con una sola abstención, el gobernador del Banco de Austria, Robert Holzmann. De esta forma, se rompe la unanimidad dentro del Consejo de Gobierno del banco y surgen las primeras discusiones sobre las reducciones futuras de los tipos de interés.
El BCE sube su previsión de inflación para 2025 hasta el 2,3% y rebaja el crecimiento del PIB
C. Dolz
El BCE ha reconocido, en su comunicado, que “las bajadas de los tipos de interés están reduciendo el coste del crédito nuevo para empresas y hogares y el crecimiento de los préstamos está repuntando”. Esto lleva a pensar al BCE que sus condiciones de tipos de interés no estarían ya lejos de la situación de equilibrio del mercado. El crecimiento de los nuevos préstamos ha acelerado hasta el 2% interanual, lo que indica un aumento de la demanda que los halcones del BCE atribuyen a la relajación de la política monetaria.
Sin embargo, el BCE también recuerda que la refinanciación de los préstamos previos a la guerra de Ucrania sigue haciéndose a tipos de interés más altos, lo que sigue encareciendo los costes de financiación del sector privado y público. Una de cal y otra de arena que demuestra que está surgiendo un debate en el seno del BCE como no se había visto desde los años de la crisis financiera. Algunos miembros de la entidad creen que sigue habiendo margen para bajar los tipos de interés hasta el verano, pero otros tienen dudas sobre la conveniencia de relajar más la política monetaria. Lagarde ha indicado que “si los datos nos dicen que lo más apropiado es recortar los tipos, recortaremos. Pero si nos dicen que lo más apropiado es no recortar, no recortaremos”.
Lagarde ha resumido la reunión con tres ideas clave que, hoy por hoy, respaldan todos los miembros del Consejo de Gobierno del banco. La primera es que la desinflación sigue en marcha. La segunda, que la política monetaria cada vez está siendo menos restrictiva. Y la tercera, que el BCE no se compromete con ningún camino concreto, sino que deja abiertas todas las posibilidades para responder a los datos económicos. “Para algunos puede resultar frustrante, pero, con las circunstancias que estamos viviendo en estos momentos, cualquier cosa más no sería responsable”, ha reconocido Lagarde.
El BCE también ha mostrado su preocupación por las políticas del presidente de EEUU, Donald Trump, aunque sin nombrarlo. “Incertidumbre” ha sido una de las palabras más repetidas por Lagarde durante su rueda de prensa. “La incertidumbre va a afectar a la inversión y las exportaciones más de lo que se esperaba”, ha explicado Lagarde, “la incertidumbre está en todos lados”.
El BCE ha recortado sus previsiones de crecimiento como consecuencia del auge del proteccionismo. En concreto, ha reducido en dos décimas su proyección para este año y el próximo, dejándolas en el 0,9% y el 1,2% respectivamente.
El argumento de los ‘halcones’ del BCE para frenar la bajada de tipos que alerta al mercado
Javier Jorrín
Este menor crecimiento será compatible con una inflación algo más alta. El BCE constata las tensiones inflacionistas vividas en el inicio del año, en especial por los precios de la energía, lo que le ha llevado a elevar su previsión de inflación en dos décimas, hasta el 2,3% para este año. Además, ha retrasado hasta inicios del próximo año el momento en el que la inflación se estabilizará en el 2%.
Estas presiones inflacionistas dan más argumentos al BCE para ser prudente con la reducción de los tipos de interés. El BCE ha insistido en su comunicado que “el proceso de desinflación sigue avanzando”. Pero recuerda que “la inflación interna sigue siendo elevada, debido principalmente a que los salarios y los precios en algunos sectores están aún ajustándose a la anterior escalada de la inflación con un retraso considerable”. A su favor juega que las subidas salariales se están frenando, lo que podría ayudar a limitar el aumento de costes para las empresas y permitir así una moderación más rápida de la inflación.
Fuente El Confidencial