Buenos Aires-8 de marzo de 2025-Total News Agency-TNA -El presidente argentino, Javier Milei, ha manifestado su intención de que Argentina se convierta en el primer país en adherir al acuerdo de reciprocidad comercial propuesto por la administración Trump. Durante su discurso en el Comité de Acción Política Conservadora (CPAC) el 22 de febrero, Milei afirmó: “Si no estuviéramos restringidos por el Mercosur, la Argentina ya estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos”.
En este contexto, Milei reiteró ante el Congreso su deseo de establecer un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) con Washington, recibiendo elogios de Trump, quien lo calificó como un “gran líder”. Sin embargo, la capacidad de Trump para negociar tales acuerdos está limitada por la falta de autorización del Congreso estadounidense. Además, la pertenencia de Argentina al Mercosur plantea restricciones significativas, lo que Milei ha insinuado que podría llevar a una eventual salida del bloque.
Maximiliano Gutiérrez, investigador del Ieral de la Fundación Mediterránea, advirtió sobre las implicaciones económicas de la propuesta. Según sus análisis, la implementación de “tarifas recíprocas” podría resultar en una reducción del 60% en los aranceles promedio sobre las importaciones provenientes de Estados Unidos. Actualmente, Argentina aplica un arancel promedio del 6,2% a las importaciones estadounidenses, mientras que Estados Unidos impone un 2,5% a los bienes argentinos.
Gutiérrez utilizó datos del World Integration Trade Solution (WITS) del Banco Mundial para ilustrar cómo diversos países podrían verse afectados por la política comercial de Trump. Entre los países que podrían aumentar sus aranceles se encuentran Reino Unido, Países Bajos y varios latinoamericanos como Perú y Uruguay. Por otro lado, Argentina, Brasil y México se encontrarían en la obligación de reducir sus aranceles para mantener el acceso al mercado estadounidense.
A pesar de las intenciones de Milei, persiste la incertidumbre sobre la aplicación de tarifas y barreras comerciales. Trump ha mencionado que considerará no solo aranceles, sino también subsidios gubernamentales y regulaciones, incluso refiriéndose al IVA como una posible barrera comercial, un enfoque que ha sido criticado por carecer de fundamento.
El informe de Gutiérrez también destaca que, aunque Argentina logró un superávit comercial de USD 230 millones con Estados Unidos en 2024, esto representa un caso aislado en casi dos décadas. Sin embargo, desde la perspectiva de impuestos a las importaciones, Argentina se encuentra entre los países más vulnerables ante la implementación de aranceles recíprocos.
La situación se complica aún más por la naturaleza del mercantilismo extremo que caracteriza las propuestas de Trump, las cuales, aunque podrían ser un punto de partida para negociaciones, también corren el riesgo de deteriorar la posición de Estados Unidos en el comercio internacional.
En el ámbito global, Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a productos provenientes de la Unión Europea, lo que provocó una respuesta contundente de la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. En cuanto a China, la guerra comercial continúa, con Estados Unidos imponiendo aranceles adicionales que han llevado a Beijing a responder con medidas similares.
Gutiérrez concluye que la relación entre Milei y Trump será fundamental para el desarrollo de estas negociaciones, sugiriendo que es crucial seguir de cerca la evolución de este tema en el contexto de un comercio internacional cada vez más tenso.