Bahía Blanca, 10 de marzo de 2025 – Total News Agency-TNA- La reciente tragedia que ha sacudido a Bahía Blanca, donde una histórica inundación ha dejado al menos 13 muertes y numerosas familias evacuadas, podría haber sido menor en sus efectos. Este desastre natural, que se desencadenó por lluvias torrenciales que superaron los 290 milímetros en pocas horas, pone de manifiesto la alarmante falta de previsibilidad del gobierno provincial en la gestión de riesgos relacionados con inundaciones.
Un estudio de hidrografía urbana realizado por el Conicet en 2012 ya había advertido sobre la vulnerabilidad de la ciudad ante eventos climáticos extremos. La investigación subrayaba que la ubicación de Bahía Blanca en la cuenca inferior del canal Maldonado y el arroyo Napostá la convierte en un punto crítico para la rápida acumulación de agua durante precipitaciones intensas. A pesar de estas advertencias, las autoridades han hecho caso omiso a las recomendaciones, mientras continúan destinando miles de millones a políticas de genero e ideológicas que parecen desvinculadas de las necesidades urgentes de infraestructura y seguridad.
El análisis del Conicet también identificó la geografía del terreno, especialmente en áreas de baja pendiente, como un factor que agrava la situación. En estas zonas, el escurrimiento de aguas provenientes de sectores más altos erosiona las calles sin pavimentar, bloqueando los sistemas de drenaje existentes y dificultando el desagüe. Esta obstrucción, junto con la expansión urbana desordenada, ha reducido los espacios naturales de absorción de agua, aumentando así el volumen de escorrentía superficial y contribuyendo a la crisis actual.
La falta de acción gubernamental a lo largo de los años, a pesar de conocer estos riesgos, plantea serias interrogantes sobre la gestión de recursos y prioridades. Mientras se invierten fondos en políticas que no abordan las necesidades básicas de la población, la infraestructura de drenaje y la planificación urbana han quedado relegadas, exponiendo a Bahía Blanca a desastres evitables, al menos en un importante porcentaje.
La situación actual, con sectores de la ciudad inundados y la suspensión de servicios públicos esenciales, es un claro reflejo de un problema que, como ya advertía el estudio del Conicet, se había convertido en una amenaza latente. Es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas y efectivas para abordar esta crisis y garantizar la seguridad de los ciudadanos, en lugar de continuar desviando recursos hacia iniciativas que no enfrentan las realidades urgentes de la comunidad, sino las de pequeños sectores altamente politizados e ideologizados.