El jefe del Shin Bet, Ronen Bar, desafía su destitución y responde a Netanyahu

Jerusalén, 16 de marzo de 2025-Total News Agency -TNA- En medio de tensiones políticas y de seguridad, el director del Shin Bet, Ronen Bar, afirmó que no renunciará a su cargo pese a la intención del primer ministro Benjamín Netanyahu de removerlo. Bar defendió su gestión y acusó al gobierno de ignorar advertencias clave antes de la masacre del 7 de octubre.

Un enfrentamiento al más alto nivel

El director del Shin Bet, Ronen Bar, anunció este lunes que no tiene intención de abandonar su puesto, a pesar de la decisión del primer ministro Benjamín Netanyahu de presentar esta semana un proyecto al gobierno para cesarlo. Bar aseguró que su responsabilidad con la seguridad del Estado de Israel y con los ciudadanos es prioritaria, y que continuará en su cargo hasta cumplir con sus compromisos.

“Desde la masacre del 7 de octubre, asumí la responsabilidad de liderar al Shin Bet en un momento crítico. Mi intención es cumplir con mis obligaciones hasta el final de mi mandato, como se espera de cualquier líder en mi posición”, declaró Bar en un comunicado.

Acusaciones cruzadas y tensiones políticas

Bar enfatizó que su destitución no está relacionada con los acontecimientos del 7 de octubre, sino con una “persistente falta de confianza” entre él y Netanyahu. Según el jefe del Shin Bet, bajo su liderazgo se realizó una investigación exhaustiva que identificó fallas internas de inteligencia y procesos que ya están siendo corregidos. Sin embargo, también señaló que la investigación reveló una “indiferencia deliberada y prolongada” de la esfera política ante las advertencias emitidas por la agencia de seguridad.

“La verdad debe salir a la luz. Es fundamental investigar no solo a las Fuerzas de Defensa de Israel y al Shin Bet, sino también la política del gobierno y del Primer Ministro. El público tiene derecho a saber qué llevó a la masacre y al colapso del concepto de seguridad del Estado de Israel”, afirmó Bar.

Netanyahu responde y justifica su decisión

Por su parte, Netanyahu declaró que su decisión se basa en una falta de confianza irreparable con Bar, algo que, según él, es insostenible en medio de una guerra crucial para la supervivencia de Israel. “Estamos enfrentando una guerra en siete frentes. En este contexto, el Primer Ministro debe tener plena confianza en el director del Shin Bet. Lamentablemente, no es el caso”, afirmó Netanyahu tras una breve reunión de 14 minutos con Bar el domingo.

Netanyahu también adelantó que ya tiene un candidato para reemplazar a Bar: su segundo al mando, identificado únicamente como M., quien ha jugado un papel clave en las negociaciones sobre rehenes y en el equipo liderado por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer.

Compromisos pendientes y el futuro del Shin Bet

Ronen Bar dejó claro que su permanencia en el cargo responde a su compromiso con la seguridad nacional. Entre sus prioridades, destacó la necesidad de completar investigaciones delicadas, garantizar el retorno de los rehenes y preparar a los candidatos que podrían sucederlo. “Mi deber es con los ciudadanos de Israel. La expectativa de lealtad personal al Primer Ministro, en detrimento del interés público, es inaceptable y contradice la ley del Shin Bet”, subrayó.

En su entorno, fuentes cercanas confirmaron que Bar no renunciará, pero respetará cualquier decisión que tome el gobierno respecto a su destitución.

Un conflicto en un momento crítico

El enfrentamiento entre Netanyahu y Bar se produce en un contexto de alta tensión, con Israel en medio de una guerra y enfrentando desafíos de seguridad sin precedentes. La masacre del 7 de octubre, que dejó profundas cicatrices en la sociedad israelí, sigue siendo un tema de debate y análisis, mientras las instituciones del Estado buscan determinar responsabilidades.

La eventual destitución de Bar podría tener implicaciones significativas para el Shin Bet, una de las principales agencias de seguridad de Israel, y para la relación entre el liderazgo político y las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, el país observa con atención cómo se desarrolla este enfrentamiento en la cúspide del poder.