Buenos Aires, Argentina, 13 de abril de 2025-Total News Agency -TNA- El PRO está en medio de una tormenta interna. Mauricio Macri, el exmandatario y figura clave del partido, parece estar tomando medidas para reafirmar su liderazgo y, al mismo tiempo, desplazar a Patricia Bullrich, la actual ministra de Seguridad. Este movimiento no es casual: viene en un momento de tensiones crecientes, especialmente por las diferencias sobre una posible fusión con La Libertad Avanza (LLA).
El choque de visiones
El punto de quiebre parece ser la propuesta de Bullrich de acercar el PRO a los libertarios. Para Macri, esto representa una amenaza a la identidad tradicional del partido. Y no se ha quedado de brazos cruzados. En las últimas semanas, ha logrado colocar a Martín Yeza como presidente de la Asamblea del PRO, un puesto clave que antes estaba bajo la influencia de Bullrich. Además, ha fortalecido la posición de Cristian Ritondo en el PRO bonaerense, dejando a los aliados de la ministra en un lugar más marginal.
Presiones y rumores
Dentro del PRO, algunos sectores están presionando para que Bullrich abandone el partido. Esto se intensificó después de que algunos de sus aliados aparecieran en listas electorales vinculadas a La Libertad Avanza en Santa Fe. Macri, por su parte, ha dicho que preferiría una salida voluntaria de la ministra, pero no descarta tomar medidas más fuertes si es necesario para proteger la identidad del partido.
¿Qué viene ahora?
Los analistas ven estos movimientos como un intento de Macri de recuperar el control del PRO y evitar que se diluya en una alianza con los libertarios. Sin embargo, la respuesta de Bullrich y sus seguidores aún es una incógnita. Lo que está claro es que el partido está en un momento clave, donde las decisiones que se tomen ahora podrían definir su futuro en las próximas elecciones.
La pelea interna en el PRO no es solo una cuestión de poder personal, sino también de cómo el partido quiere posicionarse en un escenario político que está cambiando rápidamente. Macri busca mantener el rumbo tradicional, mientras que Bullrich parece abrirse a nuevas alianzas. El desenlace de esta disputa podría marcar el futuro del espacio conservador en Argentina.