Washington, 18 de abril de 2025 (Total News Agency) – Bajo el vasto cielo de Brasil, una mina en la pequeña localidad de Minaçu está generando gran expectativa en el ámbito internacional. La mina Serra Verde, inaugurada el año pasado, ha captado la atención global por su capacidad de producir tierras raras, elementos cruciales para la tecnología moderna y la defensa, en un momento en que Occidente busca desesperadamente fuentes alternativas a la hegemonía china.
Desde la proclamación de Deng Xiaoping en 1992 sobre el potencial de China en tierras raras, el gigante asiático ha dominado la extracción y el procesamiento de estos 17 elementos críticos, esenciales para productos que van desde smartphones hasta sistemas de defensa avanzados. China controla aproximadamente el 90% del comercio mundial de tierras raras, y su reciente decisión de restringir exportaciones ha puesto a sus adversarios en una posición precaria.
La mina Serra Verde, respaldada por inversores estadounidenses, es la única fuera de Asia que produce cantidades significativas de tierras raras pesadas, las cuales son vitales para fabricar imanes potentes necesarios en automóviles eléctricos, misiles y aviones no tripulados. Sin embargo, el camino hacia la independencia occidental está lleno de obstáculos, ya que Serra Verde tiene un contrato vigente para vender su producción a China, el único cliente capaz de procesar y separar estos elementos.
Thras Moraitis, director ejecutivo de Serra Verde, explica que “la planificación premeditada de los chinos durante muchas décadas los ha ubicado en una posición en la que tienen un control muy fuerte”. Esta dependencia resalta la vulnerabilidad de Occidente en un momento de crecientes tensiones comerciales.
El gobierno estadounidense ha manifestado interés en financiar la ampliación de la mina brasileña, buscando diversificar las fuentes de estos minerales críticos. Sin embargo, el contrato actual con China limita la capacidad de Serra Verde para abastecer a nuevos compradores hasta, al menos, 2027. Moraitis espera que para entonces, la producción haya crecido lo suficiente como para aceptar nuevos compradores.
Mientras tanto, otros esfuerzos en Occidente buscan mitigar esta dependencia. MP Materials, con sede en Las Vegas y financiada en parte por el Pentágono, está construyendo una planta en California para separar tierras raras pesadas, un paso crucial para reducir las exportaciones a China. Esta iniciativa se suma a otros proyectos en Francia y Estonia para desarrollar capacidades de separación de tierras raras pesadas.
La situación ha generado un sentido de urgencia entre gobiernos e industrias, especialmente después de que China impusiera restricciones a la exportación de metales estratégicos, afectando sectores críticos como defensa y tecnología. “Ahora todo el mundo quiere las tierras raras de Serra Verde”, comenta Moraitis, aunque por ahora, el destino sigue siendo China.
Brasil, con sus abundantes depósitos de arcilla ricos en tierras raras, podría convertirse en un actor decisivo en este panorama. Como señala Constantine Karayannopoulos, cofundador de Neo Performance Materials, “Brasil podría cambiar las reglas del juego”. Su capacidad para acceder a tierras raras pesadas es vista como una oportunidad para diversificar el suministro global y reducir la dependencia de China.
En 2010, China interrumpió las exportaciones de tierras raras a Japón por una disputa territorial, lo que hizo saltar las alarmas sobre la dependencia mundial de estos minerales críticos. Desde entonces, Occidente ha estado buscando formas de reducir esta dependencia, pero los esfuerzos han sido lentos y complicados.
Serra Verde espera producir unos cientos de toneladas de tierras raras pesadas para 2027, lo que, según Moraitis, duplicaría el suministro de estos elementos fuera de Asia. Otros proyectos en Brasil están en desarrollo, y un proyecto anunciado este año en Francia prevé extraer tierras raras pesadas de baterías recicladas.
La urgencia de encontrar alternativas ha aumentado desde que China restringió sus exportaciones este mes. “Hay una mayor sensación de urgencia en esas conversaciones”, dijo Moraitis. Ahora, el desafío es cómo Occidente puede ponerse al día y competir con el dominio de China en este sector crucial.
La mina Serra Verde representa una esperanza tangible para diversificar el suministro de estos elementos estratégicos. Sin embargo, el camino hacia la independencia es largo y requiere una planificación cuidadosa y colaboración internacional para superar los desafíos actuales y futuros. Brasil, con su potencial, podría ser el cambio que el mundo necesita para equilibrar el poder en el mercado de tierras raras.