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Lo último que necesitaba el kirchnerismo era que reapareciera Alberto. Un alegrón para el gobierno.
Antes que nada, una breve observación: esta semana el presidente Milei trató de repugnantes, mentirosos e imbéciles a Carlos Pagni, Alfredo Leuco, María Laura Santillán, Jorge Fernández Díaz, Joaquín Morales Solá y Florencia Donovan. Esto sucede porque la segunda quincena de cada mes toca La Nación, a partir de la primera quincena de mayo arranca otra vez con Clarín. Va alternando.
Al mismo tiempo, Cristina empezó su último y kilométrico tweet diciendo “Ay Milei, perdoná que te escupa el asado”.
Imbécil, escupir, mandril, evidentemente estamos frente a dos exquisitos. Si siguen así van a terminar logrando que Macri nos parezca Franklin Delano Roosevelt.
Dicho esto, vamos a lo importante.
Esta semana el “expresidente” Alberto Fernández (otro exquisito) reapareció públicamente en un programa de radio donde dió algunas explicaciones sobre las denuncias en su contra y luego se explayó largamente sobre el futuro del peronismo. Muy mala noticia para el Topito Santiago Caputo. Veamos por qué.
Hasta ahora el plan del Topito Caputo, que consiste en destruir a su propio gobierno y lograr la vuelta del kirchnerismo, iba viento en popa.
Luego de impulsar el discurso de Davos, el caso Libra y el fracaso del nombramiento de Lijo y Mansilla, el Topito consiguió sabotear un acuerdo entre LLA y el PRO lo que provocó que en Capital haya seis alterativas distintas para enfrentar al peronismo: Lospenatto, Larreta, Adorni, Marra, Levy y Olivetto. Una jugada maestra que deja a Leandro Santoro y al kirchnerismo a un paso de ganar la elección en Capital. Insólito.
Si a eso le sumamos que también está dinamitando todo acuerdo en la Provincia de Buenos Aires, es evidente que el kirchnerismo se está encontrando con un escenario ideal para triunfar en ambas elecciones.
Asomar el kirchnerismo en el horizonte y ver una estampida de capitales huyendo será todo una misma cosa, diría Borges. La sola amenaza de un retorno kirchnerista sería un golpe letal para el plan económico y para el gobierno de Milei. El principio del fin y la coronación del plan del Topito.
Sin embargo, este plan maestro ahora está amenazado por la reaparición del “expresidente”.
Si el Topo Alberto empieza a recorrer radios y canales hablando de política y explicando lo que debe hacer el peronismo con el dedito en alto (es lo que hizo en la entrevista radial), terminará de arruinar definitivamente al peronismo y nos asegurará 100 años de Milei. O sea, todo lo contrario de lo que busca el Topito Caputo.
Evidentemente estamos frente a una verdadera guerra de topos. Alberto infiltrado para arruinar al peronismo y Santiago Caputo infiltrado para arruinar al gobierno de Milei.
La reaparición del “expresidente” motivó una inmediata respuesta por parte de Caputo. La consigna es destruir a Alberto antes de que sea tarde.
En un acto de picardía, los servicios de inteligencia manejados por el Topito dejaron trascender algunos datos que escondía el celular del “expresidente”.
Entre los datos más relevantes encontrados en el celular se destaca el hecho de que Alberto habría intentado vincularse con 89 mujeres en Instagram, 122 en Facebook y 249 en Tinder. Todo bajo el seudónimo de “Bigote Profundo”.
De estos 460 intentos, el “expresidente” solo habría conseguido establecer algún contacto con 19 mujeres logrando tener éxito con solo 8 de las cuales 4 le cobraron.
La conclusión a la que habría llegado la Justicia es que Alberto solo consiguió tener verdadero éxito en el 1% de los intentos y que sobre el final del mandato la búsqueda fue tan frenética como estéril, llegando a realizar decenas de intentos por noche.
Según pudo saberse, en los próximos días el fiscal estaría por elevar la denuncia al juez. La causa podría caratularse como “onanismo en grado de tentativa agravado por el cargo”.
Lo más curioso que aparece en el celular es que las distintas búsquedas del Topo Alberto dentro de la web y de las redes sociales generaron algoritmos un poco extraños en relación a sus preferencias, a saber:
Programas de televisión preferidos:
A Dos Pajas (TN, con Bonelli y Alfano)
Solo una paja más (TN, con Diego Sehinkman)
The Balls, and the pajas (El trece)
Pajapalabra (TELEFE)
Películas preferidas:
El secreto de sus pajas (Campanella)
Rescatando al pajero Ryan (Spielberg)
El Pajero I, El Pajero II y El Pajero III (Francis F. Cóppola)
Todo lo que usted quiso saber sobre sexo y nunca se animó a preguntar, por pajero (Woody Allen)
El Señor de los Anillos, y las pajas
Series preferidas:
La Paja de Papel
El encargado, de la paja
Succession de pajas
Adolescencia (y pajas, obvio)
Dibujo animado preferido:
La Pajera Rosa
Novela preferida:
100 pajas en soledad (García Marquez)
Ensayo preferido:
Las pajas abiertas de América Latina (Galeano)
Cuento preferido:
El hombre de la paja rosada (Borges)
Partido político preferido:
PaJ (Pajota)
Restaurantes preferidos:
Japanning (parrilla)
Il Pajarello (italiano)
Platos preferidos:
Paja al horno con papas
Milanesa de paja con fritas
Frases preferidas:
Más vale pajero en mano que cien volando.
No por mucho madrugar se pajea más temprano.
Verso preferido:
70 pajas tiene mi ventana, 70 pajas y ninguna flor (Baldomero Fernández Moreno)
Barrio preferido:
Puerto Pajero
Canción preferida:
Satisfaction (Rolling Stones)
Llamó la atención de los investigadores el hecho de que el “expresidente” se hubiera comprado un Toyota Corolla siendo que en el mercado internacional existe el Mitsubishi Pajero.
Ese mismo auto en la Argentina se comercializó como Mitsubishi Montero, por razones obvias.
También se pudo saber que Alberto habría propuesto encuentros nunca concretados con otras mujeres en un country. El Waze de su celular indica que a ese club de campo se llegaba tomando la Avenida General Paja y luego la Pajamericana hasta el kilómetro 56. Al parecer las chicas nunca le iban por les daba paja.
No sabemos si todas estas revelaciones alcanzarán para que el Topito Caputo neutralice el plan de Alberto. En este caso, el asesor de Milei y miembro del triángulo de hierro cuenta con la ayuda de Cristina y de todo el peronismo que necesitan urgentemente sacarse de encima al “expresidente”.
La reaparición de Alberto es un problemón para Ella, para Kicillof (a quien apoyó en la nota radial) y para todo el peronismo.
Volvió Alberto. Se quieren matar.
Fuente Clarín
