Por Daniel Romero
Buenos Aires, 1 de mayo de 2025-Total News Agency-TNA- Estados Unidos y Ucrania han formalizado un acuerdo de cooperación económica de alto alcance que contempla la creación de un Fondo de Inversión Conjunto para la Reconstrucción y la cancelación total de las obligaciones financieras que Kiev mantenía con Washington por provisión de armamento para enfrentar la invasión rusa. El pacto, que se produce tras un período de presión por parte del presidente estadounidense, Donald Trump –quien inicialmente había reclamado el reembolso de miles de millones de dólares en ayuda–, busca catalizar la inversión global en Ucrania y fortalecer los lazos bilaterales en un contexto global de creciente competencia por los recursos estratégicos.
La viceprimera ministra primera de Ucrania, Yulia Svyrydenko, destacó que el acuerdo establece un marco para atraer capitales y tecnología, señalando que el Fondo, gestionado de forma paritaria al 50% por ambos países, “atraerá inversiones mundiales a nuestro país”. El documento ratifica la soberanía ucraniana sobre la totalidad de sus recursos naturales, terrestres y marinos, manteniendo el control y la propiedad estatal del subsuelo y la potestad de decidir sobre su extracción. El Fondo se financiará, en parte, con el 50% de los ingresos generados por nuevas licencias para proyectos de materiales críticos (incluidas tierras raras), petróleo y gas, una vez que esté operativo. La Corporación Internacional de Financiación del Desarrollo (DFC) de EE.UU. respaldará al Fondo, facilitando la llegada de inversión y tecnología no solo de Estados Unidos, sino también de la Unión Europea y otros países aliados, con un énfasis particular en la innovación tecnológica.
Este acuerdo se inscribe en un panorama global donde la seguridad de las cadenas de suministro de minerales críticos se ha convertido en una prioridad estratégica, especialmente para Estados Unidos. China, actor preponderante en el mercado de tierras raras y otros metales esenciales, ha implementado restricciones a la exportación de elementos clave como el samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio, además de metales como el tungsteno y el telurio. Estas medidas, interpretadas como una respuesta a los aranceles estadounidenses en el marco de la guerra comercial, han generado demoras sustanciales en los envíos y un impulso por parte de Washington para diversificar sus fuentes de abastecimiento. China concentra cerca del 49% de las reservas mundiales de tierras raras y más del 69% de la producción, con un dominio casi total (99%) en el procesamiento de tierras raras pesadas, vitales para sectores como la defensa y la alta tecnología, de los cuales Estados Unidos depende significativamente (70% del consumo total, 92% de las pesadas) y debe abandonar la inmensa dependencia china.
En este escenario de reconfiguración, Argentina emerge como un país con potencial significativo en el ámbito de los minerales estratégicos. El territorio argentino posee yacimientos de diversos elementos de tierras raras, principalmente asociados a monacita y bastnasita en regiones como las Sierras Pampeanas y el Noroeste. Si bien las concentraciones varían, se han identificado elementos con alta demanda global como el Cerio, Lantano, Neodimio e Itrio, fundamentales para la fabricación de imanes de alta potencia (utilizados en vehículos eléctricos y turbinas eólicas), catalizadores, óptica y aplicaciones militares.
Ante la búsqueda estadounidense de alternativas a la dependencia china, los recursos de tierras raras en Argentina adquieren una relevancia estratégica potencial. Expertos señalan que el país debería trabajar más profusamente en la exploración, cuantificación y desarrollo de estos yacimientos para posicionarse como un proveedor confiable en las cadenas de suministro globales, aprovechando la actual guerra comercial.
Asimismo, Argentina cuenta con algunas de las mayores reservas de litio del mundo, mineral indispensable en la actualidad para la fabricación de baterías recargables. En un contexto de transición energética global, se subraya la necesidad urgente de que Argentina no se limite a la extracción de la materia prima, sino que impulse activamente la industrialización local, produciendo baterías de litio de diversas aplicaciones. Esta estrategia permitiría al país capturar un mayor valor agregado y consolidar su posición en el mercado energético antes de que posibles avances tecnológicos, como el desarrollo masivo del hidrógeno como vector energético, puedan llegar a desplazar la primacía del litio en el almacenamiento de energía a gran escala.
La coyuntura internacional, marcada por la competencia por el control de los minerales críticos, presenta un desafío y una oportunidad estratégica para Argentina, que podría capitalizar sus recursos naturales para impulsar el desarrollo económico y la inserción en cadenas de valor de alta tecnología.