Buenos Aires, 2 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA- El Gobierno argentino, liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, continúa convencido de que la economía recibirá una inyección significativa de dólares. En este sentido, el equipo de Caputo trabaja intensamente en estrategias para atraer los dólares que actualmente permanecen “bajo el colchón”, buscando su utilización en operaciones cotidianas. Esta iniciativa ya había sido intentada durante el verano con la implementación de una tarjeta de débito en dólares, aunque con resultados limitados.
Desde un despacho oficial se comunicó que se habilitará el pago de bienes y servicios en dólares a través de diversos métodos, incluyendo pagos por QR y tarjetas de débito. “Hoy no puedes ir a un restaurante y pagar con dólares, pero eso cambiará”, afirmaron. La medida, que se prevé anunciar en dos semanas, se ajustará con una resolución del ARCA, organismo presidido por Juan Pazo.
Caputo destacó su intención de “remonetizar” la economía para fomentar su crecimiento, anticipando que “cada vez van a circular más dólares”. Este objetivo ha sido una constante desde el inicio del blanqueo, que logró sumar US$ 15.000 millones en depósitos durante 2024. En agosto, se anunciaron medidas que permitirían adquirir desde productos cotidianos hasta vehículos 0 km con divisas a través de la tarjeta de débito.
Sin embargo, la implementación de estas medidas ha enfrentado desafíos. Aunque las emisoras de tarjetas estaban preparadas desde septiembre, el Banco Central no reglamentó la modalidad hasta enero, y su uso efectivo no comenzó hasta marzo y abril, con una respuesta moderada. “No fue mucho, solo algunas empresas, principalmente en turismo”, comentó una fuente del sector financiero, quien también indicó que el tiempo transcurrido ha sido insuficiente para evaluar el éxito de la iniciativa.
Una de las limitaciones fue la falta de habilitación del pago en dólares mediante QR, utilizando dinero en cuenta o tarjeta. Las billeteras virtuales esperan que esta opción avance, ya que en su momento el BCRA indicó que la medida dependía de la apertura del cepo, aunque actualmente no hay novedades al respecto.
En medio de la resistencia del dólar a bajar de $ 1.000, el Gobierno ha intensificado su búsqueda de divisas, enfrentando dudas sobre la acumulación de reservas y el deterioro de las cuentas externas. Las recientes medidas parecen orientadas a abrir el cepo para facilitar la entrada de capitales especulativos, así como a presionar al sector agropecuario para que liquide sus exportaciones y eliminar retenciones a la industria.
Desde el equipo de Caputo, se asegura que “dólares por inversiones y flujos de capitales están en camino”, señalando un incremento de US$ 760 millones en las reservas (sin incluir los US$ 12.000 millones del adelanto del FMI y los US$ 1.500 millones del BID). No obstante, el Banco Central atribuyó la variación al aumento del oro, que ha crecido un 8% desde principios de abril.
Un funcionario del Gobierno apuntó que “el Banco Central no intervino y tampoco hubo gran liquidación de exportadores”. En el mercado, ha llamado la atención el aumento de los depósitos en dólares, que crecieron en aproximadamente US$ 2.000 millones. Hasta el 24 de abril, se registraron seis días de incremento desde el mínimo del viernes, cuando se anunció el crédito de US$ 20.000 millones del FMI y el nuevo esquema cambiario. Sin embargo, la interpretación de estos datos es variada.
El economista Jorge Neyro explicó que el fin de la temporada alta de turismo y el inicio de la cosecha son señales de confianza en medio de la estacionalidad. Con importaciones en aumento y una carga de vencimientos de deuda en pesos de $ 30 billones en mayo y junio, el Gobierno busca incentivar a locales y extranjeros a vender dólares y comprar pesos, una estrategia conocida como “carry trade”.
El blanqueo había facilitado esta dinámica hasta que en marzo el mercado anticipó una devaluación. Actualmente, el Ejecutivo no puede extender la exteriorización de efectivo sin una ley. Las nuevas medidas que prepara Caputo enfrentan el desafío de convencer a los argentinos de repatriar los US$ 246.000 millones que tienen fuera del sistema debido a crisis y devaluaciones recurrentes.
Gabriel Caamaño, director de Outlier, argumentó que el peso aún no domina al dólar, y que esto no ocurrió ni durante la convertibilidad, donde los costos de transaccionar en dólares eran bajos. “Para que el peso desplace al dólar, la moneda tendría que perder mucho valor”, agregó.
Por su parte, Martín Rapetti, director de Equilibra, sugirió que las medidas podrían servir como un “puente” hasta las elecciones de octubre, aunque no espera un cambio significativo. “Un empresario que vende su parte y recibe US$ 100 millones, ¿los pone en un banco o los mantiene afuera?”, cuestionó.
Finalmente, el CEO de JP Morgan, Facundo Minujin, señaló que el Big Mac sigue siendo “el más caro del mundo”, reflejando la falta de confianza en la economía. Javier Milei, por su parte, negó que existiera “atraso” cambiario, afirmando que el dólar se acerca al piso de $ 1.000 y que “conforme se retiren los pesos y lleguen los dólares, los efectos serán evidentes”.