La mejor herramienta natural para prevenir enfermedades y fortalecer el cuerpo es una alimentación saludable. En este sentido, comer sano y llevar una dieta variada basada en frutas, verduras, cereales y carnes es fundamental para que el cuerpo pueda luchar contra distintas afecciones.
Existen muchos alimentos que tienen importantes beneficios para el organismo porque concentran un gran volumen de vitaminas y minerales. Entre estos productos se destaca el ginkgo, una hierba medicinal que ayuda a retrasar el envejecimiento vascular, la pérdida de memoria y de capacidad de concentración.
¿Qué es el ginkgo y qué propiedades tiene?
Según la Clínica Mayo, el ginkgo (Ginkgo biloba) es una de las especies de árbol vivo más antigua. Se trata de una planta legendaria que tiene “poderosas cualidades antioxidantes que ayudan a mejorar la circulación dilatando los vasos sanguíneos y reduciendo la viscosidad de las plaquetas”.
Además, como explica Jordi Cebrián en su libro El Botiquín de Plantas Medicinales, “los herbolarios lo recomiendan para frenar la demencia, la pérdida de memoria y de capacidad de concentración”.
Valor nutricional del ginkgo
Nutrientes | Cantidad en 100 gramos |
Valor Energético | 228 kilocalorías |
Proteínas | 3.76 g |
Hidratos de Carbono | 18.84 g |
Grasas | 3.02 g |
Fibra | 55.07 g |

¿Qué beneficios medicinales tiene el ginkgo?
Entre las propiedades medicinales que se le atribuyen al ginkgo biloba se destacan su actividad vasodilatadora en la circulación de la sangre, así como también sus propiedades antioxidantes y neuro protectoras.
Según la Agencia Europea del Medicamento (EMA), hay dos usos atribuidos a esta planta. Por un lado, uno dirigido a “la mejora del deterioro cognitivo asociado a la edad y de la calidad de vida en la demencia leve”. Por otro, un uso tradicional “para el alivio de la pesadez de las piernas y la sensación de las manos y pies fríos asociados a trastornos circulatorios menores”.
¿Cómo consumir el ginkgo?
El ginkgo se puede consumir en forma de comprimidos, extractos o geles. Además, sus hojas desecadas se utilizan para hacer té o infusiones.
No obstante, el profesor de botánica de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, Antonio Galán de Mera, desaconseja consumir sus semillas por su potencial tóxico porque “pueden causar problemas respiratorios y arritmias”.
Fuente El Cronista