Taipei, 21 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA–La Oficina Nacional de Seguridad de Taiwán ha revelado un intenso incremento en las operaciones de espionaje encubierto por parte de China, evidenciado en el reciente reclutamiento de la escolta del presidente taiwanés, Lai Ching-te. Según un informe oficial publicado en enero, el número de agentes perseguidos por actividades de espionaje para Pekín se ha triplicado en los últimos tres años, pasando de 16 en 2021 a 64 en 2024.
El mecanismo de inserción se inicia con la identificación de vulnerabilidades económicas dentro de las fuerzas de seguridad taiwanesas. Un caso ilustrativo relató cómo un soldado, al intentar conseguir dinero rápido en una casa de empeño, fue marcado por informantes chinos. Este operativo, que prescinde de altos cargos, permite a los servicios de inteligencia de la República Popular evaluar si el individuo muestra disposiciones o debilidades que puedan ser explotadas para futuros operativos; y en caso de comprobarse su idoneidad, su reclutamiento podría facilitar ascensos y ampliar sus funciones dentro de la estructura militar.
La infiltración no se limita a rangos bajos; también se han detenido a altos funcionarios. Entre los casos registrados se encuentran al menos cuatro miembros del Partido Democrático Popular, incluido un asesor del presidente que suministraba datos sobre los desplazamientos oficiales, y un asistente del director del Consejo de Seguridad Nacional. Asimismo, cuatro soldados, integrados en el equipo de seguridad de la oficina presidencial, fueron condenados por aceptar sobornos a cambio de fotografiar y transmitir información confidencial, con penas que oscilan entre 5 y 7 años de prisión.
Expertos en inteligencia, como el analista senior del Global Taiwán Institute, J. Michael Cole, explican que la estrategia de Pekín abarca múltiples frentes: reclutamiento a través de grupos criminales, templos y hasta personalidades de la industria del entretenimiento. “El espionaje chino contra Taiwán no es necesariamente preparatorio a una invasión; se trata de corroer desde adentro la capacidad de defensa y la confianza en el aparato de seguridad del país”, puntualiza Cole.
Uno de los casos más impactantes involucra la denominada “red Chen”, comandada por el ex oficial Chen Yu-hsin, quien logró infiltrar entre decenas de soldados retirados y en activo para formar escuadrones destinados a operaciones encubiertas, algunas de ellas orientadas al sabotaje. En otro operativo, el teniente coronel Hsieh Meng-shu fue tentado con una oferta millonaria para robar un helicóptero CH-47 Chinook y entregarlo a un portaaviones en el Estrecho de Taiwán, plan que fue frustrado por el Ministerio de Defensa y los servicios de contrainteligencia.
Mientras tanto, Pekín continúa utilizando diversos canales para infiltrarse en sectores estratégicos de Taiwán: desde la concesión de préstamos informales a soldados en dificultades hasta la utilización de influencers y políticos para difundir desinformación y posturas prochinas. La expansión de esta red ha encendido alarmas en los círculos de seguridad, evidenciando que el juego de espionaje se intensifica de forma constante en un contexto de crecientes tensiones por la reunificación.
Este despliegue se enmarca en una lucha de poderes en la que el espionaje se erige como instrumento clave para debilitar a Taiwán desde adentro, evitando en última instancia que la fuerza militar tenga que ser desplegada en un escenario de confrontación directa. Mientras la contrainteligencia taiwanesa se refuerza, la comunidad internacional observa de cerca la evolución de estas operaciones, que evidencian la complejidad y ambigüedad de las relaciones en la región.
TNA