Por Daniel Romero
Buenos Aires, 29 de mayo de 2025 – Total News Agency-TNA- Ante versiones difundidas en distintos medios y redes sociales, Total News Agency busco y accedió a información clave que permite aclrar algunas dudas que el Plan de Inteligencia Nacional (PIN) actualmente impulsado por el gobierno de Javier Milei contemple entre sus objetivos el seguimiento o espionaje sobre periodistas, economistas u otros actores del ámbito civil por su labor profesional. Esto no quiere decir que algún estúpido tenga la “genial” idea de hacerlo, el factor humano siempre se debe tener en cuenta.
El documento estratégico, elaborado por la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), se centra en lineamientos orientados a detectar amenazas internas y externas que comprometan la seguridad nacional, la gobernabilidad, el proceso electoral o los intereses económicos fundamentales de la Argentina, entre otros puntos relevantes.
Entre los focos prioritarios del PIN se incluyen: la protección frente a operaciones de desinformación, la vigilancia de actores estratégicos nacionales y extranjeros que atenten contra la estabilidad financiera o política del país, el combate al narcotráfico, el monitoreo de acciones en torno a la soberanía en las Islas Malvinas, y la prevención de amenazas vinculadas a la guerra cibernética, entre otros. A la hora de interpretarlo, sin duda se podría dar una orientación contraria a la ley, para eso los hombres tenemos siempre oscuras herramientas, se hizo con la Biblia, el Corán o el Talmud y regresando a lo terrenal, se hace cotidianamente con leyes y decretos en todo el planeta, mucho más en estas pampas.
Fuentes confiables con acceso al plan aseguraron a esta agencia que no existe en ningún apartado referencia alguna a periodistas, medios de comunicación, asociaciones civiles o profesionales del análisis económico como posibles blancos de vigilancia. En cambio, el documento hace énfasis en la necesidad de responder a amenazas asimétricas y complejas, muchas de ellas vinculadas con la manipulación digital, la inteligencia artificial y las plataformas clandestinas como la Deep Web.

El PIN, se podría decir, toma como referencia experiencias internacionales en ciberseguridad, como los casos ocurridos durante las elecciones estadounidenses o los conflictos tecnológicos entre China y Estados Unidos, y propone una estrategia adaptada a la realidad argentina. Como todos los planes del pasado, el actual esquema incluye una instancia de supervisión institucional a través de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Inteligencia, la cual tiene facultades para solicitar informes, realizar observaciones y controlar su implementación. Por otro lado, algunos señalan que la filtración del PIN de la SIDE se hizo desde la misma comisión que lo debe proteger y monitorear y son varios los sospechosos, pero con mas énfasis y específicamente, señalan a un legislador que cumplió funciones en el organismo, es oriundo de San Miguel, tiene algún problema con las adicciones y su apellido comenzaría con Tailh y terminaría con ade, algunos le dicen Rolo, otros aspireta, Yelmo…y similares.
Cabe destacar que, durante otros gobiernos —especialmente en la gestión de Cristina Kirchner— existieron antecedentes documentados sobre el uso de la SIDE para vigilar periodistas, opositores y civiles. Sin embargo, el texto del nuevo plan no menciona específicamente ninguna de esas prácticas. Quien escribe no busca realizar defensa alguna sino exponer la información que pudimos obtener
Al César lo que es del César