La Plata, 12 de junio–Total News Agency-TNA–En medio de una crítica situación económica y con un presupuesto prorrogado desde 2023, el gobierno de la provincia de Buenos Aires autorizó un gasto multimillonario para organizar elecciones desdobladas, en una decisión que genera polémica tanto por su oportunidad como por su financiamiento. Bajo la conducción del gobernador Axel Kicillof y con el Ministerio de Gobierno a cargo de Carlos Bianco —recientemente detenido por conducir un vehículo oficial en estado de ebriedad— la provincia avanza con licitaciones por más de 4.820 millones de pesos en insumos electorales.
Según documentos oficiales, ya se concretaron al menos tres procesos de licitación pública: uno por más de 4.179 millones de pesos, y otros dos más recientes por un total de 915 millones, destinados a adquirir elementos como urnas, sobres, etiquetas, chalecos identificadores, paneles de cartón y material gráfico para imprimir.
Todo esto ocurre mientras la administración bonaerense declara una emergencia económica que afecta directamente áreas sensibles como seguridad, salud y educación. La contradicción entre el ajuste en servicios esenciales y la millonaria inversión en un proceso electoral desdoblado genera inquietud entre intendentes, analistas y vecinos.
El gobernador decidió avanzar con un esquema electoral autónomo de Nación, pese a que ello implica que el financiamiento corre exclusivamente por cuenta de la provincia. A diferencia de procesos anteriores, el Estado nacional no cubrirá los costos, debido a la decisión unilateral de Kicillof de separar los comicios bonaerenses del calendario nacional.
La cifra global proyectada para todo el operativo electoral, incluyendo logística, materiales y personal, se estima en más de 100.000 millones de pesos, según cálculos de consultoras privadas e informado por Realpolitik. En paralelo, hospitales con obras paralizadas, escuelas con mantenimiento deficiente y una ola de inseguridad creciente marcan la realidad de muchos distritos.
La estrategia de desdoblamiento electoral también alimenta especulaciones políticas. Algunos observadores interpretan esta maniobra como un intento del gobernador por despegar su figura de la de Cristina Fernández de Kirchner, su mentora política, hoy condenada por corrupción. El vínculo entre ambos estaría deteriorado, y Kicillof busca construir una identidad propia dentro del peronismo, menos atada al kirchnerismo tradicional.
En ese marco, el uso de recursos públicos para sostener una apuesta electoral personal levanta críticas que trascienden lo económico y se internan en el terreno de la ética de gestión. Con Bianco intentando recomponer su imagen tras el escándalo por su detención al volante en estado de ebriedad, la administración provincial enfrenta ahora el desafío de justificar un gasto que muchos consideran inoportuno, innecesario y desconectado de las urgencias reales de los bonaerenses.
La decisión de Axel Kicillof de desdoblar las elecciones en la provincia de Buenos Aires busca priorizar la agenda local y movilizar al electorado en torno a temas provinciales, evitando la influencia de las políticas del ejecutivo nacional. Este movimiento refleja su intención de construir un liderazgo propio y distanciarse de Cristina Fernández de Kirchner, posicionándose como un referente moderno y autónomo dentro de un peronismo en crisis tras la derrota electoral de 2023. Sin embargo, esta estrategia implica altos costos y posibles riesgos políticos, mientras se postergan las problemáticas de los bonaerenses.