Moscú, 21 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA-Pese a la retórica de cooperación estratégica que exhiben públicamente Moscú y Pekín, un informe de inteligencia y ciberseguridad internacional reveló que hackers vinculados al aparato estatal chino habrían ejecutado una sostenida operación de espionaje digital contra instalaciones militares rusas desde mediados de 2022. El objetivo habría sido obtener información sensible relacionada con submarinos nucleares, sistemas de guerra electrónica y comunicaciones satelitales, lo que evidenciaría una silenciosa guerra cibernética entre las dos potencias.
Según detalla la investigación, uno de los grupos más activos en estas operaciones fue identificado como “Sanyo”, un equipo de ciberinteligencia atribuido al gobierno chino. Este grupo logró infiltrarse en sistemas de defensa rusos mediante técnicas de suplantación de identidad de empresas nacionales, incluyendo al Rubin Design Bureau, responsable del diseño de la mayoría de los submarinos de la flota rusa.
El espionaje también alcanzó al conglomerado estatal Rostec, uno de los pilares del complejo militar-industrial ruso. Allí, los atacantes habrían buscado extraer datos sobre desarrollos en radar militar, redes de comunicación satelital y armamento electrónico. La empresa taiwanesa TeamT5, especializada en amenazas cibernéticas regionales, confirmó que los ataques se extendieron a múltiples firmas aeroespaciales y tecnológicas rusas.
A pesar del acuerdo de no agresión cibernética firmado entre ambos gobiernos en 2021, analistas sostienen que China mantiene interés creciente en obtener de primera mano información sobre las tácticas y tecnologías empleadas por Rusia en el conflicto ucraniano, con el fin de aplicarlas en su propio esquema militar. “El conflicto en Ucrania se ha convertido en un laboratorio de guerra para el ciberespionaje global”, indicaron fuentes consultadas por Total News Agency.
Entre los grupos señalados como protagonistas de estos ataques también figuran Mustang Panda y Tonto Team, ambos identificados en anteriores ofensivas cibernéticas contra gobiernos occidentales. En esta ocasión, habrían utilizado credenciales digitales apócrifas y ataques de phishing dirigidos específicamente a personal militar e ingenieros de alto nivel.
En un hecho particularmente delicado, Tonto Team habría replicado la identidad digital del Rubin Design Bureau en una campaña específica para acceder a información estratégica sobre el diseño y funcionamiento de submarinos nucleares. Estas unidades son consideradas una de las piezas más críticas de la capacidad de disuasión de Moscú.
El caso pone de manifiesto las fisuras que existen detrás de la fachada de alianza entre Rusia y China, al tiempo que plantea nuevos desafíos para la seguridad global en el terreno de la ciberdefensa. De confirmarse oficialmente estas acusaciones, el episodio podría escalar a un conflicto diplomático de alta sensibilidad entre dos actores centrales del nuevo orden geopolítico.