Por Claudio Rosso*
Si últimamente tiene sentido un dolor de garganta que te hace pensar que estás tragando vidrio o cuchillas de afeitar, no estás solo. Muchos lo describen así, y no es exageración: es posible que hayas contraído Nimbus, la nueva subvariante del COVID-19 que ya está dando de qué hablar en varios países, incluido el nuestro.
Su nombre técnico es NB.1.8.1, pero en redes sociales ya la bautizaron “Nimbus”, quizás porque suena más liviano que lo que realmente provoca. Esta variante, quirúrgica del linaje Omicron, tiene una particularidad: una faringitis intensísima, tan dolorosa que muchos médicos y pacientes ya la llaman el COVID del “ navaja de garganta ” (literalmente: “garganta de hojitas de afeitar”).
Sí, suena dramático, pero si los que la han sufrido dicen que no se queda corto.
El apodo “garganta con cuchilla de afeitar” no es una invención sensacionalista. Médicos en distintas partes del mundo han reportado que pacientes jóvenes y sanos, sin comorbilidades, llegan con dolor de garganta tan severo que tienen dificultad para tragar saliva, hablar o incluso dormir.
Hasta el momento, no parece causar una enfermedad más grave que las variantes anteriores. Los especialistas aclaran que, aunque el dolor de garganta es más agudo, la mayoría de los casos siguen siendo leves o moderados, especialmente en personas vacunadas.
Sin embargo, su capacidad de contagio es alta. En Estados Unidos, ya representa casi 4 de cada 10 casos secuenciados. También se ha detectado en Reino Unido, Italia, Sudáfrica y varias partes de Asia. El virus se mueve rápido, como ya aprendimos.
Los síntomas
Lo que más destaca:
Dolor de garganta muy intenso , como tragar clavos.
Congestión nasal.
Tos seca o con flema.
Fatiga (el clásico “no puedo más”).
Fiebre baja.
En algunos casos, diarrea o náuseas.
Muchas personas que lo han tenido reportan que el dolor de garganta aparece de golpe, y que incluso cuesta comer o dormir por la molestia. Un médico en California lo describió como “la peor faringitis que ha visto en años”.
Afortunadamente, los datos actuales no indican que Nimbus cause una enfermedad más grave. La mayoría de las hospitalizaciones siguen ocurriendo en personas no vacunadas, con sistemas inmunes comprometidos o mayores de 65 años.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado a Nimbus como una “variante bajo vigilancia”, pero no la ha etiquetado como “preocupante”, como lo hizo en su momento con Delta o la primera versión de Ómicron.
Eso sí, no hay que confiarse. Las mutaciones en Nimbus parecen hacerla más eficiente para evadir algunos anticuerpos, tanto los generados por infecciones anteriores como por vacunas. Sin embargo, los expertos coinciden en que las vacunas actuales siguen protegiendo contra la enfermedad grave y la muerte.
Los expertos indican que las vacunas actuales —especialmente si te diste el refuerzo actualizado— siguen protegiendo contra las formas graves de la enfermedad. Tal vez no impidan el contagio completamente, pero sí reduce muchísimo el riesgo de terminar en un hospital.
Entonces, si hace más de 6 meses que no te vacunarás o nunca recibirás un refuerzo adaptado, es buen momento para hacerlo.
¿Y ahora qué hacemos?
A esta altura del partido, sabemos que el COVID no se fue. Cambió, se transformó y se volvió parte de la vida. Nimbus es un recordatorio incómodo de eso. No hace falta entrar en pánico, pero sí conviene ser realistas:
Si tienes síntomas, hazte una prueba rápida (sí, siguen funcionando).
Si salís y estás con gente vulnerable (abuelos, inmunosuprimidos), ponte barbijo.
Y si te duele la garganta como nunca antes, consulta con tu médico.
Además, algunos países ya refuerzan su vigilancia genómica. En Italia, por ejemplo, se detectó el virus en muestras de aguas residuales antes que en pacientes, y en Sudáfrica ya lo monitorean en más de 22 regiones.
La aparición de Nimbus confirma lo que muchos ya sabíamos: el COVID no desapareció, aunque hayamos querido olvidarlo. Es probable que siga mutando, apareciendo con nuevas caras, y tocando la puerta cuando menos lo esperamos.
Pero también tenemos más herramientas que nunca para enfrentarlo. Sabemos cuidarnos, sabemos cuándo consultar, y sabemos que con responsabilidad, la vida puede seguir.
Así que si de pronto te despiertas con esa sensación de que tu garganta fue lijada por dentro con papel de lija industrial, no te asustes. Pero tampoco lo ignora. Hacete una prueba, descansá, hidrata y protegé a los demás.
Porque sí, el virus cambia. Pero nosotros también hemos aprendido a cambiar con él.
*Director de Servhiseg, Miembro de ACDE, Consejero asesor en FIDESEG, miembro de ENAC, CGE y de las Fundaciones Alem, Mapfre, Grupo Sancor Seguros, INTERPOL, AXA, Pelayo y Scholas Occurrentes.