Teherán, 28 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA-El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, reconoció por primera vez que las instalaciones nucleares del país sufrieron “graves daños” como consecuencia de los recientes bombardeos lanzados por Estados Unidos, en el marco de la denominada Operación Martillo de Medianoche. Las declaraciones del canciller, difundidas por la televisión estatal iraní, contradicen abiertamente la versión ofrecida por el líder supremo Alí Jamenei, quien había minimizado el impacto del ataque.
“El nivel de daños es alto y son daños graves”, sostuvo Araghchi durante una entrevista televisiva, en una admisión inusual en la estructura comunicacional del régimen iraní. La afirmación refuerza las evaluaciones coincidentes realizadas por fuentes en Irán, Israel y Estados Unidos, que aseguran que las instalaciones clave del programa atómico iraní sufrieron daños estructurales severos, a pesar de informes iniciales que sugerían lo contrario.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), por su parte, respaldó esta visión. Su director general, Rafael Grossi, confirmó en un comunicado oficial que inspectores del organismo detectaron “daños extensos” en varias infraestructuras nucleares, incluyendo plantas de conversión y enriquecimiento de uranio.
Imágenes satelitales obtenidas por la firma Planet Labs PBC mostraron el estado del complejo subterráneo de Fordow, uno de los centros estratégicos del programa nuclear iraní, tras los bombardeos estadounidenses del pasado 22 de junio.
La postura del ayatolá Jamenei, en cambio, fue diametralmente opuesta. En declaraciones posteriores al ataque, el líder supremo sostuvo que “los estadounidenses no lograron nada significativo”, e incluso describió el bombardeo iraní a la base aérea estadounidense de Al-Udeid, en Catar, como una “fuerte bofetada” a Washington. Sin embargo, el presidente estadounidense Donald Trump calificó esa ofensiva como una “respuesta muy débil” y llegó a agradecer a Teherán por haber advertido con anticipación sobre el ataque.
En medio de esta escalada, Araghchi reconoció que los bombardeos norteamericanos complican la reanudación de negociaciones nucleares, aunque no descartó la posibilidad de futuras conversaciones. “Los ataques hicieron que fuera más difícil sentarse a la mesa, pero no podemos descartar del todo la vía diplomática”, declaró el jefe de la diplomacia iraní.
El ambiente de diálogo entre Teherán y Washington ya se encontraba tensionado antes del conflicto, debido a la presunta complicidad de EE.UU. en la Operación León Ascendente, ejecutada por Israel. Según declaraciones del embajador iraní ante la ONU, Ali Bahreini, Irán considera a Washington un actor “directamente involucrado” en esa ofensiva.
En una alocución desde la Casa Blanca, el presidente Trump abordó el tema con su estilo característico. “Hablaremos con ellos la semana que viene, quizá firmemos un acuerdo, no lo sé. No creo que sea tan necesario. Lo único que pedimos es lo de siempre: que no desarrollen un programa nuclear”, declaró, acompañado del vicepresidente J. D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth.
Pese al tono optimista de Trump, no existen indicios concretos de una pronta reanudación de negociaciones, en un escenario marcado por la destrucción parcial de la infraestructura nuclear iraní y una creciente fractura entre las declaraciones públicas del liderazgo político y religioso de Teherán.
Mientras tanto, expertos internacionales sostienen que el régimen iraní intenta salvar las apariencias tras un golpe estratégico profundo que afectó uno de sus pilares de proyección regional y defensa.