Buenos Aires, 28 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA-La Argentina volvió a consolidarse en el podio de los combustibles más caros de la región, según los datos del portal especializado Global Petrol Prices, y los consumidores locales ya se preparan para un nuevo aumento previsto para los primeros días de julio. Con un precio promedio nacional de 1,15 dólares por litro para la nafta y 1,19 para el gasoil, el país supera ampliamente a vecinos como Paraguay, Brasil y Chile, y se acerca peligrosamente a los niveles uruguayos, históricamente elevados.
La paradoja no pasa desapercibida: mientras en Paraguay —un país sin producción propia de petróleo— la nafta cuesta 0,80 dólares y el gasoil 0,87, en la Argentina los precios se ven inflados por la presión impositiva, los costos logísticos y un tipo de cambio que, tras la fuerte devaluación de diciembre de 2023, quedó por detrás de la inflación, encareciendo todos los bienes locales en términos internacionales.
En este contexto, las petroleras privadas Shell, Axion y Puma aplicaron recientemente una suba de precios, mientras que YPF optó por mantener sus tarifas congeladas. La decisión, según fuentes del sector, responde a una estrategia para evitar más presiones inflacionarias, aunque a costa de resignar rentabilidad. Pero el equilibrio es insostenible: se estima que aún existe un atraso del 5% en los precios de los combustibles, lo que allana el camino para un nuevo aumento liderado por YPF el próximo martes 1 de julio.
La carga impositiva, como de costumbre, juega su propio partido. Según estimaciones empresariales, alrededor del 35% del precio final del combustible corresponde a tributos nacionales y provinciales, sin contar tasas municipales que pueden añadir entre un 2% y un 4% adicional. “Por cada $1.000 que se cargan en combustibles, $350 van al Estado”, explicó un ejecutivo del sector, quien además detalló que los impuestos sobre los combustibles en Argentina no funcionan como amortiguadores ante variaciones del crudo, a diferencia de otros países.
El ex subsecretario de Combustibles, Alberto Fiandesio, ofreció su diagnóstico sin anestesia: “Los combustibles más caros de la región son una consecuencia lógica del tipo de cambio. La estructura impositiva no cambió, pero ahora ya no vienen paraguayos ni brasileños a cargar combustible barato, porque ahora todo en Argentina es más caro, como comer afuera o vestirse”.
El cuadro regional es revelador: mientras que en Brasil la nafta ronda los US$ 1,13 y el gasoil US$ 1,08, en Chile se paga US$ 1,35 y US$ 1,00 respectivamente. Solo Uruguay sigue liderando en precios: la nafta se comercializa a US$ 1,95 y el gasoil a US$ 1,16.
El petróleo, por su parte, mostró fuertes oscilaciones durante junio. Comenzó el mes en torno a los US$ 63 por barril, escaló hasta los US$ 79 durante el pico de tensión bélica entre Israel e Irán, y volvió a descender hasta ubicarse en US$ 67, generando incertidumbre entre las petroleras respecto a la política de precios a seguir.
Mientras tanto, el Gobierno nacional mantiene congelados los impuestos sobre los combustibles para evitar una mayor presión sobre la inflación, a costa de resignar ingresos fiscales. La incógnita es si en el mes próximo dará vía libre a su actualización.
Así, entre petróleo volátil, parches impositivos y combustibles que ya superan a los de países sin producción propia, los argentinos se preparan para lo inevitable: llenar el tanque volverá a costar más desde julio. Porque si hay algo que nunca se atrasa en la Argentina, es el precio de la nafta.