Washington, 30 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA--En una jornada marcada por negociaciones frenéticas, maratónicas votaciones de enmiendas y divisiones tanto en la oposición como dentro del propio oficialismo, el Senado de Estados Unidos avanza contrarreloj con el tratamiento del ambicioso megaproyecto de ley impulsado por el presidente Donald Trump, que contempla recortes de impuestos y gastos, una ofensiva migratoria sin precedentes, modificaciones al sistema de salud y un viraje energético hacia los combustibles fósiles.
Trump presiona al Congreso para que el texto final de la iniciativa esté aprobado y firmado antes del próximo 4 de julio, una fecha emblemática que su administración busca capitalizar políticamente.
El mandatario se reunirá este lunes con el líder de la mayoría del Senado, John Thune, y con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en la Casa Blanca, en un intento por alinear a las distintas facciones republicanas, que mantienen fuertes diferencias internas sobre aspectos clave del texto.
Debate opaco y cuestionamientos demócratas
Mientras se desarrolla el denominado “vote-a-rama”, una sesión intensiva de votaciones de enmiendas, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó duramente la falta de transparencia del proceso legislativo. Acusó a los republicanos de realizar acuerdos “a puerta cerrada” y de ocultar modificaciones sustanciales del proyecto a los senadores y al pueblo estadounidense.
“No podemos avanzar sin conocer los cambios exactos que están introduciendo. Lo están modificando en secreto y eso es inadmisible”, declaró Schumer ante la prensa. Anticipó que los demócratas continuarán forzando votaciones sobre enmiendas para visibilizar “cuán perjudicial es esta ley para los ciudadanos”.
Impacto en salud, inmigración y energía
El megaproyecto del presidente Trump contempla recortes históricos al programa de salud Medicaid, por un total estimado en 930.000 millones de dólares en 10 años, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO). De aprobarse, dejaría a 11,8 millones más de personas sin cobertura médica para 2034, cifra que supera la proyección del proyecto aprobado previamente en la Cámara Baja.
La versión del Senado impone además requisitos laborales más estrictos para conservar el acceso a Medicaid, incluyendo padres de niños de 14 años o más. También propone cambios en la Ley de Cuidado de Salud Asequible, afectando directamente la inscripción en los seguros subsidiados por el Estado.
En el plano migratorio, el texto asigna US$ 46.500 millones a barreras fronterizas y US$ 45.000 millones a centros de detención, transformando a ICE en la agencia con el presupuesto más alto del país. El gobierno busca alcanzar una tasa de 3.000 arrestos migratorios por día, lo que justifica la construcción de nuevos centros como el anunciado en Florida, apodado “Alligator Alcatraz”, con capacidad para 5.000 camas.
Además, se destinarán US$ 29.800 millones a la contratación de 10.000 nuevos agentes de ICE, y se incrementarán las tarifas para acceder a visas, asilo y permisos laborales, lo que, según organizaciones defensoras de migrantes, podría excluir a miles de personas de bajos recursos del sistema legal.
En el ámbito energético, los republicanos añadieron a último momento un nuevo impuesto a la industria solar y eólica, provocando la inmediata reacción de expertos y sectores comerciales. La medida llega en un momento de alta demanda eléctrica por el crecimiento de centros de datos para inteligencia artificial, y podría afectar seriamente la incorporación de energías renovables a la red nacional, que representan el 85% de los desarrollos previstos para los próximos años.
Fracturas en el Partido Republicano
El megaproyecto enfrenta también resistencia dentro del oficialismo. El senador Thom Tillis fue uno de los dos republicanos que votó en contra del avance del texto y anunció que no buscará la reelección. El representante Chip Roy expresó públicamente su decepción por la falta de compromiso del proyecto con la reducción del déficit.
El presidente de la Cámara Baja, Mike Johnson, convocó a reuniones con el ala centrista del partido —el Republican Main Street Caucus— y con figuras como el Dr. Mehmet Oz, actual administrador de Medicare y Medicaid, para contener el descontento y garantizar los votos necesarios.
También se registraron votos cruzados: las senadoras republicanas Lisa Murkowski y Susan Collins se alinearon con los demócratas en varias enmiendas clave, entre ellas las que buscan proteger el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) y garantizar fondos a hospitales rurales.
Cronograma ajustado
Si el Senado aprueba el texto final este lunes o en la madrugada del martes, la Cámara de Representantes lo tomará de inmediato. El líder de la mayoría en la Cámara, Tom Emmer, convocó a sus colegas para una votación preliminar este miércoles por la mañana. El oficialismo confía en tener el proyecto aprobado y en el escritorio de Trump antes del jueves.
La secretaria de prensa Karoline Leavitt aseguró que el texto “protege Medicaid” para quienes realmente lo necesitan, y desestimó las preocupaciones sobre hospitales rurales como “afirmaciones infundadas”. Defendió además la agenda presidencial: “Este proyecto fortalece la frontera, reduce el gasto ineficiente y restaura el control sobre la política migratoria y sanitaria”.
Proyecciones
El megaproyecto representa la mayor reconfiguración de la política interna de Estados Unidos en una década, con consecuencias fiscales, sociales y humanitarias de largo plazo. Su aprobación podría convertirse en un hito político para la campaña de reelección de Donald Trump, aunque no sin un alto costo de fractura interna y tensión legislativa.