Haifa, 3 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA-Las autoridades ambientales de Israel registran esta semana niveles de benceno —una sustancia altamente cancerígena— cien veces superiores a los habituales en las inmediaciones de la refinería de Haifa, la mayor del país, como consecuencia de las tareas de reparación que se llevan a cabo tras el impacto de un misil iraní a mediados de junio.
La alarma se activa el lunes, cuando sensores instalados por la Asociación de Ciudades del Área de la Bahía de Haifa para la Protección del Medio Ambiente detectan durante varias horas concentraciones elevadas del compuesto químico. El portavoz del ente, Gilad Heimann, confirma que si bien antes del ataque ya se habían registrado picos de benceno de entre dos y diez veces el nivel normal, esta vez la cifra alcanza un valor sin precedentes: cien veces por encima del promedio habitual.
Las emisiones, según concluyen representantes del Ministerio de Protección Ambiental y de la asociación municipal tras una inspección a la planta, se originan durante los trabajos de restauración en las zonas afectadas por el misil iraní.
La refinería es operada por la empresa Bazan, que niega irregularidades mediante un comunicado difundido en redes sociales. Allí sostiene que todas las estaciones fijas de monitoreo ambiental a su cargo registran valores normales de benceno durante el día en cuestión. Sin embargo, admite que una estación móvil ubicada en la valla perimetral de la planta detecta picos elevados en intervalos de 30 minutos. Bazan aclara que dicha estación tiene fines internos y no refleja condiciones generales del aire en zonas pobladas.
El ataque que origina esta situación se produce entre la noche del 15 y la madrugada del 16 de junio, cuando Irán lanza una ofensiva con misiles en represalia por los recientes bombardeos israelíes en su territorio. Uno de los proyectiles impacta directamente sobre las instalaciones de la refinería de Haifa, provocando un incendio de gran magnitud que deja un saldo de tres trabajadores muertos y paraliza la producción durante varios días.
Las autoridades locales y organismos ambientales intensifican el monitoreo en la zona para evaluar posibles riesgos a la salud pública. Aunque no se emiten recomendaciones de evacuación ni se informa de daños inmediatos en la población, el incidente reaviva el debate en torno a la seguridad de las infraestructuras energéticas en contextos de conflicto armado y la exposición a contaminantes industriales en áreas urbanas.