Buenos Aires, 9 de julio de 2025 – Total News Agency‑TNA‑La conmemoración del 209° aniversario de la independencia argentina transcurre hoy en un escenario marcado por la disonancia entre el festejo patrio y los gestos de división política. Mientras en Tucumán se desarrollan los actos tradicionales y en el Campo Argentino de Polo se celebra un acto castrense, con la presencia del presidente Javier Milei y la visita de la vicepresidenta Victoria Villarruel a Tucuman exhiben el creciente distanciamiento al interior de la fórmula presidencial.

Milei canceló su viaje a la vigilia en la Casa Histórica de Tucumán, citando “condiciones climáticas adversas” por niebla que suspenderían los vuelos. En consecuencia, presidió un acto en el Campo de Polo, a las 14.30, donde intervienen cinco bandas militares y autoridades del Ministerio de Defensa.
En contrapartida, la vicepresidenta Villarruel sí viajó en vuelo comercial a Tucumán, formalmente como ciudadana y en ejercicio de la vicePresidencia. Acompañada por la senadora Beatriz Ávila, participó del chocolate patrio, el Tedeum en la catedral y la vigilia nocturna, expresando su compromiso con la fecha histórica y declarando: “vengo como argentina”. Su presencia contrasta con la ausencia del mandatario y desmarca aún más a la dupla ejecutiva en un día que exige unidad.
Los actos en Tucumán, organizados por el gobernador Jaldo, incluyen chocolate a las 9.30, izamiento en Plaza Independencia, desfile cívico-militar al mediodía y vigilia en la Casa Histórica.
El enfrentamiento de ambos mandatarios —Milei eludiendo infraestructura formal para dialogar con gobernadores en su vigilia tucumana, y Villarruel ocupando ese lugar— profundiza una fotografía política cada vez menos coherente. A un año de aquel pacto federal por la reforma, hoy los gobernadores se alejan, el presidente los evita y la vicepresidencia marca su agenda, en una secuencia que simboliza la antítesis entre la unidad simbólica del 9 de julio y la fractura institucional.
En este día consagrado a la celebración de la independencia, el país afronta una escena donde el mensaje de cohesión histórica choca con una realidad política dividida, donde la fórmula presidencial actúa como núcleo de tensión más que de integración nacional.