Buenos Aires, 18 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA-El dólar oficial escaló este jueves a los $1.300 en el Banco Nación, marcando un nuevo récord histórico nominal, pese a los esfuerzos del Gobierno por contener la presión cambiaria. En paralelo, el dólar blue aumentó a $1.305, consolidándose como el tipo de cambio más alto del mercado.
Las variantes financieras también mostraron alzas: el contado con liquidación (CCL) trepó a $1.301 (+1,2%) y el dólar MEP se ubicó en $1.293 (+0,9%). El mayorista avanzó dos pesos y cerró en $1.286.
El nuevo salto del tipo de cambio ocurre en medio de un escenario de tensión cambiaria creciente y refleja las dificultades del Gobierno para consolidar su esquema monetario. La reciente modificación del ancla de tasas de interés hacia un control directo de la base monetaria no logró los resultados esperados. Lejos de absorber liquidez, el sistema financiero respondió con cautela, generando una expansión de $10 billones que alimentó la demanda de cobertura cambiaria.
Frente a este cuadro, el Banco Central reintrodujo herramientas clásicas de absorción como los pases a tasas del 36% y reforzó su presencia en el mercado de futuros de dólar. Aunque estas medidas lograron estabilizar parcialmente el dólar oficial, analistas advierten que el equilibrio alcanzado es frágil, de alto costo fiscal y difícil de sostener en el tiempo.
El plan del Tesoro de captar excedentes a través de licitaciones fue otro eje que fracasó en su implementación. La eliminación de las Letras de Fijación (LeFi) y el intento de redireccionar pesos hacia instrumentos de deuda oficial no encontró eco en el sector bancario, que optó por preservar liquidez. Esta dinámica debilitó aún más la efectividad del modelo y obligó al Banco Central a asumir un rol protagónico en la absorción monetaria.
“Los bancos no participaron porque no hay incentivos claros ni previsibilidad normativa”, explicó Pablo Moldovan, economista de la consultora C-P. “La transición hacia el control de agregados monetarios carece de credibilidad y eso genera más presión sobre el dólar”.
En paralelo, el BCRA intervino fuertemente en el mercado secundario de Lecaps y en los futuros del dólar, donde el interés abierto creció más de USD 700 millones en los últimos días. Aunque estas operaciones no están limitadas por el acuerdo con el FMI, su sostenibilidad en el tiempo es incierta.
Las tasas reales positivas —estimadas entre el 12% y el 14% anual— ayudaron a contener la demanda de divisas, pero los analistas advierten que este nivel no es sostenible ante las necesidades fiscales del segundo semestre y la proximidad del ciclo electoral. Max Capital prevé que el tipo de cambio oficial se depreciará gradualmente hasta octubre, en línea con una futura baja de tasas.
En definitiva, el Gobierno logró una contención transitoria de la tensión cambiaria, pero a un costo elevado y sin resolver los desequilibrios de fondo. Si no se implementan mecanismos estructurales para absorber liquidez, la presión sobre el dólar podría recrudecer en los próximos meses, afectando la estabilidad financiera.
El mercado observa con atención, mientras el dólar —una vez más— marca el ritmo de la economía.