Nueva York, 23 de julio de 2025 – Total News Agency (TNA) –En su informe de mitad de año, el banco de inversión estadounidense JP Morgan trazó un escenario optimista para la economía argentina durante lo que resta de 2025 y el próximo año. El reporte, que fue distribuido entre sus clientes institucionales, pondera la estrategia económica implementada por el presidente Javier Milei y proyecta mejoras graduales en los indicadores macroeconómicos, aunque advierte por los desafíos pendientes, particularmente en materia de reservas internacionales.
El documento destaca que la Argentina ha transitado un “proceso de estabilización efectivo” luego de “años de dominancia fiscal” y una caída del PBI per cápita acumulada del 15% desde 2012. En contraste con ese período, JP Morgan subraya cuatro pilares de la actual política económica: disciplina fiscal con eliminación del déficit, desregulación y reformas estructurales, eliminación del control de capitales y la instauración de tasas reales positivas.
“El ancla del proceso de estabilización es la disciplina fiscal, con un esfuerzo adelantado en materia presupuestaria y el compromiso con el equilibrio de las cuentas públicas”, afirma el informe. En ese sentido, señala que el país pasó de un déficit primario del 2,4% del PBI y financiero del 4,6% en 2023, a un superávit de 1,7% y 0,4%, respectivamente, en el primer semestre de 2025.
JP Morgan también proyecta una desaceleración sostenida de la inflación. Estima que el índice de precios al consumidor se mantendrá estable durante el segundo semestre, con una leve aceleración en julio (1,8%), para luego ubicarse por debajo del 1% mensual a partir de enero de 2026. La entidad afirma que “el proceso de desinflación volvió a ganar impulso tras el freno registrado en marzo”.
En cuanto al tipo de cambio real multilateral, calculado actualmente en 1.208 pesos, el banco considera que esa apreciación “llegó para quedarse”, en tanto se mantenga el crecimiento del ahorro interno. Según sus proyecciones, ese valor podría descender hasta 1.193 pesos hacia mediados de 2026, similar al nivel de los primeros años de la gestión de Mauricio Macri.
Las perspectivas de JP Morgan también incluyen una mejora significativa en las reservas internacionales netas. Aunque actualmente se estiman en un déficit de USD 7.500 millones, el banco espera un saldo positivo de USD 8.600 millones hacia fines de 2026, con una proyección de USD 22.500 millones en 2027 y USD 36.400 millones en 2028. Este cambio estaría impulsado por un superávit energético sostenido y un crecimiento pronunciado en las exportaciones de litio, cobre y agroindustria. Según el informe, las exportaciones totales podrían alcanzar los USD 144.000 millones para 2030.
Entre los factores que contribuirían a la expansión económica se encuentran el repunte gradual de los salarios reales, la recuperación del crédito privado y el avance del proceso de desregulación. La entidad advierte, sin embargo, que lograr acceso pleno a los mercados internacionales hacia fines de 2025 será clave para consolidar la estabilización.
Desde una mirada política, JP Morgan también observa con buenos ojos el escenario electoral. Según el informe, la intención de voto del oficialismo se ubicaría en torno al 39,4%, frente al 28,7% del espacio kirchnerista. La imagen del presidente Milei se habría mantenido “sólida”, pese al retroceso del consumo interno y una creciente polarización.
No obstante, el optimismo no es absoluto. A fines de junio, el propio banco recomendó reducir la exposición a bonos en pesos, al considerar que “preferimos tomar ganancias y esperar mejores niveles de entrada”, en un contexto marcado por la cercanía de las elecciones y el fin de la estacionalidad favorable. Además, señaló que el peso argentino se ubicó “entre las monedas con peor desempeño en mercados emergentes en los últimos dos meses” y criticó la intervención en el mercado de futuros sin que se alcanzaran los límites establecidos por la banda cambiaria.
Así, JP Morgan traza un escenario de estabilización en marcha, con logros fiscales concretos y perspectivas alentadoras a mediano plazo, aunque con advertencias sobre la fragilidad del frente externo y el impacto electoral de las políticas económicas en curso.