Washington D.C., 30 de julio de 2025 – Total News Agency – TNA-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó este martes un nuevo plazo de diez días, hasta el 8 de agosto, para que Rusia alcance un acuerdo de alto el fuego con Ucrania, intensificando la presión sobre el Kremlin con la amenaza de imponer sanciones económicas y aranceles del 100% a Moscú y sus socios comerciales. “Diez días desde hoy”, afirmó Trump a periodistas a bordo del Air Force One, tras regresar de una visita a Escocia, donde se reunió con el primer ministro británico, Keir Starmer. La declaración, que reduce el plazo inicial de 50 días anunciado el 14 de julio, subraya la frustración del mandatario ante los continuos ataques rusos en Ucrania, especialmente en Kiev, donde bombardeos recientes han dejado víctimas civiles.
“Estoy muy decepcionado con Putin. Hemos tenido varias conversaciones, y luego lanza cohetes sobre ciudades como Kiev, dejando cuerpos en las calles. No hay razón para esperar más”, expresó Trump el lunes desde su complejo de golf en Turnberry, Escocia, acompañado por Starmer. “Voy a establecer un nuevo plazo de 10 o 12 días a partir de hoy. Sabemos cuál será la respuesta, así que no tiene sentido esperar”, añadió, según reportó Reuters. El presidente señaló que, de no haber avances, Estados Unidos impondría “aranceles secundarios” del 100% a países que compren petróleo y gas ruso, como China e India, además de sanciones directas a Rusia, incluyendo restricciones al sector bancario.
La reacción desde Ucrania fue inmediata. Andrí Yermak, jefe de la oficina presidencial ucraniana, expresó su agradecimiento en la red social X: “Gracias al presidente de EE.UU. por mantenerse firme y enviar un mensaje claro de paz a través de la fuerza. Putin solo respeta el poder, y este mensaje es fuerte y claro”. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también celebró la postura de Trump, destacando en X que las sanciones son un “elemento clave” para frenar la agresión rusa y que Ucrania apuesta por una “paz justa”.
El ultimátum llega en un contexto de renovados esfuerzos diplomáticos. El 23 de julio, Rusia y Ucrania reanudaron negociaciones en Estambul, donde Moscú propuso crear grupos de trabajo virtuales para avanzar en un acuerdo, según la agencia rusa TASS. Sin embargo, Kiev aún evalúa la propuesta, priorizando la seguridad y la defensa de su territorio, informaron medios ucranianos. El Kremlin, por su parte, ha rechazado las amenazas de sanciones, con el ex presidente Dmitri Medvédev calificándolas como “teatrales” y afirmando que Rusia “no se doblegará ante ultimátums”.
Trump también anunció el lunes un plan para enviar armamento avanzado a Ucrania, incluyendo sistemas de defensa aérea Patriot, a través de países de la OTAN, que cubrirán los costos. “Queremos asegurarnos de que Ucrania pueda defenderse”, afirmó junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en Washington. Alemania y la Unión Europea acogieron con entusiasmo esta medida, aunque la alta representante de la UE, Kaja Kallas, advirtió que “50 días es mucho tiempo cuando los civiles son asesinados diariamente”. En el Congreso estadounidense, los senadores Lindsey Graham y Richard Blumenthal impulsan una legislación que otorgaría a Trump autoridad para imponer aranceles de hasta 500% a países que comercien con Rusia, describiéndola como un “martillo” para forzar la paz.
El conflicto, en su tercer año, sigue sin visos de resolución. Rusia intensificó sus ataques aéreos, con un reciente bombardeo masivo contra la infraestructura energética ucraniana que dejó múltiples víctimas, según el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko. Trump, quien durante su campaña prometió resolver la guerra “en un día”, ha expresado creciente irritación con Putin, acusándolo de no negociar de buena fe. “Hablar no significa nada si luego bombardean. Es hora de actuar”, afirmó.
La amenaza de sanciones, sin embargo, enfrenta desafíos. Expertos como Edward Fishman, exfuncionario del Departamento de Estado, advierten que las sanciones secundarias podrían no ser efectivas debido a la “flota en la sombra” rusa, que permite a Moscú evadir restricciones en sus exportaciones de petróleo. Además, un aumento en los precios globales del crudo podría impactar a los consumidores estadounidenses, un riesgo que Trump minimizó al prometer incrementar la producción interna de petróleo.
Con el plazo del 8 de agosto acercándose, la comunidad internacional observa con atención. Mientras Ucrania refuerza sus defensas y Rusia mantiene su ofensiva, la Casa Blanca apuesta por una combinación de presión económica y apoyo militar para forzar un avance en las negociaciones, en un momento crítico para la estabilidad en Europa del Este.