Riad, 02 de agosto de 2025 – Total News Agency – TNA–La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, liderados por Arabia Saudí y Rusia, se preparan para un movimiento decisivo en su reunión del 3 de agosto, que podría transformar el mercado petrolero global. Según estimaciones de S&P Global, el cártel anunciará un aumento de producción de 548.000 barriles diarios a partir de septiembre, completando la eliminación de los 2,2 millones de barriles de recortes voluntarios acordados entre 2022 y 2023. Esta decisión, que acelera un proceso inicialmente previsto para extenderse hasta mediados de 2026, generará un superávit de 2 millones de barriles diarios en el cuarto trimestre de 2025, lo que podría desplomar los precios del Brent hasta 58 dólares por barril para diciembre.
El cambio de rumbo de la OPEP responde a una combinación de factores, incluida la frustración de Arabia Saudí por la pérdida de cuota de mercado frente a productores externos como Estados Unidos, Guyana, Brasil y Canadá, así como la indisciplina de algunos miembros del cártel, como Kazajistán e Irak, que han incumplido las cuotas establecidas. Con una capacidad ociosa del 25% y una producción de apenas 9 millones de barriles diarios, la más baja desde 2011 (excluyendo la pandemia), Riad decidió en meses recientes triplicar la velocidad de eliminación de los recortes, desoyendo la estrategia inicial de la alianza OPEP+.
Analistas de JP Morgan explican que la lógica detrás de esta decisión radica en la percepción de que los recortes ya no lograban el impacto esperado. En 2023, reducir un millón de barriles diarios elevaba los precios entre 8 y 10 dólares, pero en el contexto actual, el mismo recorte apenas generaría un aumento de 4 dólares, debido al crecimiento de la oferta de productores no OPEP y una demanda global más débil. Natasha Kaneva, jefa de investigación de materias primas de JP Morgan, señaló que “ceder cuota de mercado ya no tiene sentido” para el cártel, que busca recuperar su influencia en un mercado cada vez más competitivo.
El aumento de producción se produce en un momento de fuerte demanda estacional por el verano en el hemisferio norte y bajos inventarios en los países de la OCDE, lo que podría mitigar inicialmente el impacto en los precios. Además, factores como las sanciones de Estados Unidos al petróleo ruso en el marco de la guerra en Ucrania, avances en negociaciones comerciales globales y compras masivas de China para sus reservas estratégicas han sostenido los precios del Brent, que actualmente se sitúan en 73,56 dólares por barril. Sin embargo, S&P Global advierte que estos soportes son volátiles y que la inyección de crudo provocará una sobreoferta significativa, con un superávit proyectado de 2 millones de barriles diarios para el cuarto trimestre de 2025.
Goldman Sachs coincide en que los precios del Brent caerán a 60 dólares por barril en 2025, con un superávit de 1 millón de barriles diarios, que se ampliará a 1,5 millones en 2026. La Agencia de Información Energética de Estados Unidos (EIA) prevé un precio promedio de 69 dólares en 2025, descendiendo a 58 dólares para 2026. Incluso la OPEP reconoce en su último informe la posibilidad de un excedente de 400.000 barriles diarios si persiste la dinámica actual. Moutaz Altaghlibi, economista senior de energía de ABN AMRO, afirmó que “los precios disminuirán en la segunda mitad de 2025, impulsados por un crecimiento más lento de la demanda y un aumento de la oferta”, aunque las tensiones geopolíticas podrían mantener el Brent en el rango de los 60 dólares.
Un análisis de Bernstein sugiere una estrategia oculta de Arabia Saudí: debilitar a la industria petrolera estadounidense, que enfrenta costos crecientes debido a políticas domésticas y el envejecimiento de sus yacimientos. Muchas empresas estadounidenses requieren precios de al menos 65 dólares por barril para ser rentables, y una caída por debajo de este nivel podría frenar su producción. “Irónicamente, darle a Trump lo que quiere podría perjudicar a la industria de Estados Unidos”, señala el informe.
La OPEP ha indicado que podría revertir los aumentos de producción si los precios caen demasiado, y no planea eliminar los 1,46 millones de barriles diarios de recortes oficiales aún vigentes. Sin embargo, la decisión de acelerar la producción marca el inicio de una nueva era para el mercado petrolero, con riesgos significativos de sobreoferta que podrían generar un impacto económico global. Harry Tchilinguirian, jefe de investigación de Onyx Capital Advisory, destacó que el cártel probablemente “se tomará un tiempo” tras este movimiento, pero el exceso de crudo podría redefinir las dinámicas energéticas y económicas en los próximos meses.